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¿Es posible una cadena de valor de minerales críticos europea sin tecnología de China?

El Viejo Continente se queda sin la maquinaría esencial para sostener la demanda de las baterías y los coches eléctricos

La bandera de China junto a los elementos galio y el germanio de la tabla periódica.
La bandera de China junto a los elementos galio y el germanio de la tabla periódica.FLORENCE LO (REUTERS)
Monique Z. Vigneault

Pekín intensifica la guerra comercial. El gigante asiático prohibió la exportación de tecnologías esenciales para el procesamiento de tierras raras (REE) a finales de diciembre pasado, mientras Occidente sigue luchando por establecer una cadena de valor que respalde la creciente demanda de vehículos eléctricos y energía verde. China controla la producción, el procesamiento y la separación de estos minerales, que son abundantes en el interior de Mongolia, según datos del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS). Esta hegemonía llega tras años de estrategia: fue hace tres décadas que el antiguo líder comunista chino Deng Xiaoping proclamó en una visita a Mongolia con orgullo que: “Mientras Oriente Medio tiene petróleo, China tiene tierras raras”. El Viejo Continente apenas se está dando cuenta.

Este último paso en la guerra comercial chino-occidental podría hacer retroceder a la UE y a sus homólogos del sector, como Estados Unidos, Australia y Canadá, que apenas se han unido a esta carrera. El Ministerio de Comercio chino ha defendido la necesidad de prohibir esta tecnología con motivo de “salvaguardar la seguridad nacional, el interés público-social y la moralidad pública” en su comunicado oficial. Entre la tecnología de refinado y procesamiento prohibida que figura en la lista, se encuentra la tecnología de producción de metales de tierras raras, la tecnología de fundición, síntesis y modificación, entre otras.

En realidad, estas tierras raras realmente no son tan escasas, sino que el proceso de extraerlas de la tierra complica el suministro. Las plantas de refinado son la pieza final para establecer una cadena de valor de minerales críticos, pero sólo existen dos de estas instalaciones en funcionamiento fuera de China. China monopoliza casi el 70% de la extracción de estas tierras raras, procesa el 87% dentro del país y refina el 91% de la demanda mundial, según el USGS.

La mayor parte de estos minerales proceden de una instalación en las profundidades del desierto de Gobi. A sólo 15 kilómetros de los edificios residenciales comunistas de la ciudad mongola de Batou se encuentra una planta de procesamiento de tierras raras responsable del 70% de la producción mundial. En la misma región, a unos 120 kilómetros de esta ciudad desértica, se ubica la mina de Bayan Obo, considerada la cuna de este plan estratégico y a menudo denominada la “ciudad natal de las tierras raras”.

La mina de Bayan Obo en el Estado soberano de Mongolia (China).
La mina de Bayan Obo en el Estado soberano de Mongolia (China). CHINA STRINGER NETWORK (Reuters)

Las exportaciones de los “3 grandes” de China: VE, baterías y paneles solares, crecieron un 42% interanual en los tres primeros trimestres de 2023, según estadísticas comerciales. China monopoliza estas industrias clave y controla el 91% de la refinería de tierras raras y el 94% de la producción de imanes, según un informe del Centro de Estudios Políticos Europeos (CEPS).

Nuevos jugadores: la UE, EE UU, Canadá y Australia

La UE tiene en marcha varios proyectos mineros paralizados para satisfacer esta demanda, pero sólo cuenta con una planta de procesamiento activa situada en Estonia y explotada por la empresa canadiense Neo Performance Materials. La firma, preguntada acerca de su proceso de refinado, declinó participar en este reportaje. La única otra instalación de refinado de tierras raras no controlada por China está gestionada por la minera australiana, Lynas, y se encuentra en Malasia. En los últimos años, Lynas ha tenido disputas legales con el gobierno malayo en relación con licencias y vertidos de residuos radiactivos. La minera australiana ha producido aproximadamente más de un millón de toneladas métricas de residuos radiactivos desde 2012 debido a sus operaciones mineras.

Norteamérica también se suma a la carrera. En lo más recóndito del desierto de Mojave, el gobierno de California pretende reabrir la mina de Mountain Pass, antaño un monolito en esta producción, hasta que cerró en 2002 tras un vertido de residuos tóxicos. Canadá, que este año prometió 1.300 millones de dólares canadienses para financiar infraestructuras minerales críticas, pretende abrir la primera planta de procesamiento de tierras raras del país en la provincia rural de Saskatchewan, que va de la mano de su primer proyecto piloto de extracción de litio en la provincia cercana de Alberta. Un equipo de científicos del Consejo de Investigación de Saskatchewan, financiado por el Estado, ha estado tratando de encontrar nuevas soluciones a la complicada tecnología de procesamiento y refinado de estas tierras raras.

Riesgos ambientales

Durante los últimos treinta años, la norma industrial ha sido la extracción con disolventes, un proceso complejo y costoso de varios pasos que puede además perjudicar al medio ambiente. Aunque las tierras raras en sí no contienen materiales radiactivos, su extracción de los yacimientos puede provocar esta reacción. Muchas empresas han buscado nuevos métodos y tecnologías para evitar este riesgo.

Los riesgos medioambientales son sólo el principio. Un reciente informe de la Agencia Internacional de la Energía señalaba que el negocio de las tierras raras es especialmente vulnerable a la corrupción. “Esto sugiere que, a medida que crezca la demanda de minerales críticos en los próximos años, aumentarán en consecuencia los incentivos para la corrupción”, advertía la agencia.

Cinco de los 17 minerales considerados críticos por la UE están muy expuestos a la corrupción en el sector, según un estudio del Programa de Minería Responsable de Transparencia Internacional. El 94% de los yacimientos de tierras raras se encuentran en países con altos niveles de corrupción, seguidos del 70% de los de cobalto, el 59% de los de níquel, el 41% de los de cobre y el 34% de los de litio.

China controla el 91% del proceso descendente de los elementos de tierras raras, concretamente, la separación y el refinado. Hay 3 distritos de producción de tierras raras en China, uno de ellos es el de Baotou Steel Rare Earth, según el Payne Institute for Public Policy. Durante las últimas décadas, 6 empresas estatales, conocidas como las “6 Grandes” de las tierras raras, han monopolizado esta industria, aunque recientemente han intervenido 35 empresas, en su mayoría privadas.

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Sobre la firma

Monique Z. Vigneault
Periodista multilingüe. Interesada en geopolítica y comercio global. Cursó el Máster de Periodismo UAM-El País.

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