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Guerra de los chips: por qué el galio y el germanio han elevado la tensión con China

Estos metales menores se usan en fabricación de tecnologías y componentes de renovables, entre otros usos. China es el fabricante principal

C. Castelló
Un investigador controla el crecimiento de cristales de óxido de galio en un horno del Centro Internacional de Ciencia e Innovación de la Universidad de Zhejiang.
Un investigador controla el crecimiento de cristales de óxido de galio en un horno del Centro Internacional de Ciencia e Innovación de la Universidad de Zhejiang.Future Publishing (Future Publishing via Getty Imag)

Los chips siguen siendo un foco de una tensión creciente en la guerra comercial entre China y los países occidentales. El Gobierno del gigante asiático ha anunciado que aumentará desde agosto los controles para la exportación de galio y germanio, dos metales clave en la fabricación de semiconductores y otros componentes para paneles solares, coches eléctricos y teléfonos móviles.

¿Qué son el galio y el germanio?

Ambos son metales plateados, considerados metales menores. No suelen encontrarse solos en la naturaleza, más bien se producen en fábricas dedicadas a otras materias primas más comunes, como el zinc o aluminio. Los volúmenes comercializados son muy reducidos en comparación con otras materias primas como el cobre o el petróleo; por ejemplo, las importaciones estadounidenses de galio metálico y obleas de arseniuro de galio (un importante material semiconductor) en 2022 se valoraron en unos 225 millones de dólares, según datos del Gobierno, frente a los cerca de 9.000 millones de dólares en importaciones de cobre. Pero su uso en industrias estratégicas significa que las restricciones impuestas por China podrían tener importantes repercusiones.

¿Para qué se utilizan estos metales?

Los dos metales tienen una amplia gama de usos especializados en la fabricación de chips, equipos de comunicaciones y defensa. El galio se utiliza en semiconductores compuestos, que combinan muchos elementos para mejorar la velocidad de transmisión, en pantallas de televisores, teléfonos móviles, paneles solares, coches eléctricos y radares. El germanio se utiliza en comunicación por fibra óptica, gafas de visión nocturna y carrera espacial: la mayoría de los satélites funcionan con células de germanio.

¿Qué ha ocurrido con China?

El Gobierno de Pekín ha decidido aumentar desde agosto los controles para la exportación de galio y germanio para proteger la seguridad seguridad nacional, según las autoridades. La medida, anunciada después de que Estados Unidos y otros países fabricantes de microprocesadores como Japón y Países Bajos anunciaran restricciones a la exportación de tecnología, prevé implementar mayores controles en la exportación de artículos relacionados con estos metales, incluyendo algunos derivados.

Los exportadores deberán solicitar licencias del Ministerio de Comercio chino si quieren empezar o continuar enviándolos fuera del país, y deberán comunicar los detalles de los compradores extranjeros y sus solicitudes. El Ministerio realizará la revisión de la solicitud y la documentación aportada y tomará la decisión de aprobarla o no. Para la exportación de artículos que tengan un impacto importante en la seguridad nacional, el Ministerio, junto con otros departamentos, informará al Consejo de Estado para su aprobación. Las autoridades chinas advierten que exportar sin el permiso correspondiente o sobrepasar el alcance de lo permitido llevará la imposición de sanciones administrativas e incluso podría “constituir un delito” con responsabilidad penal.

¿Qué importancia tiene China en la producción de galio y germanio?

Los flujos comerciales en estos mercados tan especializados son difíciles de valorar, pero China es la principal fuente de producción ambos metales. China produce alrededor del 60% del germanio mundial, según la asociación europea Alianza de Materias Primas Críticas (CRMA). El resto procede de Canadá, Finlandia, Rusia y Estados Unidos. China exportó 43,7 toneladas de germanio en bruto y forjado el año pasado, según datos de las aduanas chinas que recoge Reuters.

Por su parte, el galio se encuentra en trazas de los minerales de zinc y la bauxita, y el galio metálico se produce al procesar la bauxita para fabricar aluminio. Alrededor del 80% se produce en China, según la CRMA. China exportó 94 toneladas de galio en 2022, un 25% más que el año anterior, según las aduanas chinas.

Y aunque ambos metales pueden sustituirse, hacerlo podría costaría más y podría dificultar el rendimiento de la tecnología, según CRU Group, proveedor de información sobre la industria metalúrgica.

¿Cuánto cuestan estos metales?

El galio con una pureza del 99,99% en China costaba unos 265 dólares por kilogramo el miércoles, un 6% más que en la sesión anterior y el precio más alto desde el 16 de mayo, según los datos de la Bolsa de Metales de Shanghai en Refinitiv Eikon. Por su parte, el precio del lingote de germanio de China se sitúa en torno 1.390 dólares por kilogramo, similar a la semana anterior.

¿Qué implicaciones tendrán las restricciones?

Los expertos consideran las restricciones como una represalia por las limitaciones impuestas por EE UU al envío de semiconductores utilizados para inteligencia artificial y herramientas para la fabricación de chips de EE UU a China, una medida que frena la capacidad de China para fabricar piezas necesarias para el funcionamiento de superordenadores o sistemas de defensa. Aunque aún no se ha valorado el efecto para la fabricación de tecnologías, sí se anticipa una nueva traba logística en la cadena de suministro y aumento de costes, lo que obligará a los países fabricantes a encontrar nuevos proveedores de materias primas. Con todo, los expertos consideran improbable que otro país pueda sustituir a China como principal productor de galio y germanio a corto o medio plazo.

También se espera que la espiral proteccionista en el sector de chips vaya a más. Un editorial en el diario oficial de China Global Times señala que las limitaciones anunciadas por China para el galio y germanio y sus derivados son un “aviso” para Estados Unidos y sus aliados, y señala directamente las iniciativas de “desacople” económico impulsadas por Washington, así como las sanciones y limitaciones impuestas por naciones como EE UU o Países Bajos a la venta a China de semiconductores. “Se recomienda que todos los fabricantes involucrados en las sanciones estadounidenses contra China vean las implicaciones sobre sus negocios de la decisión de China de proteger más sus propios intereses”.

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Sobre la firma

C. Castelló
Es redactora jefa de la mesa digital en Cinco Días, periódico donde trabaja desde el año 2000. Licenciada en Economía y Periodismo, ha escrito en la sección de Mercados, en Empresas y, en los últimos años, ha formado parte del equipo que ha impulsado la transformación digital del diario económico decano de España

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