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La UE acuerda una reforma del mercado eléctrico para alejarse definitivamente de los combustibles fósiles

Este acuerdo era uno de los grandes objetivos de la presidencia española del Consejo de la UE. Se buscar dar una mayor protección a los consumidores domésticos, a la vez que fomenta las inversiones en nuevas tecnologías

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Torre de alta tensión en Madrid.J.J. Guillén (EFE)

El final del año suele acelerar las tareas pendientes para entrar al nuevo periodo con más certezas que dudas. El Consejo y el Parlamento Europeo han acordado en la madrugada de este jueves la reforma del mercado eléctrico, que hará que los precios de la electricidad dependan menos de los volátiles precios de los combustibles fósiles, proteger a los consumidores de las subidas de precios y acelerar el despliegue de las energías renovables. Se trata de un acuerdo en tiempo récord para la burocracia europea: el Ejecutivo comunitario presentó en marzo su propuesta y la presidencia española del Consejo lo estableció como una de sus grandes prioridades.

“Gracias a este acuerdo, podremos estabilizar los mercados a largo plazo, acelerar el despliegue de fuentes de energía renovables y libres de fósiles, ofrecer electricidad más asequible a los ciudadanos de la UE y mejorar la competitividad industrial”, ha destacado la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, en su papel de presidencia española del Consejo. El texto debe ser ahora respaldado y adoptado formalmente por ambas instituciones europeas.

El acuerdo llega solo días después del cierre de la Cumbre del Clima, la COP28, organizada por Naciones Unidas que acordó “el comienzo del fin” de los combustibles fósiles pese a estar organizada en Emiratos Árabes Unidos, una de las grandes potencias petroleras a nivel mundial. La reforma busca establecer nuevos apoyos a tecnologías claves para la fortaleza de las tecnologías verdes, como el almacenamiento y las nuevas redes eléctricas. Pero, sobre todo, es una respuesta a la crisis energética producto de la invasión rusa a Ucrania y el rápido despliegue de las energías renovables en los últimos años.

La primera reacción por parte del mercado en España ha sido más que positiva: las compañías ligadas a la energía se disparan en Bolsa, lideradas por Acciona Energía y Solaria. Estas firmas especializadas en renovables se benefician así de los nuevos mecanismos de seguridad y regulatorios previstos por la reforma y esperan, de esta manera, beneficiarse de mayores inversiones. Además, valoran de forma positiva que ninguna de las medidas son retroactivas a la vez que evita fragmentaciones en el mercado interno.

Tensiones entre los socios

La propuesta es parte de una reforma más amplia del diseño del mercado eléctrico de la UE, que también incluye una regulación centrada en mejorar la protección contra la manipulación del mercado a través de un mejor seguimiento y transparencia (REMIT), sobre la que ya se alcanzó un acuerdo también el pasado 16 de noviembre.

El acuerdo concede al Consejo Europeo el poder de declarar una crisis sobre la base de una propuesta de la Comisión y establece los criterios para declararla en relación con el precio medio mayorista de la electricidad o con un fuerte aumento de los precios minoristas de la electricidad. La intención es evitar las medidas de urgencia que los países europeos tuvieron que aprobar de manera acelerada desde febrero de 2022. La intención es que la legislación permita una respuesta organizada y una reacción previsible ante cualquier shock en la oferta.

El acuerdo mantiene el mercado marginalista de corto plazo pero, con el fin de dar mayor estabilidad, se alienta a los países de que fortalezcan su mercado a plazo. El pacto aboga por fomentar los mercados a plazo a través de los acuerdos de compra de energía (PPA), que se firman entre generador y consumidor, así como los ‘contratos por diferencias’. Estos fueron uno de los principales puntos de conflicto entre las partes debido a la insistencia francesa para incluir a la tecnología nuclear en el esquema.

El acuerdo provisiona da a los Estados miembro la posibilidad de apoyar exclusivamente la compra de nueva generación renovable cuando las condiciones lo permitan y en línea con los planes de descarbonización de los países de la UE. Los ‘contratos por diferencias’ (CFD, por sus siglas en inglés) son acuerdos entre productores de energía y los gobiernos que sirven para complementar el precio del mercado cuando es bajo y a la vez permiten limitar las ganancias excesivas de los generadores cuando hay un fuerte repunte.

Para acomodar finalmente las exigencias francesas, los CFD se aplicarán a inversiones en nuevas instalaciones. En el caso de las plantas ya existentes, los Veintisiete acordaron que esos contratos no se aplicaran de forma automática sino que requieren el visto bueno de Bruselas.

El Consejo y el Parlamento también han acordado reforzar las medidas que deben implementar los estados miembros para “proteger a los clientes vulnerables y pobres desde el punto de vista energético”, incluida la adición de la definición de pobreza energética acompañada de una referencia a la nueva directiva de eficiencia energética que toma las medidas adecuadas.

Asimismo, el texto recoge que los ingresos de esos contratos se redistribuirían a los clientes finales y también podrían utilizarse para financiar los costos de los planes de apoyo directo a los precios o inversiones para reducir los costos de la electricidad para los clientes finales. Esta era una de las exigencias alemanas que fueron incluidas a la hora de la negociación final.

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