El Banco de España prevé que los precios de la vivienda sigan mostrando “resistencia a la baja”
El órgano supervisor señala que es necesario revisar la gestión del suelo para que se responda con más agilidad a la demanda de vivienda
La pandemia, la guerra y la inflación han afectado a la oferta y a la demanda del mercado inmobiliario. El Banco de España, en un informe publicado este martes, analiza estos factores en el sector residencia tanto en el ámbito nacional, como regional. El desajuste entre oferta y demanda por falta de obra nueva, los altos costes de los materiales y la favorable situación patrimonial de determinados agentes provocará que los precios muestren una “resistencia a la baja”, indica la institución.
Debido a ese desajuste entre oferta y demanda, el Banco de España recomienda revisar los procedimientos de gestión de suelo urbanizable para que se pueda responder con mayor efectividad a las “necesidades existentes”.
La compraventa de vivienda se recuperó con rapidez tras la pandemia. Principalmente impulsada porque muchas personas que tenían decidido comprar una casa antes de la pandemia, no efectuaron esa inversión hasta el levantamiento de las restricciones —una situación que ayudó a incrementar la inversión extranjera, hasta un 40% más que antes de la pandemia, según el Banco de España—. Esto provocó un repunte de ventas en los años 2021 y 2022, que también se apoyó en el uso del ahorro acumulado y de tipos de interés muy bajos.
La demanda se recuperó con rapidez, pero no así la oferta, como indica el Banco de España en su informe. Los proyectos de construcción de obra nueva, que ya venían registrando “niveles históricamente reducidos”, se paralizaron durante la pandemia y no pudieron retomarse a un ritmo igual que la demanda. Muchas personas se han visto obligadas a buscar alternativas de segunda mano, lo cual también ha provocado un alza de los precios. Además, con la reapertura de las fronteras, desde 2021 el Banco de España observa un repunte de la vivienda turística en el parque de viviendas nacional. La vivienda turística cuenta con más peso que antes.
Hay escasez de oferta de vivienda en España a nivel nacional. La demanda no se satisface y las casas son más caras. Además, el Banco de España añade que la escasez de la oferta “no ha impedido que su stock sin vender, que disminuyó considerablemente desde la crisis financiera, haya permanecido apenas sin cambios desde 2018″. Por ello, a la falta de oferta hay que sumarle la poca adecuación a la demanda de este stock.
Perspectivas de futuro
El Banco de España señala que la elevada inflación y el aumento progresivo de los tipos de interés está “afectando negativamente al dinamismo del mercado de la vivienda”. Aun así, afirma que existen ciertos factores “mitigadores”. Primero, los compradores son personas con rentas medias o altas a los que los períodos inflacionistas no les afecta en su poder adquisitivo y, además, muchos no financian con crédito la compra de vivienda.
Por otra parte, el Banco de España argumenta que el sostenimiento de los niveles de compraventa, junto con la escasez de obra nueva y los elevados costes de los materiales, provoca que los precios muestren cierta “resistencia a la baja”. Hay que añadir además que el tensionamiento de los precios aumentará en algunas localidades, “dadas las cifras relativamente reducidas de visados de obra nueva concedidos en los últimos dos años”.
Finalmente, la institución dirigida por Hernández de Cos analiza en el informe el impacto de las subidas del precio del dinero. Concluye que el impacto “es negativo y estadísticamente significativo”.
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