Ruptura total en OHLA: Elías y sus tres afines en el consejo dimiten en plena batalla con los Amodio
La empresa cesa al director general financiero por la pérdida de confianza del consejo y ficha a Víctor Pastor, con experiencia en FCC y Abengoa


El enfrentamiento entre los accionistas de referencia de OHLA ha dejado esta mañana un ambiente de fuerte bronca y un reguero de dimisiones en el consejo de administración que preside el mexicano Luis Amodio (21,6% del capital). Han abandonado sus cargos, antes de la reunión y en bloque, los inversores José Elías (10,07% del capital), José Eulalio Poza (representado por Carmen Vicario y con un 3,36%), Antonio Almansa (1,01%) y Josep María Echarri (2,35%). El órgano de decisión iba a tratar la reprobación de uno de ellos, Almansa, por la venta de cinco millones de acciones a mediados de marzo pudiendo contravenir la normativa del mercado bursátil y de empresas cotizadas.
Todos ellos están vinculados al que ha sido hasta ahora vicepresidente de la constructora, el citado José Elías y su instrumental Excelsior, y entraron de la mano el pasado mes de diciembre, con paquetes separados, en el marco de la ampliación de capital por 150 millones de euros que fue completada en febrero. Estos empresarios se hicieron con un total del 18% del capital. Otro de los llegados en diciembre y miembro del órgano de decisión, el mexicano Andrés Holzer (8,4%), se ha mantenido al margen de la refriega.
En el momento de su salida, Almasa ha argumentado por carta su disconformidad con la gestión financiera y las previsiones de caja por parte del consejo, además de la existencia de deficiencias en los procesos de investigación interna sobre posibles irregularidades y conflictos de interés. Carmen Vicario ha remarcado su “frustración y discrepancia con la manera en la que el consejo está abordando la situación financiera”. José Elías también se muestra disconforme con la gestión financiera y las previsiones de caja, y aprecia “la existencia de deficiencias en los procesos de investigación interna sobre posibles irregularidades y conflictos de interés”. Elías también se queja, como el resto, de haber visto limitado el acceso a información relevante de la empresa. Se trata de los mismos argumentos expuestos por Echarri.
La cotización ha vuelto a sufrir un nuevo revés, esta vez del 12,2%, cayendo a 0,37 euros.
La primera parte del choque se vivió ayer con la decisión de los hermanos Amodio de cesar al que ha sido director general económico financiero de la compañía, José María Sagardoy. El motivo expresado para prescindir de esta figura, clave en la estructura de la compañía en los últimos siete años, es la pérdida de confianza. En el entorno de los primeros accionistas se entiende que Sagardoy se había puesto en contra de sus intereses e incluso de los accionistas minoritarios. Si el despido no llegó en el consejo de febrero e incluso antes, explican, es porque OHLA acometía una difícil refinanciación que fue resuelta con el aplazamiento hasta final de 2029 de inminentes vencimientos de deuda.
José María Sagardoy, que previamente fue director general de Riesgos en Banco Popular, se encuentra entre los exdirectivos de la entidad financiera señalados por la Fiscalía Anticorrupción por el caso del presunto falseamiento de cuentas y de información económico-financiera de los ejercicios 2015 y 2016. Entre la dirección de OHLA hay quien argumenta que Sagardoy había presentado oposición a operaciones de los Amodio, en lo que se refiere a la presentación de gastos e intentos de intermediación fuera de España que habrían tenido que ser declarados como operaciones vinculadas. Este último asunto fue a la Comisión de Auditoría y Cumplimiento de la empresa el pasado verano, cuando se pidieron dos informes externos que concluyeron que no hay caso.
OHLA sustituye a su responsable financiero por Víctor Pastor, hombre forjado en la cantera de Arthur Andersen y con amplia experiencia en el sector de la construcción por sus años en FCC, donde participó en la reestructuración antes de la llegada de Carlos Slim al capital. Este licenciado en Economía y Administración de Empresas por la Universidad de Valladolid recaló posteriormente en Abengoa y en Duro Felguera, fichando en 2024 por la especialista en edificación Eductrade. Su carrera de más de 35 años, en los que también trabajó para el Santander y en el BEI, le han convertido en un experto en crisis.
José Elías y Josep María Echarri, que defendían a capa y espada al anterior director financiero, elevaron ayer la presión a los Amodio con la exigencia de que fuera destituido el consejero delegado, el mexicano Tomás Ruiz, hombre de confianza de los Amodio. Ruiz, que tuvo causas judiciales por sus cargos públicos en el Estado de Veracruz (México), de las que dio cuenta en la empresa y volverá a hacerlo ante la junta (a través del informe de gobierno corporativo), seguirá al frente de la gestión de OHLA con el respaldo total de los Amodio. De hecho, es el hombre que conduce la compañía desde 2020, anteriormente desde la posición de director general.
A lo largo del consejo, y con los cuatro miembros beligerantes ya dimitidos, han sido aprobadas las cuentas de 2024, lo que permite la celebración de la junta de accionistas. También se ha congelado la opción del bono convertible para cubrir el agujero de 40 millones motivado por la ejecución de avales por parte del Estado de Kuwait, hasta ahora bloqueada ante la justicia, por la construcción de una carretera. Precisamente, este instrumento para recapitalizar de nuevo la empresa también tenía dividido al consejo.
Los Amodio, con un 21,6% del capital, habían tratado meses atrás con José Elías la posibilidad de que se emitiera el bono convertible, pero el nuevo inversor perseguía que el vehículo de deuda fuera directamente destinado al núcleo duro de accionistas. Los hermanos Amodio, sin embargo, han defendido que no se diluyera a los minoritarios. En el consejo ha salido adelante una nueva ampliación de capital de hasta 50 millones, que irá a la junta del 2 de junio, en la que se otorgará el derecho de suscripción preferente a los actuales accionistas.
El caso de Almansa
El cara a cara entre los dos frentes de accionistas queda emplazado para la junta, con las relaciones personales totalmente rotas e intereses societarios contrapuestos. Buena parte de lo acontecido esta mañana está relacionado con la referida actuación a mediados de mes del consejero Antonio Almansa, quien contaba con 12 millones de acciones (1,01%) a través de Coenersol. De ese paquete, el empresario se desprendió de cinco millones de títulos entre los días 13 a 17, con el informe anual sin aprobar y a escasos días de que OHLA sufriera el revés de los avales por la obra de Kuwait, cuya ejecución fue desbloqueada por el Tribunal de Comercio de París el pasado viernes. La acción se desplomó, pero Almansa había obtenido ya una fuerte plusvalía en Bolsa.
Desde su puesto como consejero independiente, vendió a precios entre 0,50 y 0,52 euros cuando había entrado tres meses antes a 0,25 euros por título. Su actividad en el parqué fue denunciada como muy grave por OHLA ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), que aún debe emitir su opinión al respecto. El caso pasó ayer por la Comisión de Auditoría y Cumplimiento de OHLA, que decidió elevar la reprobación a Almansa al consejo, obligando a poner su cargo a disposición. Algo que no ha llegado a producirse ante la cascada de dimisiones.
En medio de este duro pulso accionarial, la Asociación Española de Accionistas Minoritarios de Empresas Cotizadas (Aemec) exigió al presidente Luis Amodio que se evitara la pérdida de peso de los pequeños inversores. Aemec también pidió que sea revisado el gobierno corporativo de la compañía, en la que dos de sus principales accionistas, Josep María Echarri (2,35% del capital) y Antonio Almansa (1,01%) figuraban como consejeros independientes. Y remató el capítulo de peticiones con un informe de idoneidad de cada uno de miembros del consejo, incluido el consejero delegado Tomás Ruiz.
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