La banca estudia si elevar sus objetivos de capital por la activación del colchón anticíclico
El Banco de España obliga al sector a dotar una reserva para asumir turbulencias macroeconómicas, de medio punto este año y medio punto más el siguiente
La banca debate cómo abordar la nueva obligación, instaurada este 2025 por el Banco de España, de dotar un colchón anticíclico, con el que las entidades puedan absorber turbulencias macroeconómicas en el futuro. En esencia, sus tribulaciones pasan por si elevar sus objetivos de capital para reflejar este nuevo parachoques extra o cargárselo a los amplios excesos de capital con los que cuentan todas las firmas financieras.
El año pasado, bajo el mandato del anterior gobernador, Pablo Hernández de Cos, el Banco de España decidió activar este colchón anticíclico. La idea es que las entidades aprovechen estos ejercicios de ganancias récords para incrementar sus reservas con las que poder afrontar futuras complicaciones. Así, el supervisor ha decidido instar a los bancos a que doten este colchón con un 0,5% en este 2025 y un 0,5% adicional en 2026, de modo que entre ambos ejercicios deban apartar unos 7.000 millones de euros. Después de estos dos ejercicios la institución decidirá si el entorno macroeconómico sigue justificando dotar este mecanismo o si, por el contrario, congelarlo.
La cuestión ahora mismo para las entidades está en cómo reflejarlo en sus cuentas. Las opciones, en realidad, son dos. Una es elevar sus objetivos de capital en ese medio punto porcentual que les pide el Banco de España. La otra es utilizar para ello el exceso de capital que presentan todas las entidades, tanto con respecto a los requerimientos del Banco Central Europeo (BCE) como con los niveles que las propias entidades se han fijado, que suelen ser más elevados para intentar exhibir músculo y tranquilizar al mercado.
De acuerdo a los datos publicados recientemente por la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés), las entidades nacionales presentan de media una ratio CET 1 fully loaded (que define el capital de mayor calidad) del 12,76%, frente a la media de la UE, que está en 16,06%. Esto sitúa a los bancos españoles a la cola en esta medición. Las entidades españolas se sitúan por debajo de la media de la UE, junto a las neerlandesas (15,43%), griegas (15,56%) y francesas (15,86%), mientras que las de Malta (21,17%), Islandia (20,24%) y Lituania (20,04%) lideran la clasificación. Según los datos que proporciona la Junta Europea de Riesgo Sistémico, 23 países ya han activado este mecanismo o han anunciado la decisión de activarlo en los próximos meses con requisitos extra que van desde el 0,5% hasta el 2,5%.
Fuentes próximas al Banco de España apuntan a que en el resto de países europeos en los que se han activado mecanismos similares optaron, en un 70%, por elevar los niveles de capital y en un 30% por recurrir al exceso de capital existente. Desde las entidades, sin embargo, no están totalmente alineados con esta idea. La activación del colchón anticíclico fue polémica en el sector, cada vez más susceptible ante lo que consideran una elevadísima regulación en Europa, que les lastra a la hora de competir con los bancos estadounidenses o asiáticos, máxime con el impulso desregulador que el mercado espera del nuevo Gobierno de Donald Trump en EE UU. Creen que todo ello no hará si no agrandar la brecha entre las entidades europeas y las norteamericanas, que las superan por capitalización por varios cuerpos.
También dudan de la efectividad de este colchón en momentos de zozobra, puesto que argumentan que ante una crisis recurrir a él supondrá un estigma tal para el banco que lo haga que ninguno se atreverá a reconocer que tiene problemas y necesita recurrir a estas reservas extra. El mercado, siempre ávido de sangre, pondrá en el centro de sus ataques a la entidad que use este colchón. Su uso puede ser incluso contraproducente, argumentan. La decisión sobre cómo computarán este nuevo colchón no está, por tanto, tomada. En cualquier caso, no será hasta finales de este ejercicio cuando los bancos pongan negro sobre blanco cómo computar esta dotación.
Por el momento, solo un banco ha dado pistas de qué hará en el futuro. CaixaBank, en la reciente presentación de su plan estratégico, a cumplir antes de 2027, desgranaba que optaba por una solución salomónica. Esta es elevar un 0,25% su objetivo de capital para 2025, hasta el 12,25% de la ratio CET 1 fully loaded, y otro tanto para 2026, para llegar al 12,5%. De este modo, recoge en los objetivos de capital la mitad de esta dotación del colchón anticíclico y la otra mitad la carga al exceso de capital. El BCE ha situado en el 8,68% para la ratio CET1 su umbral mínimo.
En general, todo indica que los bancos no tendrán problema en activar estos colchones, toda vez que cuentan con elevados niveles de solvencia. El Santander cuenta con un exceso de capital de medio punto (cerró septiembre con una ratio CET 1 fully loaded del 12,5%, frente al 12% que se ha puesto como referencia), mientras que en el caso del BBVA la ratio a cierre de septiembre es de 12,84% con respecto al rango objetivo de entre el 11,5% y el 12%. En cuanto al Sabadell, la cifra está en el 13,8%, con un exceso de capital de cerca de 500 puntos básicos. Bankinter, finalmente, tiene el 12,6%.
La decisión de activar este colchón anticíclico se puede congelar o, si el Banco de España considera que los riesgos macroeconómicos se incrementan, también se puede prolongar durante más años la dotación o incrementarla. Para ello, monitorea varios parámetros, como la brecha entre el crédito y el PIB, indicadores macro (desempleo, variación del PIB), macrofinancieros e indicadores propios del sector bancario: el ROE (general y sobre España), el ratio de crédito dudoso, margen de intereses y el precio sobre valor contable. También considera aspectos como el desequilibrio de los precios en el sector inmobiliario.