La familia Grifols pone a la venta la bodega de cavas Juvé&Camps
El holding de los fundadores y directivos de la farmacéutica busca hacer caja con esta desinversión, que le permitiría reducir la deuda que mantiene con grandes bancos
Scranton Enterprises, el vehículo de inversión de la familia Grifols y otros directivos de la farmacéutica, ha puesto a la venta su participación en la bodega de cavas Juvé&Camps, según señalan varias fuentes al tanto de la operación, que confirman que ya está trabajando con asesores financieros para buscar inversor.
Con esta venta, los Grifols lograrían hacer caja para poder rebajar el endeudamiento que arrastra este vehículo inversor y cumplir en parte con los bancos y acreedores de la firma, en línea con lo que viene haciendo en los últimos años con otras desinversiones. El País/Cinco Días se puso en contacto con Grifols, que ha evitado hacer comentarios y se remitió a Scranton Enterprises, que tampoco ha dado respuesta.
La compañía holding de los Grifols es accionista de Juvé&Camps desde 2017, cuando compró la participación de los Rosal Juvé, una de las ramas de esta bodega que prefirieron desvincularse de la empresa. Esta bodega logró facturar en 2022, último año del que tiene cuentas presentadas, más de 25 millones de euros y obtuvo un beneficio neto de casi 300.000 euros, lo que supone un recorte del 70% respecto del beneficio obtenido en 2021.
Se trata de una de las cinco mayores empresas catalanas de cava. Scranton controla el 76% de la firma, mientras el otro 24% está en manos del empresario y presidente Joan Juvé. En el momento de la compra no trascendió el precio, aunque se estimaba que la transacción de hace siete años rondaba los 80 millones de euros.
Scranton Enterprises es un vehículo de inversión con el que la familia fundadora de la farmacéutica y otros dirigentes de la empresa tienen su participación en Grifols, donde mantiene más del 8,67% de la cotizada, según refleja la CNMV. Pero además a través de este holding controla otras inversiones como el club de baloncesto Juventut, firmas relacionadas con la salud, la tecnología, el lujo o negocios inmobiliarios, además de la citada bodega catalana.
Esta no es la primera vez que el holding holandés donde participan los Grifols pone a la venta una de sus participadas para cumplir con la banca acreedora. En 2021 vendió una cartera inmobiliaria de BeCorp al fondo alemán Patrizia. También tuvo que deshacerse del 5,7% que compró en Wallapop, la aplicación para la venta de artículos de segunda mano entre particulares. A lo anterior hay que sumar la venta de algunos terrenos de un polígono logístico en Barcelona, lo que en total le reportó más de 400 millones de euros en 2022, que le sirvieron para rebajar una deuda que llegó a elevarse a 1.000 millones de euros a cierre de 2021.
Scranton Enterprises ha experimentado ciertos apuros con los bancos acreedores durante este 2024. Según publicó El Confidencial, CaixaBank, BBVA y Sabadell rechazaron refinanciar parte de un crédito de 400 millones de euros que iba a vencer. Además de lo anterior, la holding de los fundadores y otros directivos del grupo catalán de hemoderivados mantenían un crédito con el Banco Santander de 250 millones. Concretamente el préstamo estaba concedido a la filial de Scranton, denominada Quadriga.
Grandes bancos como CaixaBank, BBVA, Sabadell o Santander, además de otras entidades internacionales como HSBC, Commerzbank, BNP, DNB Sweden, Helaba, Bank of America o Banco Pichincha, han sido algunos de los bancos que han concedido préstamos a Scranton.
Algunos de estos préstamos tienen como garantía acciones de la propia Grifols, que en el último año han caído alrededor de un 30%. Las acciones de la compañía se han visto muy dañadas por las dudas que lanzó sobre la firma la casa de análisis estadounidense Gotham, que trata de sacar provecho de la caída en bolsa colocándose como inversor bajista antes de publicar sus análisis. Precisamente atacaba a la farmacéutica poniendo en duda las relaciones cruzadas entre la firma y la propia Scranton, uno de los accionistas significativos de la empresa.
Ante los problemas para acometer vencimientos de deuda y con las garantías perdiendo valor, muchas entidades financieras piden otras garantías o fuerzan a los prestatarios antes de ejecutarles a buscar otras formas de cumplir con sus compromisos, como puede ser la desinversión de activos. Otras grandes familias con potentes holdings de inversión, como la familia Villar Mir, también se vieron obligadas a desinvertir sus joyas patrimoniales por los problemas con la banca.
Grifols, por su parte, también acaba de salvar un matchball con las entidades financieras al refinanciar la deuda que le vencía el próximo año. La compañía recibió el interés de Brookfield, quien estudió lanzar una opa conjunta con la familia por el 100% de las acciones, pero tras meses de due diligence, decidió abortar esta operación.
Además de Juvé&Camps, Grifols, BeCorp o el Juventut, Scranton Enterprises está invertida en otras firmas como Haema, Biotest, Plasma Center, Rob Surgical, IVFtech, Qardio, Medtech, según detalla en su página web. El fondo asegura que sus tres focos sectoriales de inversión son la salud, el inmobiliario y las pequeñas empresas con potencial de crecimiento (growth capital, según la jerga sectorial). Aunque más de la mitad de sus activos están en Europa, el resto de las inversiones son de EEUU.