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Volkswagen se plantea cerrar fábricas en Alemania por primera vez en su historia

El grupo alemán busca reducir costes por el paso al vehículo eléctrico y la fuerte competencia proveniente de países como China

Volkswagen
El consejero delegado del grupo Volkswagen, Oliver Blume.CLEMENS BILAN (EFE)

Por primera vez en su historia, el grupo automovilístico Volkswagen está considerando la posibilidad de cerrar fábricas en Alemania para reducir costes. Las posibles medidas, dirigidas a su principal marca de automóviles así como a otras operaciones del consorcio, incluiría poner fin al pacto de la empresa con los sindicatos para mantener los puestos de trabajo seguros hasta 2029, según aseguró la compañía el lunes. Sería el primer cierre de plantas en Alemania en los 87 años de historia de la empresa. Los mercados han recibido positivamente el anuncio y los títulos de la compañía se han disparado hasta un 2,23%, aunque cerraron la sesión con un alza algo menor, del 1,25%. El visto bueno de los inversores es insuficiente para compensar un mal año en Bolsa, en el que los títulos del fabricante de coches se han dejado un 13,73% desde enero.

El entorno económico se ha vuelto aún más duro y nuevos actores están presionando en Europa”, ha indicado el director ejecutivo del grupo, Oliver Blume, en un comunicado. “Alemania, como lugar de negocios, se está quedando más atrás en términos de competitividad”, ha señalado Blume. Las palabras del directivo tratan de reflejar el difícil contexto que vive el mayor fabricante automovilístico europeo: por un lado, un aluvión de marcas chinas han desembarcado en el Viejo Continente con una oferta competitiva en precio y prestaciones, sobre todo en el ámbito del vehículo eléctrico; y, por otro, la incertidumbre en torno a la evolución del vehículo eléctrico y el estancamiento de sus ventas ha hecho que muchas empresas se tengan que repartir un mercado aún demasiado pequeño al que la clase media no se está sumando por el gran coste que suponen este tipo de coches en comparación con los de gasolina o los híbridos no enchufables, esta última una opción que se ha disparado en popularidad.

En el primer semestre, el grupo alemán fue el que más facturó del mundo, con casi 159.000 millones de euros, pero quedó lejos del primer puesto de los beneficios, con apenas 6.378 millones, muy por detrás de los más de 14.500 millones de Toyota o los más de 8.800 millones de Hyundai y Kia en conjunto. Esto da una señal del escaso margen de ganancia de beneficios del grupo que crece en facturación, pero reduce márgenes.

Un conflicto laboral supondría una gran prueba para Blume —quien también dirige la marca de coches deportivos Porsche—, ya que anteriores enfrentamientos sindicales llevaron a la salida de varios de sus predecesores. La empresa ha buscado recortar costes en su marca de coches Volkswagen ante la disminución de los márgenes de ganancias. La jefa del comité que representa a los trabajadores en el directorio de la empresa, Daniela Cavallo, ha dicho que la dirección de VW ha fracasado, en un contexto en el que la principal marca del grupo (al que también pertenecen firmas como Seat, Skoda, la anteriormente mencionada Porsche o Audi) puede incurrir en pérdidas. La empresa planea cerrar al menos una fábrica de coches de gran tamaño y un centro de componentes en Alemania, además de suspender los acuerdos salariales.

VW emplea a unos 650.000 trabajadores en todo el mundo, casi 300.000 de ellos en Alemania. La mitad de los puestos del consejo de supervisión de la empresa están ocupados por representantes de los trabajadores, y el estado alemán de Baja Sajonia, que posee una participación del 20%, suele ponerse del lado de los organismos sindicales.

Enfrentamientos anteriores pusieron fin o acortaron los mandatos de altos ejecutivos como el ex director general Bernd Pischetsrieder, el ex jefe de marca de VW Wolfgang Bernhard y Herbert Diess, predecesor de Blume como consejero delegado. Los tres trataron de impulsar la eficiencia, especialmente en las operaciones alemanas de VW.

La situación de la marca Volkswagen contrasta con la situación de, por ejemplo, Seat, históricamente el ‘patito feo’ de la compañía debido a sus bajos márgenes de ganancias, pero que se ha visto revitalizada con el nacimiento de Cupra, una marca que ofrece mejores márgenes con un producto más prémium. Tan es así que la compañía cerró 2023 con un beneficio operativo récord de 625 millones de euros, una cifra que apunta a superar en 2024, ya que hasta mitad del ejercicio aumentó ganancias un 9,4%, con 406 millones.

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