Renault presiona antes de las elecciones europeas por más proteccionismo frente a China y menos regulación

El fabricante asegura que mientras “los europeos regulan”, los chinos y estadounidenses “planifican y estimulan”. Pide unir al sector siguiendo el modelo de Airbus frente a la competencia extranjera

El consejero delegado del grupo Renault, Luca de Meo.GONZALO FUENTES (REUTERS)

Se acercan las elecciones europeas del próximo junio y el sector del automóvil mete presión para que se escuchen sus demandas. El consejero delegado del grupo Renault y a su vez presidente de Acea, asociación que representa a los fabricantes automovilísticos europeos, Luca de Meo, ha enviado una carta este martes a cada uno de los presidentes de...

Para seguir leyendo este artículo de Cinco Días necesitas una suscripción Premium de EL PAÍS

Se acercan las elecciones europeas del próximo junio y el sector del automóvil mete presión para que se escuchen sus demandas. El consejero delegado del grupo Renault y a su vez presidente de Acea, asociación que representa a los fabricantes automovilísticos europeos, Luca de Meo, ha enviado una carta este martes a cada uno de los presidentes de Gobierno de la Unión, para alertar sobre la alta competencia a la que se enfrenta el sector proveniente tanto de China como de EE UU.

“Si quiero hacer llegar mi voz en vísperas de los debates que alimentarán la campaña electoral, no es para hacer política, sino para contribuir a elegir la política adecuada. La política que permitirá a nuestras empresas hacer frente a todos los retos tecnológicos y geopolíticos del momento. Para lograrlo, creo en el esfuerzo conjunto y en la alianza entre el sector público y el privado. En su día, con Airbus, Europa demostró lo qué es capaz de hacer”, ha afirmado el directivo italiano, ex consejero delegado de Seat. De Meo ha puesto el acento en que mientras “los europeos regulan, los americanos estimulan y los chinos planifican”. En el caso de los estadounidenses, el país dirigido por Joe Biden cuenta con el programa IRA, dotado con 400.000 millones de dólares, para atraer inversiones verdes Norteamérica. Los chinos, por su parte, llevan años subvencionando su industria de vehículo eléctrico y a día de hoy dominan toda la cadena de valor, sobre todo la de baterías, con más del 63% de la producción mundial.

“En una economía abierta, la competitividad se mide por las ventajas comparativas de los diferentes actores. Una cosa está clara: producir en Europa es más caro. El coste de producción de un coche del segmento C made in China es entre 6.000 y 7.000 euros inferior (alrededor del 25% del precio total) al de un modelo europeo equivalente”, ha alertado De Meo en la carta. “En relación con la cuenta de explotación, los costes energéticos son dos veces inferiores en China y tres veces inferiores en Estados Unidos respecto a Europa. En cuanto a los costes salariales, son un 40% más altos en Europa que en China”, ha añadido el empresario.

Por esto, el directivo italiano, ha pedido “acabar con el actual sistema de acumulación de normas, fijación de plazos y distribución de multas” para el sector del automóvil. “Para los nuevos modelos y nuevas tecnologías es indispensable revisar el calendario de normas programadas para los próximos seis años. Abogamos por la creación de un organismo único que controle y evalúe todas las normativas, su impacto directo e indirecto y su interacción con otras normas, antes de que se impongan a los agentes industriales”, ha indicado el directivo italiano en clara referencia a normativas como la Euro 7 (entra en vigor en 2027), en la que presionó para modificarla hasta dejarla sin grandes diferencias respecto a la norma de emisiones Euro 6 (la actual).

En este sentido, De Meo pide en la carta una política más proteccionista respecto a la entrada de vehículos chinos en Europa. “Con China intentando dominar el mundo y Estados Unidos protegiendo su terreno de juego, Europa tiene que inventar un modelo híbrido. Esto significa empezar por un enfoque defensivo para garantizar las condiciones de un buen arranque y, posteriormente, lanzarse a la conquista de los mercados mundiales”, ha señalado De Meo.

Además, el empresario pide “neutralidad tecnológica”, es decir, que dejen a la industria ver cómo reducir sus emisiones sin vetar a los motores de combustión. A su vez, De Meo considera necesario homogeneizar las zonas de bajas emisiones de las 200 ciudades europeas más grandes, para evitar que cada una tenga sus propias normas.

Renault no es el único que aboga por la unión de los fabricantes europeos

Las palabras de De Meo pidiendo una unión del sector del automóvil a lo Airbus para competir en vehículo eléctrico, se producen poco después de que el consejero delegado del grupo Volkswagen, Oliver Blume, reconociera que no descarta colaborar con otros fabricantes para producir el ansiado coche eléctrico de menos de 20.000 euros. “Estamos trabajando conceptualmente en una solución y no descartamos colaboraciones en este ámbito”, fueron las palabras de Blume.

Stellantis, por su parte, el grupo automovilístico europeo que más beneficios registró en 2023, ya ha anunciado un vehículo eléctrico de menos de 25.000 euros que saldrá pronto al mercado (su Citroën C3). En el mercado hubo rumores de una posible fusión con Renault, algo que ‘afrancesaría’ a Stellantis, pero la parte italiana, comandada por la familia Agnelli, salió rápidamente a desmentir esta posibilidad a través del presidente del grupo, John Elkann. “No hay ningún plan en estudio sobre operaciones de fusión con otros fabricantes”, dijo el directivo en declaraciones recogidas por Reuters en febrero.

Sigue toda la información de Cinco Días en Facebook, X y Linkedin, o en nuestra newsletter Agenda de Cinco Días

Sobre la firma

Más información

Archivado En