Tiko compra Housell y crea la inmobiliaria digital con más viviendas en cartera de España
La nueva compañía suma 2.000 inmuebles y espera atraer a más de 700 agentes en los próximos 12 meses
La agencia inmobiliaria digital española Tiko ha comprado la proptech Housell, que antes fue propiedad del fondo norteamericano Cerberus y que hasta ahora estaba controlada por Aviv Group, la división inmobiliaria del grupo editor alemán Axel Springer. El atomizado mercado de las agencias inmobiliarias sin oficinas protagoniza así una de las mayores operaciones de concentración de los últimos tiempos, dando lugar “a la inmobiliaria digital más grande de España y Portugal, tanto en número de regiones en las que opera como en viviendas en cartera dentro del territorio nacional”, según Ana Villanueva, cofundadora y consejera delegada de Iberia de Tiko.
Con esta adquisición, adelantada por este diario, Tiko se hace con una cartera de 2.000 propiedades en venta y pasa a tener presencia en toda la geografía española. La compañía española del sector proptech nació a mediados de 2017 en Madrid con un modelo de negocio que consistía en hacer ofertas en 24 horas y comprar viviendas en siete días con descuentos sobre el precio de mercado para después venderlas.
Pero el grupo, que presenta resultados negativos recurrentes aunque en 2022 aumentó su cifra de negocio un 71% respecto a 2021, hasta los 48 millones de euros, y redujo las pérdidas casi a la mitad, hasta los 2 millones de euros, ha decidido apostar por una nueva estrategia de negocio. Según la empresa, que en 2021 captó 65 millones de dólares en su primera ronda de financiación, la intermediación inmobiliaria va a ser el pilar fundamental de las operaciones en este 2024. Tiko convierte ahora este servicio en la piedra angular de su negocio con el objetivo de multiplicar por 10 el volumen de sus transacciones inmobiliarias y de atraer a más de 700 agentes en los próximos 12 meses. “Siempre hemos apostado por el crecimiento sostenible del negocio, logrando los mejores unit economics del sector en comparación con sus competidores. Gracias a esta premisa, Tiko ha podido acometer esta operación”, indican en la compañía.
En el sector era un secreto a voces que Housell estaba en venta. Desde este martes está en manos de Tiko, aunque las empresas involucradas no han hecho público el importe de la compra ni el reparto exacto del accionario. “El socio mayoritario que era Aviv Group pasa a tener una participación minoritaria”, adelanta Villanueva. “Esta transición hacia un nuevo accionista marca un antes y un después para la siguiente fase de desarrollo de Housell”, comenta Nicolas Dagousset, director de Desarrollo Corporativo de Aviv Group.
La compañía española Housell nace en 2017 con la intención de digitalizar la intermediación en la venta de casas con un modelo de negocio diferente: acabar con la comisión de las agencias a cambio de pagar una tarifa plana, aunque su fundador, Guillermo Llibre, uno de los creadores del portal de cupones español Groupalia, apostaba en 2022 por centrarse en el cargo de una cuota mensual desde el inicio hasta el final de la operación, una línea de negocio en la que la empresa quería focalizar su crecimiento.
Durante los primeros años Housell estuvo controlada en su totalidad por el fondo norteamericano Cerberus, que compró la empresa por casi cuatro millones de euros, hasta que Axel Springer aterrizó en el accionariado en 2019 inyectando 11,5 millones para hacerse con 16,3% de la plataforma online. En aquel momento Housell se situaba entre las tres emergentes españolas del sector con mayor volumen de dinero recaudado en los últimos años, junto con firmas como SpotaHome, de alquileres temporales, o Badi, una aplicación para compartir piso. En 2022 la participación de Axel, inversor de algunas de las compañías inmobiliarias digitales más conocidas de Europa como Groupe SeLoger (Francia) o Immowelt (Alemania), ya alcanzaba el 99,7%. La de Cerberus quedaba diluida en un 0,30%. A día de hoy, el fondo norteamericano informa de que no tiene ninguna participación en la compañía española.
Pero el negocio de Housell estaba lejos de convertirse en rentable. La crisis por la pandemia, que supuso una reducción significativa de las operaciones de la sociedad, trastocó sus planes. La facturación del grupo en 2022, últimos datos depositados en el Registro Mercantil, mejoró hasta los cinco millones de euros (frente a los 4,4 millones del ejercicio anterior), aunque engrosó sus pérdidas: de 7,2 millones en 2021 a 8,6 millones de euros en 2022.
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