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OpenAI alcanza los 2.000 millones de dólares en ingresos anualizados y entra en la élite de Silicon Valley

La compañía busca entre 5 y 7 billones de dólares para expandir la producción mundial de semiconductores para los avances de la IA

Energía IA
Sam Altman, conseero delegado de OpenAI, en el Foro de Davos.DENIS BALIBOUSE (REUTERS)
Marimar Jiménez

OpenAI, la empresa creadora de ChatGPT, logra un hito. Los ingresos de la startup, con sede en San Francisco y respaldada por el gigante tecnológico Microsoft, han superado los 2.000 millones de dólares anualizados, lo que la sitúa como una de las empresas de tecnología de más rápido crecimiento en la historia. Apenas un puñado de empresas, entre las que están Google y Meta, habrían alcanzado esa cifra en los primeros diez años desde su fundación. Así lo revelan el Financial Times y The Wall Street Journal.

La joven empresa, cofundada por Sam Altman, forma ya parte de la élite de Silicon Valley, tras conseguir que el 92% de las empresas de Fortune 500 utilicen sus productos. ChatGPT, que nació hace poco más de un año, lidera la adopción de herramientas de inteligencia artificial generativa. El pasado noviembre, OpenAI ya había logrado logrado 180,5 millones de usuarios de pago, y su crecimiento se dispara, a medida que crece el interés de las empresas y los consumidores particulares por los servicios de IA generativa que pueden generar textos, imágenes, vídeos y código.

Entre sus productos destacan ChatGPT y su modelo de lenguaje GPT-4. El chatbot cuenta con 100 millones de usuarios semanales. La compañía, que en octubre pasado alcanzó unos ingresos anualizados de 1.300 millones de dólares, según The Information, cree que puede duplicar su cifra de ingresos para 2025, tal y como señalan dos personas conocedoras de sus cuentas al FT.

OpenAI es una rara avis, pues se puso en marcha en 2015 con una estructura empresarial peculiar, ya que en la cúspide del grupo hay una sociedad sin ánimo de lucro controlada por un consejo de administración, pero en poco tiempo (fue en 2018 cuando Altman decidió crear la empresa OpenAI LP para captar con mayor facilidad recursos y creó en 2020 una rama comercial) se ha convertido en una auténtica potencia comercial, demostrando el poder transformador de la inteligencia artificial.

Los números parecen demostrar que la crisis vivida con la destitución y posterior vuelta de su CEO Sam Altman no han hecho mella en la compañía. Tampoco se tienen dudas de que su alianza con Microsoft ha sido clave para su éxito actual. La asociación entre la joven empresa y el gigante tecnológico de Redmond ha proporcionado a la compañía el respaldo financiero necesario para posicionarse como líder en la carrera por la inteligencia artificial. La tecnología de OpenAI está detrás del asistente de IA de Microsoft, Copilot, con el que esta compañía está mejorando su software de productividad.

La empresa, no obstante, afronta desafíos, pues pese a que sigue invirtiendo fuertemente en el desarrollo de modelos de IA más sofisticados, los competidores aprietan. Google, una de las pioneras en IA, anunció ayer el lanzamiento de Gemini Ultra, su modelo de inteligencia artificial más potente, que estrena con Gemini Advanced, la versión más avanzada de su chatbot al que se accede a través de una suscripción premium por 21,99 euros al mes. Pero hay más enemigos acechando: Meta, Amazon o xAI, la compañía de IA del magnate Elon Musk, a las que se suman otras empresas emergentes como Anthropic, en la que han invertido sumas millonarias Google y Amazon; Mistral, la startup francesa convertida en protagonista en el último Foro de Davos; la alemana Aleph Alpha, en la que han invertido el dueño de Lidl, Bosch y SAP, o Cohere.

Altman ha explicado que OpenAI sigue generando pérdidas debido a los enormes costos de construcción y ejecución de sus modelos. Y se espera que el gasto siga superando el crecimiento de los ingresos a medida que se desarrollen modelos más sofisticados, lo que podría llevar a la empresa a necesitar recaudar decenas de miles de millones más para poder cubrir esos costes, añade el FT. En los últimos meses, los empleados del creador de ChatGTP participaron en una venta de acciones que le dio a OpenAI una valoración de 86.000 millones de dólares, disparando tres veces su valor en abril pasado.

Para garantizar su competitividad y seguir impulsando el crecimiento de OpenAI, el pasado enero se conoció que Altman busca una alianza para fabricar sus propios chips. El directivo negocia con inversores de Abu Dabi y con el gigante taiwanés TSMC para producir los semiconductores que necesita la inteligencia artificial. Una maniobra que le permitiría reducir los costes de la compañía. Según informa el WSJ, el joven directivo planea recaudar entre 5 y 7 billones de dólares para expandir la producción mundial de semiconductores para los avances de la IA.

La industria global de semiconductores, clave para impulsar los grandes modelos de lenguaje de IA, enfrenta actualmente una escasez de chips de alto rendimiento, en particular unidades de procesamiento de gráficos (GPU). Por ello, y según el citado medio, el plan de Altman pasa por duplicar el tamaño de esta industria para 2030 y solventar así ese cuello de botella. Pero para lograrlo deberá asegurar financiación y sortear algunos desafíos, entre ellos los geopolíticos, debido a la importancia estratégica de la industria de los chips. Altman ya habría entablado conversaciones con figuras clave como el jeque Tahnoun bin Zayed al Nahyan de los Emiratos Árabes Unidos y Masayoshi Son, CEO de SoftBank.


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Marimar Jiménez
Redactora senior en la sección de Empresas de CINCODIAS. Sigue la actualidad del sector de tecnologías de la información y del ecosistema emprendedor español. Antes de incorporse al diario en 2000 trabajó en Actualidad Económica y los suplementos Futuro y Negocio en EL PAIS. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.
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