Airbnb aviva la guerra contra los hoteles y les acusa de masificar de turistas el centro de Madrid y Barcelona
La plataforma se defiende y dice que registró un millón de estancias en zonas de ambas ciudades donde no hay hoteles
La ofensiva de la industria hotelera contra la proliferación de viviendas turísticas en el centro de las ciudades y sus efectos negativos sobre los viajeros, la convivencia con los vecinos o el precio de los alquileres ha encontrado respuesta en Airbnb, que ha elaborado un informe junto a la plataforma OpenStreetMap, en el que rebate todas esas tesis e invierte la carga de la culpa, acusando a los hoteles de concentrar su oferta exclusivamente en el casco histórico de las grandes ciudades y de provocar un fuerte crecimiento de los precios.
El estudio analiza tres grandes ciudades de España (Madrid, Barcelona y Valencia) y la principal conclusión es que la oferta hotelera se limita al centro histórico mientras que las viviendas que comercializa Airbnb en esos tres municipios se reparte de forma más equilibrada por el resto del municipio. El informe destaca que la plataforma comercializó el año pasado 1,4 millones de estancias en zonas de las tres ciudades donde no hay oferta hotelera, repartidas entre Madrid (600.000), Barcelona (450.000) y Valencia (300.000). Asimismo hace hincapié en el efecto positivo que tuvo sobre aquellos propietarios de viviendas en esas zonas ya que obtuvieron 228 millones de euros por sus alquileres, repartidos entre Barcelona (95 millones), Madrid (90) y Valencia (43).
Frente a la acusación de los hoteles de encarecer el precio de los alquileres, Airbnb se defiende y asegura que los precios en las zonas donde no tienen competencia de los hoteles es inferior donde sí hay hoteles. Así recalca que la tarifa media en barrios sin competencia en Madrid es de 91 euros frente a los 124 donde sí la hay. La brecha en Barcelona es de 22 euros y en Valencia de 21 euros. “”Los viajes en Airbnb se están dispersando y, con el verano en el horizonte, Airbnb está ayudando a volver a las ciudades de forma sostenible, dispersando a los huéspedes, los ingresos y los beneficios del turismo más allá de los destinos más saturados en los que hay presencia de hoteles. Vemos los retos que plantean las tendencias del turismo masivo impulsado por los hoteles en Europa y estamos invirtiendo en soluciones para ayudar a los huéspedes a descubrir nuevos barrios y zonas, así como generar nuevas fuentes de ingresos para los ciudadanos locales.”, aseguró Monica Casañas, Directora General de Airbnb Marketing Services SL.
La réplica de los hoteles
En el otro lado, la industria hotelera, representada por Exceltur, de la que forman parte Meliá, NH, Riu, Palladium, Iberostar, Hesperia o Piñero, tiene una visión completamente opuesta a la de Airbnb. En una encuesta realizada a 2.400 personas a finales de 2022, la organización establecía el encarecimiento de la vivienda y de los precios en el barrio como los dos grandes problemas. En tercer lugar figuraban los problemas de convivencia entre vecinos y turistas y la expulsión de la población local de los barrios céntricos. “Exceltur aboga por un turismo de calidad y eso no tiene nada que ver con los pisos turísticos. No mejoran ingresos, no mejoran márgenes, no generan más ni mejor empleo, no generan un menor impacto ambiental y sí provocan que las ciudades pierdan su identidad y se conviertan en parques temáticos”, recalcó Gabriel Escarrer, presidente de Exceltur y consejero delegado de Meliá, durante la presentación del informe sobre las viviendas turísticas.
Málaga como paradigma de crecimiento sin control
En su último informe sobre la evolución de las viviendas turísticas, Exceltur puso el foco en Málaga como paradigma del crecimiento descontrolado del fenómeno de los pisos turísticos. El estudio comparaba la evolución de los pisos turísticos en seis grandes ciudades (Madrid, Barcelona, San Sebastián, Valencia, Málaga y Sevilla) y la capital malagueña aparecía como la que más viviendas turísticas tenía en el casco histórico, con un 12,3% del total, por delante de Sevilla (10,4%) o Madrid (8,8%).
Incluso detectaba dos barrios en Málaga (La Merced y Casco Histórico) en los que el número de plazas en viviendas de uso turístico por cada 100 habitantes censados alcanzaba el máximo en el estudio, con 192 y 156 respectivamente. El nivel más alto en Barcelona no llegaba a 29,8 plazas (Eixample) y ascendía hasta 91 en el caso del entorno de la Puerta del Sol.
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