Las empresas piden máxima flexibilidad en el acceso a las ayudas del Perte Chip
El comisionado de este programa anuncia la inminente convocatoria de las cátedras universidad-empresa
El sector de la microelectrónica en España se encuentra inmerso en los trabajos que está impulsando la puesta en marcha del Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica de Microelectrónica y Semiconductores, más conocido como el Perte Chip. Las empresas respaldan este programa de ayudas, pero, al mismo tiempo piden máxima flexibilidad para que todas las compañías, independientemente de su tamaño y del componente de la cadena de valor al que se dediquen puedan acceder a ellas.
Así lo pusieron de manifiesto este martes en el foro Looking at the future organizado por EY y que contó con la participación del comisionado del Perte Chip, Jaime Martorell.
En este sentido, Francisco Díaz, CEO de SPARC, aseguró que el Perte Chip cubre bastante bien las necesidades de la industria española de microelectrónica y recordó que lo importante es facilitar al máximo el acceso a esas ayudas “dado lo atomizado que está el sector en España”.
Por su parte, Javier Hernández, director de Business, Development y M&A de Littlefuse Inc., reconoció no ser fan de las subvenciones y abogó más por un sistema que plantee ciertas coberturas que ayuden a gestionar los riesgos que conllevan este tipo de inversiones que requieren de mucho dinero, pero también de bastante tiempo para su puesta en producción. “Más que la cantidad de dinero que se puede obtener, las empresas agradecerían ciertas coberturas que les ayuden a tomar la decisión de instalar su fábrica en un país u otro”, explicó.
Guillermo Gómez Fontecha, coordinador de área del Gabinete de la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones e Infraestructuras Digitales, se mostró partidario de que para inversiones totales del entorno de entre 700 y 800 millones de euros, las subvenciones públicas puedan llegar hasta los 300 millones. De hecho, recordó como en otros países europeos el porcentaje de la inversión que finalmente va a ser financiado por los fondos públicos tiene previsto alcanzar el 40% del total. No obstante, también puso de manifiesto como la Comisión Europea tiene perfectamente reguladas esta clase de ayudas.
Respecto a si tiene más sentido invertir en grandes plantas de fabricación de microchips o atraer inversiones para producir otros componentes de la cadena de valor, empresas y Administración estuvieron de acuerdo en que lo ideal es buscar ambas estrategias sabiendo, eso sí, cuáles son las fortalezas del sector en España.
Durante su intervención en este foro, el comisionado del Perte Chip insistió en la importancia que tiene captar y formar talento en un sector que prevé duplicar su demanda en los próximos años. Por ello, anunció la inminente convocatoria de las cátedras universidad-empresa. Con ellas, el objetivo es generar nuevo talento a través de programas formativos específicos que fomenten la creación de laboratorios y “salas blancas” en las universidades.
“Si le ponemos números, queremos que al menos 1.000 personas tengan formación científica de alta capacidad. Es nuestro objetivo”, aseguró. Asimismo, el pasado viernes el Gobierno anunció la primera convocatoria de ayudas dentro del Perte Chip, denominada Misiones Chip y dotada con 60 millones de euros. Su finalidad es fomentar el desarrollo de las capacidades científicas en el ámbito de la microelectrónica y los semiconductores, así como la colaboración entre empresas.
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