Año I de la era TSMC en el reino de los chips
En los 75 años de producción de semiconductores se han sucedido las empresas dominantes: ahora toca a la taiwanesa
Taiwan Semiconductor Manufacturing Company (TSMC) ha presentado sus resultados relativos al último trimestre de 2022. En un escenario de caída generalizada de las ventas de chips, estimada en un 9,2% anual por la Semiconductor Industry Association (SIA), la empresa taiwanesa ha demostrado su solidez con un crecimiento anual de ingresos de un 42,8%, alcanzando los 75.880 millones de dólares (69.949 millones de euros), un 12% de los ingresos del Ibex 35. Adicionalmente al récord de ingresos, el margen de beneficio neto anual ha sido del 47,3%, que se ha traducido en unos beneficios netos de 34.000 millones de dólares.
En un año de crisis económica multifacética, TSMC se ha establecido como líder sectorial sin ver afectada su salud financiera. El mercado también creyó las previsiones de la compañía de ligero crecimiento para 2023 en medio de un sector en encogimiento y premió todo el balance presentado con un incremento ese día del 2% en el valor de la acción. Pero además, la solidez del liderazgo de la empresa taiwanesa tiene la perspectiva de continuar durante varios años apoyada en pilares firmes.
El primer pilar es la excelencia tecnológica. TSMC entregó en 2022 una cifra récord de obleas de chips, 15,23 millones, y lo hizo a pesar de la caída de ventas de los smartphones y PCs, los principales dispositivos usuarios de sus productos de 7nm. El decremento de ventas en estas áreas fue compensada con ventas para centros de datos y grandes ordenadores, solo posible por disponer de productos consolidados más avanzados (y con un precio un 60% superior), los chips de 5nm. La consecuencia fue un precio de venta promedio de 4.408 dólares por oblea, un 24 % más que el año anterior.
La posición de vanguardia tecnológica que le permitió la compensación de ventas en 2022 tiene perspectivas de continuar los próximos años con las nuevas tecnologías de 3nm. Aunque Samsung alcanzó el objetivo de producir estos componentes en junio, los productos de TSMC presentados en diciembre se han mostrado de una calidad superior: la tasa de rendimiento (chips válidos para uso comercial en una oblea) de los productos taiwaneses alcanzaba el 80% frente a un 10%-20% de los coreanos. Este diferencial ya le ha válido a TSMC para vencer a Samsung en la batalla por los primeros contratos de importancia de fabricación de 3nm con Qualcomm, Apple, Mediatek, AMD y Nvidia.
El segundo apoyo que afianza a futuro la posición de TSMC es su política de diversificación orientada. La internacionalización de la compañía no solo busca proteger parte de sus activos ante un eventual intento de reunificación hostil por parte de la China continental, el objetivo es también, como señaló su CEO, situarse cerca de sus clientes más relevantes. La ampliación de las factorías en Estados Unidos está motivada por producir TSMC el 92% de los chips avanzados diseñados allí con un valor del 68% de los ingresos de la compañía. Detrás de la nueva fábrica en Japón se encuentra satisfacer a Sony, su principal cliente. Una eventual planta en la UE responde a la demanda del sector de la automoción europeo. Si bien TSMC negocia obtener para estas fábricas subvenciones que cubran el diferencial de costes con la producción en Taiwán, también prevé grandes inversiones propias para alcanzar su objetivo de situar el 20% de su producción fuera de la isla en 2027 (36.000 millones de dólares solo en 2023).
Finalmente, la tercera clave para el futuro es un fuerte apoyo del Gobierno de Taiwán. Los políticos de la isla son conscientes del rol central de la compañía en el escudo de silicio que les protege de las ambiciones de reunificación china, pero también TSMC cuida esa relación manteniendo su tecnología más avanzada en su país de origen. Por un lado, la empresa ha iniciado en 2022 su producción mundial de chips de 3nm en Taiwán y planea hacer lo mismo en 2025 con la producción de chips de 2nm. Por su parte, el Gobierno taiwanés se esfuerza en preservar un confortable entorno de negocios para la compañía, ya sea regulando nuevas desgravaciones (recientemente, incrementando hasta el 25% de los gastos en I+D) o con acciones diplomáticas (uniéndose a la demanda China ante la OMC que cuestiona las restricciones comerciales de Estados Unidos espoleado por las inquietudes del CEO de TSMC sobre la ruptura de la globalización).
El comienzo de la era de liderazgo de la empresa taiwanesa en el sector se ha escenificado superando a Intel en ingresos anuales y batiendo a Samsung en la carrera por producir chips de 3nm. En los 75 años de historia de los semiconductores se han sucedido las empresas dominantes: Fairchild Semiconductor, Texas Instruments, NEC, Intel, y, ahora, TSMC. Un dominio con pilares para una continuidad durante, al menos, unos años.
Emilio García García es Ex Director de Gabinete de la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones e Infraestructuras Digitales