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¿Puede volver a subir la inflación con la crisis del mar Rojo?

De momento, el impacto en los precios está siendo muy reducido

Febrero ha comenzado con nuevos y buenos datos de inflación para la zona euro. Tras la subida del mes de diciembre, enero ha cerrado con una tasa de inflación del 2,3%, después de caer una décima respecto al mes de diciembre, tal y como ha señalado Eurostat.

Este dato es alentador y confirma que el proceso de desinflación continúa, aunque sea poco a poco y aunque en algunos países, como en España, la inflación haya repuntado dos décimas, hasta el 3,5%.

En la última reunión del Banco Central Europeo, su presidenta, Christine Lagarde, comentó que el proceso de enfriamiento de los precios está avanzando, pero que los estos tienen que seguir bajando más antes de que puedan estar seguros de que “el objetivo de inflación podrá alcanzarse en el momento adecuado y de forma sostenible”.

Hay que recordar que la gran incógnita de este 2024 para los mercados está en saber cuándo va a llegar la primera bajada de tipos después de la subida de tipos más rápida de la historia, tanto en Europa como en Estados Unidos.

La Reserva Federal de Estados Unidos acaba de celebrar su primera reunión del año sin subida de tipos, tal y como se esperaba, y con un mensaje de que todavía no se tiene la suficiente certeza de que la inflación va a seguir cayendo de forma sostenida en el tiempo hacia ese objetivo del 2%.

¿Se trata de una cuestión de falta de confianza? La realidad es que los precios siguen bajando y se encuentran muy lejos de los máximos cercanos al 10% que llegamos a ver en los momentos de la pandemia, pero aún hay dudas porque ese objetivo del 2% aún no se ha tocado. ¿Llegará en 2024 o veremos más subidas?

Para Ángel Olea, socio y director de inversiones de Abante, hemos visto un claro ejercicio de desinflación en los últimos años desde esos máximos y ahora en los mensajes de los banqueros centrales se puede observar que no preocupa tanto la inflación, aunque seguimos teniendo riesgos por delante. ¿Cuál es el más reciente? La crisis del mar Rojo

Aunque “el panorama es muy positivo para la inflación en la zona euro”, en los últimos años estamos viviendo muchas crisis y tensiones de carácter geopolítico que están afectando a la economía. La guerra en Ucrania, el conflicto entre Israel y Hamás y ahora lo estamos viendo con lo que está pasando en el mar Rojo.

En diciembre, las milicias hutíes de Yemen iniciaron una ofensiva contra los barcos comerciales que hacían su ruta por el mar Rojo. Se trata de una zona estratégica para el comercio mundial ya que permite el paso de mercancías por el Canal de Suez. Representa cerca del 12% del comercio mundial y es responsable del 30% del tráfico global de contenedores.

“Estos ataques están provocando que el atajo tan bueno del canal de Suez que permite el comercio bidireccional entre Europa y Oriente se esté desviando por una ruta menos eficiente por África”, destaca Olea. La inseguridad y el incremento de los costes de lo seguros por hacer esa ruta están haciendo que muchas compañías suspendan sus rutas comerciales por el mar Rojo y que se desvíen por el Cabo de Buena Esperanza, lo que implica asumir más costes porque la ruta es más larga y, en consecuencia, las entregas se retrasan.

La naviera japonesa Nippon Yuse anunció en enero que suspendía su ruta por el mar Rojo. En diciembre fue la petrolera BP la que anunciaba que suspendía temporalmente el tránsito de todas sus rutas por esta zona. Y no han sido las únicas. ¿Qué impacto puede tener?

Por el momento, como recordaba Olea en la conferencia de Visión de mercados que celebramos a finales de enero en Abante, sí que estamos viendo un efecto claro y evidente, al menos en el corto plazo, sobre el precio de mover esas mercancías. Así, si nos quedamos con un titular podemos ver que los costes del transporte marítimo de mercancías se han duplicado desde finales de 2023, pero están dentro de un rango que todavía es razonable y que sigue muy lejos de otros momentos de alta tensión como vimos durante los tiempos de la pandemia.

Hace unos días, desde el Banco de España explicaron que la crisis del Rojo sí está incrementando los costes globales de transporte, pero, por el momento, su indicador de cuellos de botella “sugiere que su impacto económico sería, por ahora, reducido respecto a otros episodios anteriores”.

“Las disrupciones en los flujos comerciales internacionales afectan al funcionamiento de las cadenas globales de suministro y producción, causando escasez o retrasos en la entrega de productos finales y componentes clave. Se genera así un desajuste entre la oferta y la demanda, como ocurrió cuando las economías recuperaban la actividad tras los confinamientos, con un impacto negativo en la actividad. Estos desajustes también tienden a impulsar al alza la inflación”, destacaron en su comunicado.

¿Qué podemos esperar en los próximos? ¿Seguirá siendo limitado el impacto? ¿Cambiará la senda de la inflación y, en consecuencia, las decisiones de los banqueros centrales?

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