Supermercados El Arco, primera empresa insolvente con autorización judicial para vender su negocio y salvarse del concurso
El comprador es el gallego Grupo Cuevas que adquiere 30 tiendas, el 80% del negocio
Alimentos El Arco, una cadena de supermercados asturiana cuya primera ensaña fueron las fruterías y productos frescos, es la primera empresa insolvente que consigue autorización judicial para vender parte de su negocio con un plan de reestructuración que evite el concurso de la compañía. La jueza Begoña Díaz, titular del Juzgado de lo Mercantil número 1 de Oviedo, ha homologado este proyecto en un reciente auto (cuyo texto puede consultar aquí) al que ha tenido acceso CincoDías. La decisión de la magistrada rechaza la solicitud de hasta cuatro acreedores que pedían escapar del plan. El futuro comprador es otra cadena de alimentación, el Grupo Cuevas (Ignacio de las Cuevas SA), un negocio de origen familiar con raíces en Orense (Galicia). La empresa ya está presente en Asturias pues finales del año 2021 adquirió varios centros en la comunidad autónoma, lo que supuso un impulso sobre los resultados de la compañía.
El auto es el primero que admite la venta de un negocio en ruinas (venta de unidad productiva, en el argot de la Ley Concursal) fuera del ámbito del concurso de acreedores, un proceso reglado para solventar los problemas de insolvencia de las compañías. De esta forma, Alimentos El Arco, con una facturación aproximada de 90 millones de euros y 700 empleados, consigue así salvar su negocio en peligro de forma más flexible.
El grupo asturiano El Arco comunicó el inicio de negociaciones con sus acreedores el 1 de septiembre de 2023. En poco más de ocho meses, con varias prórrogas de por medio, la compañía ha conseguido de la mano del bufete de abogados Vaciero la homologación de un plan de reestructuración consistente en la venta de gran parte de su unidad productiva para salvar el negocio. Como explica Ricardo San Marcos, vicepresidente de la firma y líder de esta iniciativa, el plan “resuelve la insolvencia de la compañía al transferir gran parte del negocio a una empresa ajena, el grupo Ignacio de las Cuevas SA, que se hace cargo de la mayor parte del personal y asume un volumen importante de la deuda”.
Hasta el momento, destaca San Marcos, en ningún plan de reestructuración se había considerado la opción de incluir la venta de unidad productiva porque esta posibilidad no está expresamente contemplada en la Ley Concursal. Sí está, en cambio, prevista cuando la empresa insolvente ya está inmersa en un proceso concursal. “En este contexto, Vaciero ha decidido anticipar lo previsto para los concursos al periodo preconcursal, en una operación en la que Alimentos El Arco ha transferido parte de su negocio a un tercero a través de una operación de compraventa tras completar la reestructuración y ha ajustado sus pasivos, haciendo así que el negocio restante quede saneado y sea viable”, explica el experto y socio de concursal de Vaciero.
Ricardo San Marcos considera que “este nuevo enfoque marca un punto de inflexión en los procesos de reestructuración empresarial”. “La homologación de este plan demuestra la eficacia y viabilidad de los nuevos modelos de reestructuración preconcursales”, afirma el abogado.
Plan de reestructuración
El plan para salvar del concurso a la empresa Alimentos El Arco incluye la venta de 30 supermercados al Grupo Cuevas, lo que representa el 80% de su negocio. Esta compra supone el pago de 10,5 millones de la deuda reestructurada de El Arco. Asimismo, se preservan más de 600 empleos.
La operación también prevé un contrato de depósito interino de mercancías de Grupo Cuevas para cubrir el surtido de las tiendas de El Arco, así como un contrato de suministro para los próximos años.
El plan también contempla aplazamientos para los acreedores privilegiados y quitas o esperas para los ordinarios. En el caso de los acreedores subordinados (que serían los últimos en cobrar en caso de liquidación) se estipulan quitas.
Ricardo San Marcos defiende esta solución frente a un posible concurso: “Salva más de 600 empleos, muchos de una zona, como las cuencas mineras de Asturias, muy castigada por la reconversión. Además, permite el cobro de un tercio de la deuda al conjunto de acreedores y mantiene abiertas tiendas en zonas donde no existen otros establecimientos alternativos. Por último, los proveedores de El Arco siguen suministrando al Grupo Cuevas, que se compromete con el mantenimiento del producto de empresas asturianas”.
Acreedores en contra
La jueza rechaza en el auto de homologación las reclamaciones de varios acreedores. Algunos de ellos pidieron la nulidad de las actuaciones. Además, Fruteros Asturianos SA solicitó la suspensión del procedimiento por “existir prejudicialidad penal”. Sin embargo, la magistrada despacha estas peticiones indicando que no es el cauce adecuado y que los acreedores pueden impugnar su decisión.
Una de las objeciones que hacen algunos acreedores de El Arco es la clasificación de créditos que resolvió el juzgado en julio del año pasado a petición de Vaciero y que influyó en el juego de mayorías necesarias para aprobar el plan. Una sentencia pionera que “permitió la separación de los créditos financieros en dos clases distintas: una ordinaria y otra compuesta exclusivamente por los préstamos avalados por ICO, lo que propició una flexibilidad sin precedentes en la votación de los planes de reestructuración”, explica San Marcos.
Con estos mimbres, la mayoría de las clases de acreedores, cinco frente a cuatro, apoya el plan para salvar Alimentos El Arco. La magistrada destaca en su auto que entre los grupos a favor están aquellos que, de haberse declarado el concurso, tendrían un privilegio especial sobre los demás acreedores. En concreto, se trata de las entidades financieras que cuentan con garantía hipotecaria, así como los acreedores que tienen contrato de leasing (con o sin ICO) y los financiadores interinos.
La ley, explica la jueza, prima en estas decisiones “el interés de clase frente al importe de los créditos afectados, de manera que lo que se exige es la aprobación por una mayoría de clases no de una mayoría de créditos”. Por este motivo, decide homologar el plan presentado por Alimentos El Arco a los acreedores.
Posible impugnación
La ley faculta a los disidentes a impugnar el plan por unas causas tasadas en el plazo de 15 días desde su homologación. Entre estos motivos, que el procedimiento de homologación no hubiera respetado los requisitos de comunicación, contenido y forma, irregularidades en la formación de clases de acreedores o que el deudor no sea insolvente, entre otros.
Las posibles impugnaciones se acumularían en una sola para que resuelva uno de los magistrados especialistas en concursal de la Audiencia Provincial de Asturias. No obstante, el plan tiene efectos desde el día siguiente a su homologación, por lo que este incidente no tendría efecto suspensivo.
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