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Unión Europea
Tribuna
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El futuro de la unión aduanera europea

La Comisión propone la reforma más ambiciosa de la Aduana desde su creación en 1968

GETTY IMAGES

La propuesta de modificación del Código Aduanero de la Unión (CAU) fue aprobada el pasado 17 de mayo de 2023 y tiene tres principales objetivos: simplificar los procedimientos aduaneros y reducir costes administrativos haciendo uso de herramientas de Inteligencia Artificial (IA); armonizar el sistema de gestión de riesgos en toda la UE para mantener estándares uniformes de cumplimiento de la legislación (medioambientales, de calidad, sanitarios), funcionando como una verdadera Unión Aduanera; e incrementar la recaudación, así como reducir drásticamente los altos niveles de fraude en el sector del comercio electrónico.

Para alcanzar estos fines, una primera línea de actuación que propone la Comisión es generar una nueva asociación entre las empresas y la aduana. Para ello se prevé la creación de un centro de datos aduaneros (EU Customs Data Hub), basado en la IA, que simplifique masivamente o incluso elimine por completo la necesidad de declarar en aduana.

Este nuevo Hub funcionará a modo de “ventanilla única”, permitiendo a los operadores suministrar la información necesaria a través de un único portal, con progresiva entrada en vigor entre 2028 y 2038.

Asimismo, se prevé llevar la actual figura del Operador Económico Autorizado (OEA) a un estadio superior a través de la creación del Trust and Check Trader, con requisitos de acceso muy estrictos que demuestren que se trata de un operador de confianza.

A cambio, estos operadores podrían importar mercancías sin la intervención activa de la aduana, efectuar un autocontrol de la conformidad de sus mercancías o pagar derechos arancelarios de forma periódica y no por cada envío, ahorrando así declaraciones.

En segundo lugar, se propone la creación de una única Autoridad aduanera de la UE que debería entrar en funcionamiento a partir de 2028. Se configura como una agencia descentralizada que ponga en común los conocimientos y recursos de los Estados miembros y de la Comisión, y que aborde de forma más inteligente los controles aduaneros. Entre sus funciones se encontraría la evaluación de riesgos, utilizando los datos constantemente actualizados del EU Customs Data Hub.

Todos los Estados podrán acceder en tiempo real a la información suministrada a través del EU Customs Data Hub con el fin de evaluar los riesgos y que dicha información sea monitorizada de forma homogénea mediante la IA. Con ello se pretende reducir el border shoping en el que determinados comerciantes se dirigen a las aduanas de la UE con controles más laxos o con menor imposición de sanciones en caso de incumplimiento, en aras de funcionar como una verdadera Unión Aduanera.

Finalmente, se propone una reforma del marco regulatorio del comercio electrónico, que consistirá en trasladar la responsabilidad del pago de derechos de importación e impuestos a las grandes plataformas, liberando a los consumidores de formalidades aduaneras y de las comisiones aplicadas por empresas de mensajería. Asimismo, estas plataformas serían responsables de que las mercancías cumplan con la legislación de la UE.

También se eliminaría la franquicia arancelaria de 150 euros, introduciendo a cambio una simplificación potestativa en el cálculo de los aranceles para pequeños envíos, a efectos de aliviar la carga administrativa que se generará a los operadores.

En cualquier caso, debemos tener en cuenta que se trata de un proyecto en una fase muy incipiente que puede sufrir relevantes cambios hasta su aprobación definitiva por parte del Parlamento Europeo y el Consejo de la Unión Europea, previa consulta al Comité Económico y Social Europeo. No faltan voces que reclaman modificaciones, en especial para no dejar fuera de juego a las pequeñas y medianas empresas, o a profesionales del sector, que prevén un difícil encaje en las ambiciosas pretensiones de esta reforma.

Nuria Nicolau y Lourdes Martínez, socia y asociada del área fiscal de Cuatrecasas

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