Pendientes de la inflación en EE. UU.
Máximos de rentabilidad de la deuda
Los mercados están pendientes de la publicación de la inflación subyacente en EE. UU., la medida preferida de la Reserva Federal, para obtener indicaciones sobre si ha terminado de subir sus tipos de interés. De momento la inflación general aumentó hasta 3,7% en agosto, aunque la subyacente (que excluye alimentos no elaborados y energía) cayó al 4,3%. Además, la encuesta de la Universidad de Michigan ha indicado recientemente un descenso de expectativas de inflación a un año, hasta el 3,1%, mínimo desde marzo de 2021. Pero el consumo se mantiene firme y la inflación sin alimentos, energía y vivienda resiste. Efectivamente, el mercado del petróleo sigue tenso por los recortes de la producción, incluyendo una reducción de las exportaciones rusas, con los precios cerca de nuestro objetivo de 95 dólares el barril de Brent para fin de año.
Además, se está acabando el tiempo para un acuerdo presupuestario de financiación Federal que evite un cierre del gobierno de EE.UU. el 1 de octubre.
Máximos de rentabilidad de la deuda
En este estado de cosas la Reserva Federal ha dejado su tipo de interés sin cambios, pero sorprendido a los mercados con la opción de subirlo nuevamente este año, previendo que llegará al 5,13% a finales de 2024. Así que la rentabilidad a vencimiento de la deuda de EE. UU. a diez años ha alcanzado el 4,5 %, máximo desde 2007. Al mismo tiempo, la Reserva Federal ha revisado al alza sus proyecciones de crecimiento para 2023 al 2,1 %, mostrando mayor confianza en que la economía estadounidense puede soportar tipos de interés "altos más tiempo" y logre un "aterrizaje suave". Por nuestra parte hemos elevado la previsión de crecimiento del PIB real para EE. UU. este año al 2,1 %, aunque estimamos que pueda sufrir una leve recesión en 2024.
Mientras, tanto la Comisión Europea como el BCE han reducido su previsión de crecimiento del PIB para la eurozona este año al 0,8 %, aunque la rentabilidad a vencimiento del bono alemán a diez años ha superado 2,7 %, máximo en diez años. Nuestra previsión de crecimiento del PIB real este año en la eurozona es del 0,5 %.
Por su parte el Banco de Inglaterra, ante preocupaciones de efectos secundarios negativos duraderos, ha dejado su tipo de interés sin cambios en el 5,25 %, pero indicado que la política monetaria tendrá que ser "restrictiva el tiempo suficiente" y acelerado su ajuste cuantitativo. También el Banco Nacional de Suiza mantiene tipos, señalando que el endurecimiento monetario de los últimos trimestres está frenando la inflación. Incluso el Banco de Japón ha dejado inalterados sus tipos de interés, pero hay que prestar atención a las insinuaciones de su gobernador Kazuo Ueda del posible fin de la era de interés negativo y es posible que asistamos a la retirada del control de la curva de rentabilidades a vencimiento de la deuda de Japón. En todo caso es destacable el buen comportamiento económico de Japón, con reformas de gobernanza y un banco central todavía acomodaticio. Nuestra previsión de crecimiento del PIB de Japón este año es del 1,3 %.
Sin embargo, el banco central de Brasil ha reducido sus tipos de interés 0,5 % por segunda vez. Hay que tener en cuenta que los países latinoamericanos lideraron el ciclo de alzas de tipos de interés y ahora, ante preocupaciones de desaceleración, lideran la flexibilización. Por su parte los bancos centrales asiáticos han sido tímidos en recortes de tipos. En conjunto cabe esperar que las rentabilidades a vencimiento en la deuda de mercados emergentes en moneda local se reduzcan.
En cuanto a China los precios se han vuelto menos des inflacionarios. Su economía puede estar tocando fondo con la aceleración de las ventas minoristas y crecimiento del crédito. El impulso puede recuperarse modestamente hasta finales de año mediante estímulo de las políticas monetarias y fiscales y nuestro pronóstico de crecimiento de su PIB para 2023 es del 5,2 %.
Septiembre es históricamente un mes difícil para la renta variable
Septiembre es históricamente un mes difícil para la renta variable, típicamente con una mayor volatilidad. De hecho, el índice Russell 2000 de acciones de pequeña capitalización muestra preocupaciones sobre la economía de EE. UU. a medida que han subido los precios de la energía y la posibilidad de que los resultados decepcionen este tercer trimestre. De hecho, infra ponderamos acciones de pequeña capitalización, pues tienen mayor proporción de deuda a tipo de interés variable. El caso es que los valores cíclicos han dejado de superar a los defensivos a medida que los mercados se han preocupado por el impacto de unos tipos de interés altos más tiempo. Infra ponderamos renta variable de EE. UU. por valoraciones, pero estamos neutrales en renta variable europea y japonesa. Preferimos los bancos europeos a estadounidenses por valoración. También estamos neutrales en acciones asiáticas, aunque esperamos que las dificultades económicas y del sector inmobiliario puedan estabilizarse en China.
En renta fija, sobre ponderamos bonos del Tesoro de EE. UU., aunque con cautela respecto a sensibilidad a variaciones de tipos de interés. Son atractivos los bonos del Tesoro de EE. UU. vinculados a la inflación con vencimientos a dos años, que ofrecen protección. En cuanto a deuda empresarial, la rentabilidad del crédito grado de inversión a corto plazo es atractiva, pero los diferenciales de rentabilidad en deuda empresarial de mayor riesgo son preocupantes. Ahora bien, sobre ponderamos bonos gubernamentales de mercados emergentes en moneda local.