El tren, clave para que España sea plataforma logística intercontinental
Debe mejorarse la red ferroviaria y han de reducirse las exigencias a los operadores privados
La actividad logística en España pertenece a un sector económico creciente, con una importancia estratégica para la industria, el comercio y la economía. Al estar muy ligada al sector del transporte, necesita que este sea un instrumento sólido, competitivo y fuerte, permitiendo así retener y generar la actividad económica. Son dos sectores interconectados que, en 2020, superaron los 58.962 millones de producción, según el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana.
El transporte terrestre es uno de los más utilizados para la circulación interior de mercancías. La mayor parte de estos trayectos se hacen por carretera, lo que conlleva una serie de costes que no son meramente económicos, sino también ambientales. Desde organismos oficiales, se aboga por el uso del transporte ferroviario, que supone solo un 4% de las toneladas-km transportadas.
A lo largo de los últimos años, hemos sido testigos de distintos planes y medidas para fomentar la cuota del transporte ferroviario de mercancías. En esta línea, se llegó a permitir la entrada de operadores privados, cuya participación ha aumentado hasta el 33% actual. Sin embargo, esta medida no llegó a impulsar el volumen total de mercancías transportadas. Año tras año vemos estancadas las cifras de la logística ferroviaria, lo que nos lleva a preguntarnos qué aspectos obstaculizan el crecimiento de este tipo de transporte.
Si hay algo que impide el crecimiento del transporte ferroviario es, sin duda, la infraestructura. España tiene unas características territoriales que, sumadas a su situación económica actual de aumento de costes, hacen que se necesite una gran inversión para solventar los problemas que limitan el potencial del transporte ferroviario.
Estos problemas son, por ejemplo, la dificultad de interoperabilidad entre países, la falta de conexión con las principales áreas logísticas, la longitud máxima de circulación, los pocos recursos de las terminales ferroviarias existentes o las numerosas condiciones exigidas a los operadores privados. Sumado a esto, deberían mejorarse también las condiciones técnicas de la red, como los gálibos, las pendientes o la longitud de los apartaderos.
No obstante, no es solo el transporte el que necesita una actualización: las terminales logísticas también deberían adaptar sus instalaciones y mejorar sus conexiones con la red ferroviaria, tratando de buscar el orden y la funcionalidad dentro del mapa logístico nacional. De esta manera, podrían aumentar la competitividad dentro del sector, con cadenas multimodales e intermodales, que presenten mejores ventajas para los operadores logísticos.
La intermodalidad está considerada la firme aliada de la movilidad en España, ya que favorece un mejor aprovechamiento de las capacidades de los sistemas de transporte, reduciendo la contaminación y el consumo energético. Pero para alcanzar su máxima eficiencia, es necesario impulsar el transporte ferroviario, que sigue sin conseguir valores similares a los de otros países europeos. Nos encontramos de nuevo en la misma instancia, con una necesidad de inversión en la infraestructura ferroviaria que potencie las principales ventajas de esta, como su rentabilidad en distancias superiores a los 700 kilómetros, o el ahorro en costes, de hasta un 53% a partir de los 1.600 km.
El potencial del transporte ferroviario de mercancías está aún por explotar. Dentro de una industria tan estratégica y con semejante potencial, es clave para posicionar España como plataforma logística intercontinental, haciendo de la inversión en el sector una apuesta geoestratégica rentable. Persiguiendo estos objetivos, cada vez es más común que entidades gubernamentales destinen parte de sus programas al impulso de los medios de transporte alternativos, con el fin último de potenciar el sistema ferroviario español y fomentar su transición a un sector más sostenible. Por tanto, podemos esperar un mayor desarrollo de este formato durante los próximos años, atrayendo así nuevos proyectos e inversión.
Concienciados de la importancia económica y estratégica del transporte ferroviario en la actividad logística española, es deber del sector apoyar e impulsar diferentes iniciativas para alcanzar todo su potencial y colocarse como referente europeo en el transporte de mercancías.
David Martínez es CEO de ProEquity