Los 13.000 coches de lujo recaudan en el impuesto de matriculación un 40% más que los 261.000 más baratos
Estos vehículos son el 1,5% del total y aportan el 13% de los ingresos Una parte de los más caros, los eléctricos, están exentos de pagarlo
Un selecto grupo de apenas 13.000 vehículos de alta gama, tan solo el 1,5% de todos los coches que se matricularon en España en 2022, soportó el 13% de la recaudación conjunta que el Ministerio de Hacienda obtuvo del impuesto de matriculación durante ese periodo, con unos ingresos totales que llegaron a los 650 millones de euros.
En concreto, los 13.162 coches de más de 60.000 euros matriculados durante el pasado ejercicio supusieron unos ingresos fiscales de 84,9 millones, un 39,2% más que los 61 millones derivados de las matriculaciones de los 261.600 vehículos más baratos del mercado, cuyo precio no llegaba a los 15.000 euros.
Los datos fueron publicados ayer por la Agencia Tributaria en el avance de la estadística del impuesto de matriculación de vehículos automóviles, cuyas cifras podrían variar levemente en función del cierre definitivo de diciembre. La radiografía del impuesto muestra, no obstante, cómo el peso recaudatorio responde a los vehículos con las bases imponibles más elevadas. Los modelos que superan los 40.000 euros –y que suponen en conjunto un 6% de todas las matriculaciones del país– ingresaron unos 178 millones, el 27% de toda la recaudación. Por su parte, los que no llegan a los 20.000 euros –el 60% de todas las altas– recaudaron 164,4 millones, un 25% del total.
La cuota media a ingresar por vehículo fue de 6.450,99 euros en el caso de los más caros del mercado, mientras que los más baratos solo pagaron una media de 205,76 euros por coche en el impuesto de matriculación.
Por regiones, según los datos de la Agencia Tributaria, la mayor parte de los vehículos se dieron de alta en la Comunidad de Madrid, la zona que concentró casi el 39% de todas las matriculaciones del país con unos 339.700 registros. Muy por debajo se situaron Cataluña, Andalucía y Comunidad Valenciana, donde las matriculaciones oscilaron respectivamente entre el 10% y el 12%.
Los eléctricos, exentos
La diferencia de recaudación entre los coches más caros y los más baratos podría haber sido mayor de no ser porque los vehículos eléctricos e híbridos enchufables están exentos de pagar este tributo. Esta exención se debe a que el gravamen se basa en las emisiones de los coches matriculados.
Por debajo de los 120 gramos de CO2 por kilómetro, el comprador no paga el gravamen, por lo que los vehículos electrificados quedan libres de este impuesto, que puede llegar a ser del 14,75% sobre el valor del vehículo (esto se aplica en coches que emiten más de 200 gramos de CO2 por kilómetro). Por su parte, los automóviles que emiten entre 120 y 160 gramos de CO2 pagan un gravamen del 4,75%; mientras que los de entre 160 y 200 gramos de CO2 pagan un tributo del 9,75%.
De esta forma, quedaron por debajo del umbral mínimo para pagar el impuesto los 78.329 turismos electrificados (incluye tanto eléctricos como híbridos enchufables) que se vendieron el año pasado, según datos de Anfac, la patronal de fabricantes de coches.
Debido a cómo está diseñado el impuesto, el peso del gravamen recae más sobre los vehículos de combustión de mayor tamaño, como los SUV, un segmento de gran éxito en el mercado. En España, según Anfac, de los diez modelos más vendidos, ocho fueron SUV, entre ellos los tres modelos con más matriculaciones: el Hyundai Tucson (este último tiene versiones híbridas), el Dacia Sandero y el Seat Arona (un SUV pequeño). Por ejemplo, este último, dependiendo de la versión, puede llegar a tener una emisión media de hasta 145 gramos de CO2 por kilómetro. En ese caso, el cliente tendría que pagar un 4,75% del impuesto de matriculación.