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Boeing y su seguridad pasarán un nuevo examen de Aviación Civil en EE UU

La FAA crea un comité de expertos para supervisar los cambios en los procesos del fabricante tras los siniestros de 2018 y 2019

Modelo 737 MAX de Boeing.
Modelo 737 MAX de Boeing.
Javier Fernández Magariño

El gigante de la aviación Boeing vuelve a estar bajo la lupa del órgano estadounidense de Aviación Civil (FAA por sus siglas en inglés) como consecuencia de los dos siniestros de modelos 737 MAX que entre 2018 y 2019 se cobraron 346 vidas. El órgano activó el día de Reyes una comisión de 24 expertos para supervisar la gestión de la seguridad por parte de la compañía.

Este grupo, en el que participa personal de la propia FAA, la NASA, distintas aerolíneas usuarias del 737 MAX (Southwest Airlines, American Airlines, United o Fedex), fabricantes de motores (Pratt & Whitney, GE Aerospace ) y analistas del sector aeroespacial, llega con retraso respecto a su previsión de puesta en marcha en 2021. Los trabajos se llevarán nueve meses y se basarán en el proceso de certificación de aeronaves de la FAA, actualizado tras los citados accidentes en Indonesia y Etiopía.

En noviembre de 2020 fue la propia Administración Federal de Aviación de Estados Unidos la que dio luz verde para que los 737 MAX volvieran a volar y ser comercializados después de 20 meses de cuarentena. Con esa resolución, el veto fue levantándose en el resto del planeta y el 737 vuelve a estar entre las aeronaves más demandadas para el corto radio. Las europeas Ryanair e IAG están entre las mayores compradoras.

Sometido a un duro examen

El avión estrella de Boeing, desde el punto de vista comercial, fue sujeto a todo tipo de investigaciones y pruebas durante el largo tiempo anclado a tierra, con más de 60.000 horas en revisiones. El administrador de la FAA, Steve Dickson, participó personalmente en ese proceso de auditoría que conllevó cambios en el diseño, software (de estabilización horizontal y de piloto automático) y componentes mecánicos.

Esta crisis costó más de 20.000 millones de dólares a Boeing, que mejoró el sistema de prevención de pérdida de control del vuelo, MCAS (Maneuvering Characteristics Augmentation System). Un fallo técnico hizo que los aparatos siniestrados tendieran a volar hacia abajo mientras los pilotos trataban de estabilizarlos.

Una vez liberado el aparato, en plena pandemia y derrumbe de la aviación, centenares de unidades tuvieron que adaptarse con la instalación de software y revisión del cableado, y fueron adaptados los procesos de adiestramiento de los pilotos.

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Sobre la firma

Javier Fernández Magariño
Es redactor de infraestructuras, construcción y transportes en Cinco Días, donde escribe desde junio de 2000. Ha pasado por las secciones de Especiales, Cinco Sentidos, 5D y Compañías siguiendo la información de diversos sectores empresariales. Antes fue locutor de informativos en la Cadena Cope, además de colaborar en distintos medios de Madrid.

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