_
_
_
_
_
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Con las subidas de tipos, ¿qué sucederá con las pymes?

La situación financiera de muchas empresas ha mejorado en 2022, pero este año hay que estar alerta a la desaceleración

A nivel económico, el pasado mes de diciembre vino marcado por las reuniones de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) y por la del Banco Central Europeo (BCE). Ambas reuniones, con apenas un día de diferencia, fueron las últimas que se celebraron en 2022. Y no fueron las únicas, ya que también se han reunido el Banco Central de Suiza, el Banco de Noruega y el Banco de Inglaterra, entre otros. Todas con el mismo resultado: subidas de tipos.

Como esperaban los principales analistas, tanto la Fed como el BCE han decidido ralentizar el ritmo de las subidas ante los primeros indicadores que parecen indicar un ligero frenazo en la elevada inflación. Eso no quiere decir, que no se hayan subido, ya que ambos bancos centrales los han incrementado en 50 puntos básicos.

Ante estos acontecimientos, la mayoría de los artículos, noticias y debates se centraron en el efecto que tendrán estas subidas de tipos de interés sobre los mercados, enfocando mucho sus análisis en los principales parques mundiales, como pueden ser el S&P 500, el EuroStoxx 50, el Nikkei o el Ibex 35 en el caso de España. Sin embargo, las mayores consecuencias las sufren las pymes, esas pequeñas y medianas empresas que son el motor de muchas economías, especialmente de la española.

Solamente en 2022, los tipos de interés han subido un 2,5%, lo que ha supuesto un claro endurecimiento de las condiciones de financiación reales de las empresas. Ante esta situación, hay que tener presentes dos factores: el coste de la financiación y la facilidad de acceso al crédito.

Los costes asociados a las financiaciones dependen del interés que paga el propio prestamista por disponer de esa cantidad, el cual se incrementa con otras variables entre las que destacan el riesgo de crédito asociado a la operación. Entonces, ¿si los tipos de interés oficiales suben en 50 puntos básicos, el coste de la financiación real subirá en 50 puntos también? Probablemente no. Una subida de tipos de interés hace que el coste de financiación real sea mayor al de la subida.

El riesgo de crédito es la posible pérdida que asume el prestamista por impago del prestatario. Es decir, el riesgo en una operación de financiación dependerá de la capacidad que tenga la empresa de pagar y de si tiene avales que cubran el impago o no.

¿Por qué una subida de tipos afecta a la capacidad de pagar de las empresas? Las subidas de tipos tienen un efecto ralentizador en la economía. En el caso de muchas empresas provocan menores márgenes o ventas, problemas de cobros con clientes, además de obligarlas a dedicar una mayor proporción de caja a repagar la deuda. En definitiva, empeoran su situación financiera.

Por otro lado, se reduce la facilidad de acceso al crédito. ¿Por qué? Por la percepción y tolerancia al riesgo por parte de los bancos. Las proyecciones económicas no son muy positivas y se espera una posible recesión. De entrada, los bancos perciben ya un mayor riesgo. Otro factor a tener en cuenta es la tolerancia al riesgo, es decir, cuánto está dispuesto a arriesgar un banco a la hora de conceder préstamos. Si esta tolerancia se mantiene estable, pero el riesgo de las operaciones es mayor, se rechazarán más financiaciones o se pedirán mayores garantías.

Las empresas van a seguir necesitando financiación hasta el punto de que incluso sus necesidades se han incrementado a corto plazo. La alta inflación ha provocado un aumento de los precios en general, y los costes de las empresas no son una excepción. Las materias primas se han encarecido, los suministros están disparados como consecuencia de los precios de la energía y los costes laborales siguen al alza.

Algunas compañías conseguirán mantener sus márgenes si son capaces de repercutir dichas subidas al producto o servicios final o si logran ser más eficientes. Otras en cambio, si no son exitosas en estas acciones, irreversiblemente verán un empeoramiento de su actividad.

Pero no todo son malas noticias. Aunque según datos del Banco de España, la deuda bruta de las empresas se incrementó hasta septiembre de 2022 un 15% comparado con el año anterior, los mejores resultados del conjunto de las empresas han hecho que el volumen de deuda en proporción a los resultados empresariales haya descendido. Esto se debe a que, durante 2022, la mayoría de las empresas han recuperado sus beneficios empresariales a niveles cercanos a prepandemia. Al mismo tiempo, los gastos financieros, pese a incrementarse como consecuencia de la subida de los tipos de interés, también suponen una menor proporción sobre los beneficios empresariales en comparación con los meses anteriores. Lo cual demuestra que la situación financiera de muchas empresas ha mejorado durante 2022. De cara al futuro, habrá que estar alerta en caso de que se dé un escenario de desaceleración y estos beneficios decaigan, deteriorando estas métricas descritas previamente.

Ante el horizonte de subidas de tipos, las empresas se pueden proteger mediante el uso de nuevas tecnologías fintech, que permiten a los equipos financieros tener mayor visibilidad e información en tiempo real para tomar decisiones acertadas relativas a gestión de caja y ge-stión de pagos y cobros. Este tipo de tecnología facilita, entre otras soluciones, acortar los periodos medios de cobro, identificar los proveedores que consumen un mayor circulante para poder tomar medidas al respecto o identificar posibles necesidades de caja de manera anticipada y buscar alternativas.

Gorka Aguirre es fundador y CEO de Snab

Archivado En

_
_