Francisco González, sobre su relación con el exjefe de seguridad de BBVA: “Es una leyenda urbana”
El expresidente de BBVA aseguró ante el juez que fue Julio Corrochano quien propuso contratar a detectives para frenar a Sacyr.
El expresidente de BBVA, Francisco González, aprovechó su declaración ante el juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón para “matizar” y “precisar” ciertas afirmaciones que, a lo largo de tres años de investigación, han ido deslizando otros imputados. Uno de ellos fue el exjefe de Seguridad corporativa del banco Julio Corrochano, en cuya declaración aseguró que despachó directamente con el que fuera máximo responsable del banco la contratación de una empresa de detectives para frenar el intento de asalto de Sacyr Vallehermoso en 2004. Sin embargo, González desmitió el pasado 16 de diciembre ante el juez esta aseveración, así como una supuesta relación estrecha. “Es una leyenda urbana que (Corrochano) estaba muy cerca a mi persona. Yo veía a este señor cuatro o cinco veces por año, dentro de esos otros 100 ejecutivos a los que veía también para enterarme de cómo iba el banco”, aclaró el expresidente de la entidad, según el audio de su declaración voluntaria al que tuvo acceso Cinco Días.
A lo largo de dos horas y media, González presumió varias veces de su ‘Código FG’, una guía de buenas conductas que instauró en el banco, y descartó cualquier irregularidad con la contratación del Grupo Cenyt, el entramado empresarial liderado por el comisario jubilado José Manuel Villarejo. En este contexto, aseguró que si un empleado tenía conocimiento de que la actuación del expolicía era ilegal, lo tenía que haber comunicado a sus superiores, si bien descartó que algunos de ellos tuvieran conocimiento de tal circunstancia en 2007, cuando Corrochano pidió a los trabajadores de una sucursal que “trataran bien” al espía con la apertura de una cuenta bancaria. “Lo dudo mucho”, dijo González.
En esta línea, el expresidente del banco utilizó gran parte del interrogatorio para desvincularse de los encargos a Villarejo. Aseguró que, pese a su alto cargo, él no podía dar ningún tipo de orden a nigún subordinado que no le reportara directamente. De este modo, negó que él diera la orden directa a Corrochano de contratar a una empresa externa, y en concreto Cenyt, al igual que recalcó que tampoco le llegaban noticias sobre los proveedores. “BBVA tenía miles de proveedores, ciento de miles de facturas y era imposible controlar el banco si la alta dirección estuviera en ese tipo de cosas”, explicó. De ello, apuntó, se encargaban los responsables que se encontraban en la “cuarta o quinta línea”, como es el caso del jefe de seguridad.
"Era una operación imposible"
Entrando más de lleno en el inicio de las relaciones con Villarejo, González narró que conoció las pretensiones de Sacyr por las llamadas telefónicas del que fuera consejero delegado Ignacio Goirigolzarri (ahora presidente de CaixaBank) y del exvicepresidente del Gobierno Pedro Solbes y admitió que le dio una baja importancia al asunto. “No estamos en una OPA, estamos en una operación imposible”, subrayó a preguntas del juez. Aún así, tuvo lugar una reunión para gestionar este asunto, en la que participó Corrochano, que, según la versión de González, propone la contratación de una agencia de detectives para obtener información. “No decimos ni que sí, ni que no. Era un ofrecimiento del jefe de seguridad normal (...) y ahí queda la cosa”, zanjó.
Ante tales afirmaciones, que contrasta con lo que detalló Corrochano en su declaración, el magistrado instructor mostró sus dudas acerca de que en dicho encuentro de relevancia estuviera presente un directivo de “cuarto nivel” y, sobre todo, para tratar una cuestión “nimia”, tal y como González tildó el intento de Sacyr de hacerse con el control de la constructora.
“No me reúno con él, se reúne él con nosotros”, precisó el expresidente del banco, al tiempo que agregó que le pareció “normal” verle allí. Asimismo, para rebajar los interrogantes del instructor, destacó que “una cosa” es que la iniciativa de la constructora no tuviera relevancia para él “en el sentido de que esa operación no iba a salir adelante y otra cosa es que en esos días solo me dedicaba a eso porque no era nimio, desde el punto de vista de la repercusión externa, que el banco se viera envuelto en un escándalo”.
Durante la comparecencia, el máximo responsable de BBVA también hizo hincaipé en que fue iniciativa suya realizar una investigación interna tras saltar, en mayo de 2018, las noticias de que el banco había trabajado con el polémico policía. También indicó que fue idea del entonces jefe de servicios jurídicos, Eduardo Arbizu, encargársela a Garrigues para evitar la posibilidad de que algún empleado de BBVA pudiera entorpecer las indagaciones. El resultado del ‘forensic’ llegó en septiembre de ese año y confirmó la noticia que no esperaba escuchar: BBVA contrató a Villarejo entre 2004 y 2017 y facturó 10 millones de euros. Aun con estos datos, González recalcó que esta cantidad “no era material”, es decir que no había por qué preocuparse porque no alcanza ni siquiera el “5% de los beneficios del banco”. Y este fue un signo que ayudó al expresidente a “olvidarse del tema” hasta que un año después le comenzó a perseguir en los tribunales.
Investigación a morosos
En otro momento del interrogatorio, Francisco González recordó que “compartió” la impresión con muchos directivos de BBVA que algunos promotores y deudores estaban escondiendo sus recursos. Por estas dudas, se abrió el debate sobre la posibilidad de recuperar bienes en un momento en el que la “crisis es brutal y sobre todo inmobiliaria”. No obstante, aseguró que él no dio la instrucción de espiar a determinados empresarios, como a los constructores Fernando Martín (Martinsa), Luis Portillo (Colonial) o al Grupo Prasa, ni dijo al entonces director de Riesgos de BBVA, Antonio Béjar, que tenía que “trabajar con la empresa que va a contratar Julio Corrochano”. “Es una frase muy elaborada por parte de la defensa del señor Béjar (...) Hay muchísima documentación, muchísimas declaraciones en el sumario que demuestran las mentiras” de este exdirectivo, remachó.
Otro momento destacable de la declaración tuvo lugar en el primer tramo de la declaración cuando, a preguntas de su defensa, el expresidente del banco señaló que, debido a una confusión de la entidad, que incluyó en un escrito una supuesta frase que dijo Corrochano, la fiscalía le atribuye la responsabilidad del contrato para investigar a Ausbanc y a su líder, Luis Pineda. “Espero que sea un lamentable error, si no sería un caso gravísimo”, añadió. Además, recordó que el representante de BBVA “rectificó” ante el juez y aseguró “que no hay evidencia” de su participación en este supuesto encargo.