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Coyuntura macroeconómica

El IPC de la zona euro se situará en el 7,4% en 2023 si se reduce el suministro energético

Estima que el IPC cerrará el año en el 8,4% y se situará en el 6,3% en 2023

Previsiones económicas del BCE para la zona euro
Infografía: Belén Trincado

El Banco Central Europeo (BCE) también ha anunciado hoy sus nuevas previsiones de crecimiento e inflación para la zona euro, en las que revisa al alza sus previsiones de IPC y apunta a una recesión técnica. El banco central prevé que la inflación de 2022 cierre en el 8,4%, para disminuir al 6,3% en 2023, frente al 8,1% y el 5,5% que esperaba en septiembre. En 2024, los precios aún seguirán subiendo el 3,4% y en 2025, el 2,3%, todavía por encima del 2% del objetivo del banco central. La inflación subyacente quedará este año en el 3,9% pero subirá al 4,2% en 2024. Descendería al 2,8% en 2024 y al 2,4% en 2025, una décima por encima de la tasa general que prevé el BCE. “La inflación de los precios de los alimentos y las presiones inflacionistas subyacentes en el conjunto de la economía han aumentado y persistirán durante algún tiempo”, reconoce el comunicado de la institución.

El BCE desconfía de que la inflación haya tocado techo y no pierde de vista el decalaje de tiempo desde las alzas de tipos hasta que esa medida cala en la economía. Además, si bien el descenso del precio de la energía está dando tregua en el índice general, persiste la inquietud sobre la inflación subyacente y la posibilidad de que el alza de precios se traslade a los salarios.

Una situación que le lleva a pintar un escenario adverso marcado por recorte del suministro energético ante una mayor duración de la guerra entre Rusia y Ucrania que implicaría que la inflación de 2023 se situara en el 7,4%, frente al 6,3% del escenario central. Una situación provocada por una nueva escalada de los precios energéticos, tanto del gas natural -que podría llegar a los 246 euros el MWH- como del petróleo, que se dispararía desde los 82 dólares actuales a los 122,5 dólares. Una inflación elevada que se mantendría en 2024, donde el IPC se situaría en el 3,6% en el escenario adverso, pero que bajaría al 2% un año después. 

En caso de que se diera esta situación, el PIB de la zona euro, estima el BCE, se contraería un 0,6% el próximo año, para crecer solo un 0,2% un año después y avanzar ya al 2% en 2025. 

Las alzas de tipos y la inflación están dañando el crecimiento y el BCE reconoce ahora que la zona euro podría registrar una recesión técnica, con contracción económica este trimestre y el siguiente. Afirma que, de haber una recesión, sería “relativamente corta y poco profunda”. Y prevé en todo caso que, aunque moderado, haya crecimiento en 2023, de apenas el 0,5%, frente a la estimación del 0,9% de septiembre. Para este año, la estimación sube de un alza del PIB del 3,1% de septiembre al 3,4%. El crecimiento en 2024 sería del 1,9% y del 1,8% en 2025.

Lagarde ha apuntado en la rueda de prensa que los riesgos para el avance de la economía se han reducido, especialmente en el corto plazo. Si bien, considera que si la economía global se debilita más fuertemente de lo esperado esto supondría un lastre adicional. Sobre la inflación, considera que los riesgos se han incrementado y que en el corto plazo las presiones sobre los oleoductos "podrían dar lugar a aumentos más fuertes de lo esperado en los precios minoristas de la energía y los alimentos". 

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