El fantasma de Instagram acecha el futuro de Microsoft
El intento del regulador de parar la compra de Activision pretende evitar un dominio como el de Facebook
Facebook es el coco antimonopolio de Microsoft. La agencia reguladora estadounidense, la Comisión Federal de Comercio (FTC, por sus siglas en inglés), está tratando de bloquear el acuerdo de 69.000 millones de dólares del titán del software con el gigante de los videojuegos Activision Blizzard, en parte para frenar su dominio de la industria. La líder de la FTC, Lina Khan, podría estar compensando la decisión de los reguladores de aprobar la compra de Instagram por parte de Mark Zuckerberg por 1.000 millones de dólares. Aunque el acuerdo de Microsoft es diferente, el castigo bajo el régimen de Khan parecía inevitable.
A la FTC le preocupa que Microsoft, propietaria de la consola de videojuegos Xbox, impida que juegos populares creados por Activision, como Call of Duty y World of Warcraft, se usen en plataformas competidoras como la PlayStation de Sony y la Switch de Nintendo. Microsoft ha intentado apaciguar esta preocupación. Este mes, la compañía dirigida por Satya Nadella acordó ofrecer juegos a Nintendo y Sony durante 10 años.
La cuestión es qué pasará después. Microsoft podría intentar acaparar el mercado obligando a los consumidores no solo a comprar los juegos de Activision a Microsoft, sino también la plataforma. Tampoco es descabellado. Outlook, Teams y otros sistemas operativos de Microsoft son ahora una parte crucial de la vida diaria que las empresas compran colectivamente, por no mencionar las prestaciones en la nube del gigante de 1,8 billones de dólares.
Aun así, nadie sabe cómo se presenta el futuro para el negocio de los videojuegos. La razón de Microsoft para comprar Activision es competir mejor en el mercado de los juegos contra empresas como Tencent. Los juegos en línea tienen pocas barreras de entrada, y las consolas están siguiendo el camino de Atari. El streaming es el futuro, y en ese sentido, Microsoft podría verse fácilmente marginada del negocio si no innova.
Khan ha prometido replantearse la forma de aplicar las leyes antimonopolio. La agencia pretende reconsiderar los umbrales de concentración para ajustarlos a fin de considerar “métricas alternativas” y “factores cualitativos” más allá de la cuota de mercado. Esto obliga a los reguladores a imaginar perjuicios que pueden no existir todavía.
Zuckerberg y el año 2012 son importantes en ese sentido. Fue entonces cuando Facebook, de la plataforma Meta, compró Instagram, entonces un rival mucho más pequeño. La amenaza de dominio era difícil de ver. Pero esa transacción, por pequeña que fuera, acabó catapultando a Facebook como uno de los mayores beneficiarios del mundo del dinero de la publicidad digital. Puede que Khan esté pensando en el futuro. Pero es el fantasma de Facebook el que persigue a Microsoft.
Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías