España se estanca en la atracción y retención de talento
La economía española se sitúa en la 32ª posición del ‘World Talent Ranking’ del IMD Destaca en mano de obra femenina e infraestructura sanitaria, pero suspende en habilidades lingüísticas
España no pierde su capacidad de atraer talento, pero tampoco la mejora. Por cuarto año consecutivo, se sitúa en la 32ª posición del World Talent Ranking del IMD, el informe que mide la capacidad para atraer, desarrollar y retener talento de 63 economías, incluida la española.
La escuela de negocios suiza se basa en tres pilares para su análisis: inversión y desarrollo, atractivo y preparación. En este sentido, esta novena edición de la clasificación concluye que España gana posiciones en el primer apartado, pero desciende ligeramente en los otros dos. “A pesar de la caída en determinados indicadores, existe una tendencia general hacia una menor competitividad del talento de los países impulsada por la crisis económica mundial y la incapacidad de los países para atraer y retener talento por las condiciones de vida. En ese sentido, España lo hace menos mal que el resto de países”, asegura el director del Centro de Competitividad Mundial del IMD y responsable del informe, Arturo Bris.
En cuanto a las causas del estancamiento, Bris apunta a la falta de cambios significativos respecto a la capacidad del país de atraer y retener talento. "No hemos tomado medidas fiscales y laborales para contratar mejor. La calidad del empleo español es bajo y nos estamos convirtiendo en un exportador neto de capital humano", reconoce.
Entre los principales puntos fuertes de la economía española, el informe destaca la mano de obra femenina, que supone el 47,20% del del valor total de la fuerza laboral del país, así como su infraestructura sanitaria, a la que puntúa con un 8,05 sobre 10 en cuanto a su capacidad de satisfacer las necesidades de la sociedad. También valora muy positivamente la alta calidad de vida española (con un 8,37 sobre 10) o el crecimiento de la fuerza laboral, que se sitúa bastante por encima de la media (en la posición 18ª de 63).
Sin embargo, el IMD considera que las principales debilidades de España a la hora de atraer talento son la escasa prioridad que las empresas dan a la formación de los empleados, aspecto que consigue una puntuación de 5,19 sobre 10, o la escasa motivación de los trabajadores, que consigue un aprobado raspado con un 5,08. Además, la economía española suspende en aspectos como la experiencia internacional de los altos directivos (4,95) y, sobre todo y quizá conectado a esto último, en lo relativo a habilidades lingüísticas que satisfagan las necesidades de las empresas, donde España se sitúa en lo más bajo del listado (en la 53ª posición sobre 63). "Debe potenciar un sistema educativo que se adapte a las necesidades del mercado laboral y que satisfaga las demandas en puestos de mayor productividad", comenta Bris.
Subidas y bajadas
En general, el estudio apunta a que las economías mundiales están reevaluando el equilibrio entre el desarrollo de talento local y el talento internacional en un intento por compensar las pérdidas de mano de obra cualificada como resultado de las restricciones de viaje y los bloqueos durante la pandemia. Así, sus datos muestran que los patrones previos y posteriores a la crisis sanitaria con respecto a la fuga de cerebros no han sido tan perjudiciales para la competitividad del talento de aquellos países que han fortalecido su atractivo.
Ese es el caso de Arabia Saudí, que sube ocho puestos desde 2021, hasta la 30ª posición, convirtiéndose en la economía que más ha mejorado su atractivo para el talento entre 2019 y 2022. Se debe, según los investigadores, a una disminución en el coste de la vida, a un consecuente aumento en los puntajes de calidad de vida y a planes de inversión ambiciosos.
También mejoran la República Checa, Croacia, la República Eslovaca o Perú, entre otros. Estados Unidos, en cambio, desciende dos posiciones, hasta en el puesto 16, junto a otros países que también disminuyen su atractivo, como Canadá, los Emiratos Árabes Unidos, Dinamarca, Nueva Zelanda o Venezuela. “La competitividad del talento en el periodo post Covid depende, en gran medida, del nivel de motivación de la plantilla que, a su vez, depende de la remuneración, pero también de la calidad de vida y el liderazgo organizacional de la economía”, opina Christos Cabolis, economista jefe del Centro de Competitividad Mundial del IMD.
Suiza repite en primera posición, seguida de Suecia, que también se mantiene. Lo que la eleva a lo más alto, según el informe, es la implementación efectiva de aprendizajes, atrayendo personal extranjero altamente calificado, así como la disponibilidad de habilidades financieras y de gerentes con experiencia internacional. Ocupa el segundo lugar en la priorización de la capacitación de los empleados por parte del sector privado, el nivel de motivación de la fuerza laboral y la disponibilidad de habilidades lingüísticas. Sin embargo, la escuela de negocios advierte que hay margen de mejora en la calidad de la educación, la fuerza laboral femenina o la cantidad de licenciados en ciencias.