Política y bajo crecimiento: los motivos para el derrumbe de las grandes tecnológicas chinas
El objetivo de crecimiento anual de 5,5% previsto originalmente por Pekín, queda relegado tras el abrazo del régimen comunista a la política de covid-cero.
Los datos de crecimiento de la economía china han hecho que las principales Bolsas del país hayan cerrado este lunes con fuertes pérdidas, en la primera jornada tras el final del XX Congreso del Partido Comunista (PCCh). El índice de Hong Kong perdió un 7%, mientras que los mercados en territorio continental se limitaron a pérdidas de alrededor de 1%.
El mayor pesimismo se hace sentir lejos de Pekín: las acciones de las principales tecnológicas chinas que cotizan en Estados Unidos se dejan más de un 14% al comienzo del día. Los gigantes Alibaba y Tencent pierden más de 11%, el buscador Baidú baja un 12% y la firma de entragas a domicilio Meituan se deja un 14%. Los inversores miran con desconfianza no solo los últimos acontecimientos políticos en China, sino también los recientes datos macroeconómicos.
El PIB alcanzó un crecimiento del 3,9% interanual en el tercer trimestre, mejor que el pronóstico del 3,3% de los analistas encuestados por Bloomberg, pero lejos del objetivo de crecimiento anual de 5,5% previsto por Pekín.
Los datos de la agencia nacional de Estadísticas han precisado que la economía se ha beneficiado de un mayor aumento en la inversión de infraestructura, que intentan compensar los malos datos de compras minoristas y desempleo. La política de covid-cero que mantiene el presidente chino, Xi Jinping, que ha paralizado grandes polos económicos como Shangai, es la principal responsable de esta dificultad, según la mayoría de los analistas relevados. Y el apoyo del Partido Comunista China esta última semana a esta estrategia sanitaria no hace más que limitar las perspectivas de un repunte a futuro.
"Al mercado le preocupa que, con tantos partidarios de Xi elegidos, la capacidad ilimitada de Xi para promulgar políticas que no son favorables al mercado ahora está cimentada", afirma Justing Tang, jefe de investigación asiática de la firma United First Partners.
La actividad no será más dinámica en el cuarto trimestre si Pekín continúa en el mismo camino, apunta Larry Hu, jefe de Economía del Grupo Macquarie. “Para crecer el año que viene, realmente depende de cambios en la política de covid y de vivienda”, apunta Hu.
El sector inmobiliario, que representa un quinto de la actividad económica china, está en la mira de todos los analistas ya que lleva cinco trimestres a la baja, lo que lo convierte en la mayor caída desde 1990. En particular, el subsector de nuevas viviendas ha caído un 38% en los primeros nueve meses del año y sin perspectivas de mejoras. El reciente informe semestral del Fondo Monetario Internacional ya alertó que los desarrolladores inmobiliarios sufren fuertes problemas para acceder a liquides que les permita terminar los proyectos en curso, lo cual aumenta la posibilidad de un aumento de los impagos.
El lento ritmo de crecimiento es un problema para las ambiciones de crecimiento de Beijing. Xi ha anunciado este fin de semana que busca que China abandone su categoría de “nación de ingresos medios” y alcance el estatus de país de “altos ingresos” para 2035. Esto significaría que la tasa de crecimiento debería ser mayor a 4,7% en los próximos 15 años.
Las empresas del sector sufren un ataque multiple: no solo se sienten amenazadas frente a Pekín, sino que el accionar de Washington las deja más vulnerables. El Departamento de Comercio de Estados Unidos anunció a comienzos de octubre medidas limitar la capacidad china de fabricar piezas necesarias para el funcionamiento de superordenadores o sistemas militares avanzados.
Las disputas entre China y las potencias occidentales no solo limitan el avance tecnológico futuro, sino también que afectan su presente. Las exportaciones chinas a Estados Unidos han caído un 11,6% en septiembre cuando se las compara con el mismo mes de 2021. Lo mismo sucede para Alemania y Francia, con descensos de 5.6% y 7.6%, respectivamente. El régimen de Pekín intenta mitigar esta contienda con mayor intercambio a países como Rusia, Singapur, Malasia e India.