Finanzas integradas, la nueva era del sector financiero
En 2026, el valor total de este mercado superará los 138.000 millones de dólares y crecerá a un ritmo del 26%
En la última década, hemos podido presenciar cómo el sector financiero, como muchos otros, ha vivido diferentes olas disruptivas promovidas por el uso de la tecnología. Lo cierto es que, aunque ha sido a raíz de la pandemia que resuena en nuestros oídos el concepto de aceleración de la digitalización, el sector lleva años protagonizando cambios que han llegado gracias al desarrollo de nuevas herramientas.
El proceso de digitalización de los servicios financieros empezó en 2013 con el objetivo de ofrecer servicios 24/7 y pagos al instante. Durante los siguientes seis años, pasaríamos de un negocio principalmente caracterizado por los procesos manuales, a un servicio online con nuevas soluciones de pago, donde la automatización jugaría un rol fundamental. En este sentido, la llegada de la PSD2 (segunda directiva de servicios de pago) en la UE y el open banking fueron un factor importante de cambio en el mercado de los servicios financieros, porqué, además de digitalizar y automatizar muchos procesos financieros que históricamente se hacían manualmente, promovieron la aparición de nuevos servicios totalmente centrados en el cliente como, por ejemplo, aplicaciones de gestión de finanzas personales.
2020 fue un punto de inflexión para la industria. Tras la irrupción de la pandemia en nuestra sociedad, ha sido evidente la creciente apuesta de las compañías por la digitalización ante las nuevas tendencias de consumo que han aparecido. Durante los últimos dos años, las entidades del sector financiero se han centrado en dar respuesta a las necesidades de los clientes ofreciéndoles una mejor experiencia de usuario gracias al uso de la tecnología. Las tarjetas de pago virtuales, los IBAN digitales y el desarrollo de diferentes tecnologías SaaS son algunas de las soluciones que se han consolidado; mientras que sistemas como el BNPL (Buy Now Pay Later), que permite a los usuarios de e-commerce aplazar el pago de sus compras, han cobrado un fuerte protagonismo. En definitiva, el objetivo último del mercado es fidelizar al cliente y a su vez, maximizar los ingresos.
Con la creciente confianza del usuario en el uso de las tecnologías para realizar según qué transacciones y su deseo de tener un mejor y más ágil acceso a los servicios, el ecosistema fintech se ha dirigido hacia una nueva ola de disrupción: la incorporación de servicios financieros en empresas no financieras, también llamadas finanzas integradas.
El fenómeno de las finanzas integradas es la nueva y más creciente tendencia en el mundo financiero. Con su irrupción, se está redefiniendo la naturaleza de la industria al facilitar que cualquier empresa no financiera de cualquier sector cree, gestione y ofrezca servicios financieros –opciones de pago, de financiación, o de inversión, entre otros– a sus clientes dentro de su experiencia digital, sin necesidad de disponer de una licencia bancaria propia.
Este nuevo periodo de cambio, que llega en mucho menos tiempo que el anterior, busca darle al consumidor el control total de sus finanzas, a través de una experiencia de usuario óptima e integrada. Optimizar y diversificar las opciones de pago y agilizar todo tipo de transacciones a nivel mundial, son también pilares básicos de esta nueva etapa.
Los servicios financieros integrados sitúan al cliente en el centro de toda su estrategia con el objetivo de crear una relación mutuamente beneficiosa con el cliente. De esta manera, mientras ayudan a sus usuarios a ser más eficientes en su gestión financiera, las empresas también optimizan sus recursos y automatizan sus operaciones.
Esta transformación viene resultando altamente atractiva para compañías nativas digitales que ya integran servicios financieros en su portfolio, dado que, gracias a las finanzas integradas, estos servicios pasan a formar parte de los canales de adquisición y retención de usuarios, ofreciendo a las marcas miles de oportunidades para transformar la relación con sus clientes. De hecho, las empresas pueden usar el conocimiento de su sector para generar servicios financieros a medida de sus usuarios.
El fenómeno de las finanzas integradas se hace posible gracias a la creación de infraestructuras bancarias de marca blanca, lo que se conoce como plataformas banking as a service (BaaS). Se trata de plataformas modulares que combinan tecnología y regulación para brindar a las empresas toda la infraestructura bancaria que puedan necesitar para ofrecer servicios financieros bajo su propia marca como, por ejemplo, cuentas bancarias, tarjetas de pago o soluciones de pago y cobro.
Según las previsiones de Juniper Research, en el año 2026 el valor total del mercado de las finanzas integradas superará los 138.000 millones de dólares, frente a los 43.000 millones de dólares de 2021, creciendo a un ritmo del 26% en todo el mundo durante los próximos cinco años.
Estamos todavía en una fase muy incipiente de desarrollo de las finanzas integradas en nuestro ecosistema económico, pero está claro que esta nueva tendencia está revolucionando la manera en que las personas interactúan con el dinero gracias a soluciones innovadoras y creativas. Sin lugar a duda, esta nueva ola de disrupción tecnológica será la que permitirá a las empresas acercarse al consumidor más joven y nativo digital, es decir, el consumidor del mañana.
Julián Díaz-Santos es Cofundador y coCEO de Unnax