Vivir solo se hace imposible: un trabajador dedica el 67% de su salario al alquiler
El esfuerzo salarial para arrendar se ha más que duplicado de 1997 a 2020
El mercado inmobiliario español cada vez es más prohibitivo. La precariedad laboral, el aumento paulatino de los precios y unas condiciones crediticias y fiscales cada vez menos favorables sobre la vivienda están dificultando el acceso de este bien a la sociedad española. Esa es la advertencia que lanzó ayer la consultora EY en colaboración con la Asociación de Promotores Inmobiliarios de Madrid (ASPRIMA) en su informe sobre Políticas de vivienda y su incidencia en el largo plazo, según el cual, el esfuerzo salarial para alquilar se ha más que duplicado de 1997 a 2020.
De acuerdo con este análisis, un trabajador promedio dedica el 67% de sus ingresos a alquilar una vivienda, mientras que hace 23 años era solo el 28%. Esto significa que los españoles destinan una media de 571 euros más al alquiler de lo que deberían, para cumplir con los parámetros aconsejables de tasa de esfuerzo, que es del 35%. El problema se magnifica para los jubilados, que han pasado del 46% al 103% de media, es decir que pagan 784 euros de más. En caso de tener la pensión por viudedad el esfuerzo salarial se dispara hasta el 165%, que equivale a 932 euros.
El estudio considera para su análisis el alquiler de una vivienda de 107 m/2, con el precio del metro cuadrado a nivel nacional de cada año: 1997 y 2020. Las estimaciones de renta neta disponible se elaboraron con el simulador de la Agencia Tributaria, y en todos los casos se parte del presupuesto de que el sujeto es residente en Madrid, debido a que tienen los tipos marginales más bajos en el IRPF. Los datos evidencian que mientras hace 20 años la tasa de esfuerzo para pagar el alquiler se encontraría en el entorno de lo recomendable (28-35%) para ser abonado por una sola persona, en la actualidad se requiere de dos salarios medios para que el esfuerzo esté por debajo del máximo recomendado.
Los factores que han fomentado este batacazo en los bolsillos de los españoles ha sido, según el informe, la desaparición de estímulos fiscales que faciliten el acceso a la vivienda en propiedad y la disminución de la capacidad de ahorro. Asimismo, considera que los tipos incrementados de IBI o la fijación de precios en las viviendas nuevas está lastrando la oferta de unidades disponibles, generando un aumento en los precios de compra y alquiler que tienen “visos de convertirse en un problema sistémicos”, sobretodo en las grandes ciudades.
Hasta ahora el sobreesfuerzo es relativamente sostenible porque solo el 5% de las personas mayores de 65 años vive de alquiler a precios de mercado, pero a largo plazo empeorará debido al envejecimiento de la población y la imposibilidad de los jóvenes de ahorrar para dar el salto a tener su propia casa. Las proyecciones estiman que para 2040, los pensionistas en régimen de alquiler se multiplicarán por 2,7, hasta superar las 360.000 personas. A su vez, el número de hogares que pasarán a este régimen incrementará del 14,7% al 17%, lo que implica que más de 650.000 asalariados tendrán una vivienda arrendada. Toda esa masa poblacional corre el riesgo de ver mermado su nivel de vida debido a que deberán destinar la práctica totalidad de sus ingresos al pago del alquiler.
Como medidas para paliar esta situación, el estudio recomienda el establecimiento de medidas que aumenten el parque de viviendas disponibles y que faciliten su compra. Las sugerencias son más incentivos fiscales; recuperación de estímulos destinados a la compra; colaboración público-privada para aumentar la oferta asequible y el fomento de modelos alternativos al alquiler tradicional, como el Build-to-Rent, que supone invertir en una obra nueva que se destinará luego al mercado del alquiler y no a su venta.