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Coyuntura

El PIB de Francia se estancó de forma inesperada en el primer trimestre y el de Italia se contrajo un 0,2%

La inflación interanual francesa sube tres décimas en abril, al 4,8%

El presidente francés, Emmanuel Macron.
El presidente francés, Emmanuel Macron. Reuters

El crecimiento del producto interior bruto (PIB) de Francia, la segunda mayor economía de la zona euro, se paralizó en los tres primeros meses de 2022, después de la expansión del 0,8% registrada en el cuarto trimestre de 2021, según la primera estimación del dato publicada por el Instituto Nacional de Estadística y Estudios Económicos (Insee). Las previsiones del mercado esperaban una expansión del 0,3%.

El estancamiento de la economía francesa entre enero y marzo refleja el impacto de las presiones inflacionarias sobre las empresas y familias galas, ya que el gasto en consumo de los hogares se redujo en el trimestre un 1,3%, después de aumentar un 0,6% en los tres meses anteriores, mientras que el gasto gubernamental no registró cambios, tras aumentar un 0,4% en el trimestre anterior.

De su lado, la formación bruta de capital fijo (FBCF) por parte de las empresas francesas perdió impulso en el primer trimestre, con una expansión del 0,2%, frente al 0,3% observada entre octubre y diciembre.

Asimismo, el comercio exterior, aunque desacelerándose, siguió progresando. En el primer trimestre, el aumento fue más marcado en el lado de las exportaciones (+1,5%) que en el lado de las importaciones (+1,1%). Así, la contribución del comercio exterior al crecimiento del PIB fue de 0,1 puntos porcentuales tras un impacto neutro en el trimestre anterior.

Por otro lado, la inflación interanual en Francia ha subido tres décimas en abril, respecto a la del mes de marzo, hasta el 4,8%, lo que significa la tasa más elevada desde noviembre de 1985. Este incremento de abril se explica sobre todo por una aceleración de los precios de los alimentos, que han experimentado un incremento del 3,8% en doce meses (frente al 2,9% en marzo), pero también de los productos manufacturados (2,7% en lugar del 2,1%) y de los servicios (2,9% en lugar del 2,3%).

El Insee, que presenta esta estimación en un comunicado, precisa que la escalada de la energía no se ha agravado más durante este mes, pero sigue a unos niveles muy elevados. Entre abril de 2021 y abril de 2022, el encarecimiento de la energía ha sido del 26,6%. Había sido del 29,2% entre marzo del pasado año y el mismo mes de este.

Italia

Por su parte, la economía italiana se contrajo un 0,2% en el primer trimestre con respecto a los tres meses anteriores, menos de lo previsto en las primeras estimaciones, y aumentó un 5,8% respecto al mismo periodo del año pasado, según los datos provisionales publicados hoy por el Instituto Nacional de Estadística italiano (Istat). La actividad se vio afectada por el coronavirus, los altos precios de las materias primas y la guerra en Ucrania.

Se tratan de datos ligeramente mejores que los que tanto el Gobierno como el Banco de Italia habían estimado inicialmente, ya que se esperaba que la economía italiana se contrajese al menos un 0,5% entre enero y marzo de este año respecto al último trimestre del 2021, por la elevada inflación, el menor consumo de los hogares y la contribución negativa de la demanda exterior.

"La economía italiana, tras cuatro trimestres de crecimiento sostenido, registra un ligero descenso de la actividad en el primer trimestre de 2022", explicó el Istat, antes de señalar que "en términos tendenciales el crecimiento todavía es muy fuerte, justo por debajo del 6 %".

Según el organismo, el cambio en la situación económica es el resultado de un aumento del valor añadido en la agricultura, la silvicultura y la pesca y un descenso en los servicios, sin que se haya registrado ningún movimiento en la industria.

Sobre la demanda, se registró una contribución positiva del componente interno y una contribución negativa del componente extranjero neto.

El Instituto estadístico italiano estimó que habrá un crecimiento del PIB en 2022 del 2,2%, si no se producen cambios. En 2021 la economía italiana creció un 6,6%, tras el retroceso del 8,9% de 2020 por la pandemia.

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