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La OCDE pide gravar a las eléctricas para financiar ayudas directas para los más vulnerables

La organización recorta 1,4 puntos el crecimiento europeo por la guerra

Vista de una torres eléctricas en Mahón, Menorca.
Vista de una torres eléctricas en Mahón, Menorca. EFE
Denisse López

La guerra en Ucrania podría reducir en un punto porcentual el crecimiento global de este año, rebajar el de la zona euro en un 1,4 puntos, y disparar la inflación en más de dos puntos porcentuales. Sin embargo, un aumento bien dirigido del gasto público en un 0,5% del PIB, reduciría a la mitad el impacto económico negativo de la guerra. Este incremento podría financiarse gravando las ganancias extraordinarias de las eléctricas, según ha explicado este jueves la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

De acuerdo con el secretario general de la organización, Mathias Cormann, actualmente el sector eléctrico genera las suficientes ganancias como para que los gobiernos obtengan fondos temporales de ahí. "La Agencia Internacional de la Energía ha estimado que debido a las condiciones actuales del mercado, las eléctricas de la Unión Europea van a conseguir 200.000 millones de euros de beneficios caídos del cielo", ha detallado.

Se trata de una medida a corto plazo que permitiría a los países amortiguar el impacto inmediato de la crisis entre los consumidores y las empresas, muy golpeados por la inflación. Para reducir los daños, la OCDE antepone las ayudas directas frente a la bajada de impuestos o la fijación de precios máximos. El motivo es que estas fórmulas, aunque reducen directamente el coste de la energía, benefician por igual tanto a los más pobres como a los hogares de mayores ingresos. En cambio, las transferencias en efectivo pueden estar mejor dirigidas y no afectar los precios de mercado.

Dado que Europa depende en gran medida de las importaciones energéticas rusas, el impacto negativo de la guerra será mayor en el viejo continente, con una caída del PIB de hasta casi dos puntos porcentuales en el peor escenario, aunque el de Estados Unidos también reduce en 0,9 puntos. En ese sentido el organismo recuerda que aunque Rusia y Ucrania representan solo el 2% del PIB mundial, tienen un impacto enorme en los mercados de energía y materias primas, por lo que la invasión "ha puesto en duda la recuperación" de la crisis por Covid-19.

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El informe señala que "los riesgos se vuelven cada vez más graves y duraderos", haciendo que la inflación corra el riesgo de incrementarse en 2,5 puntos a nivel global. Entre los países de la organización y de la eurozona el repunte sería de dos puntos, protagonizado por la energía gracias a que Rusia suministra alrededor del 16% del gas natural del mundo y el 11% del petróleo. En el caso europeo, aún más dependiente que otras regiones, los precios del gas son 10 veces más altos que hace un año mientras que el oro negro se ha duplicado.

Debido a que los picos de los precios de la energía y las materias primas ejercen una nueva presión sobre la inflación, la OCDE considera los bancos centrales deberían centrarse en normalizar la política monetaria. Los argumentos a favor son particularmente sólidos en economías como la de Estados Unidos, donde la recuperación de la pandemia está muy avanzada y las señales de presiones inflacionarias duraderas ya eran evidentes antes del estallido del conflicto. No obstante, se justifica un ritmo más lento en aquellas economías donde la inflación subyacente sigue siendo baja y el impacto del conflicto sobre el crecimiento es mayor. En cualquier caso, los bancos centrales deben estar preparados para intervenir según sea necesario para mantener el funcionamiento de los mercados financieros si surge una tensión importante.

Más allá de las medidas a corto plazo, la organización recomienda diversificar el suministro de energía e invertir en seguridad energética. Los Estados deben reducir la dependencia de los combustibles fósiles y diversificar proveedores, maximizar el uso de las fuentes existentes de bajas emisiones, incluidas la bioenergía y la nuclear, y acelerar la inversión en energía verde con más fondos para la innovación.

El dilema humanitario

 La invasión de Ucrania es, ante todo, un problema humanitario. Desde que estalló la guerra el 24 de febrero, tres millones de ucranianos han solicitado asilo. Ante el gran número de refugiados, la OCDE advierte de que será necesario compartir la carga y que la Unión Europea apoye a los principales países de acogida para que la ayuda sea sostenible.

El desafío del gasto es difícil de predecir debido a la incertidumbre sobre el número de refugiados, el tiempo que permanecerán en los países de acogida y el dinero que se necesita para cada persona. No obstante, la OCDE estima que la afluencia de solicitantes implicaría un coste directo en el primer año de al menos el 0,25% del PIB de la UE, aumentando en los principales países receptores, como Hungría, Moldavia, Polonia, Rumanía y Eslovaquia.

Más allá de los refugiados, existe el riesgo de que el cese de las exportaciones de trigo provoque una grave escasez en muchas economías emergentes. Esto implica un aumento de la pobreza y del hambre en el mundo, en particular en Oriente Medio, donde el grano de Rusia y Ucrania representa alrededor del 75% del total de importaciones.

Sobre la firma

Denisse López
Es redactora de la sección de Economía de EL PAÍS y CINCO DÍAS. Escribe habitualmente de macroeconomía y coyuntura. Se incorporó a esta casa en 2022, después de haber trabajado en distintos medios digitales en México. Estudió Relaciones Internacionales en la Universidad Nacional Autónoma de México, y el Máster de Periodismo UAM-El País.

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