Las congelaciones de sueldos se disparan en los convenios y ya afectan al 16% de empleados
La pandemia provoca cambios en las relaciones laborales como mayor flexibilidad horaria, más jubilaciones forzosas y se duplican los trabajadores con el teletrabajo regulado
El año 2021 se cerró con la menor subida salarial pactada en los convenios colectivos de los últimos cuatro años. En concreto, al cierre del ejercicio el incremento retributivo medio pactado para 7,6 millones de trabajadores que habían firmado un nuevo convenio o revisado sus condiciones pactadas en años previos fue del 1,47% en diciembre, según los datos provisionales publicados por el Ministerio de Trabajo. Esto supone una fuerte pérdida de poder adquisitivo si se compara con el 6,7% de avance del IPC de diciembre, o incluso, según una medida más equitativa, respecto a la inflación media del año pasado que ronda el 3,1%.
Pero al margen de este dato, que es el que más se suele destacar al hablar de las condiciones laborales, el año pasado se recuperó el ritmo de la negociación colectiva tras el parón de 2020 por la pandemia y, a la luz de un primer análisis, se observa que ha habido otros cambios en los contenidos que han negociado empresas y trabajadores en los convenios respecto a 2019, último año antes de crisis sanitaria.
Si bien llaman especialmente la atención aquellos cambios que afectan a los salarios debido al fuerte repunte inflacionista que ha vivido la economía española en el último cuatrimestre del año pasado, sobre todo. Es el caso de las congelaciones salariales, que prácticamente no existían en los convenios con efectos económicos en 2019 –cuando el incremento retributivo quedó congelado solo para 27.203 trabajadores de los 9,8 millones de empleados protegidos entonces, lo que suponía el 0,3% del total–, pero que se han disparado en 2021. Así, el pasado año un total de 1.208.541 trabajadores tenían un incremento salarial del 0% en sus convenios de entre los 7,6 millones de trabajadores protegidos a diciembre, lo que supone el 16% del total y un fuerte avance respecto a la época prepandémica. Ya en 2020, aunque este ejercicio se caracterizó por la parálisis de la negociación colectiva existían algo menos de medio millón de trabajadores con el salario congelado en sus convenios.
No obstante, atendiendo a cuánto subieron los salarios, el grupo de trabajadores más voluminoso estuvo formado por los 2,5 millones de asalariados a los que les subieron el sueldo una media del 1,18% el año pasado. Si la horquilla se abre a incrementos de entre el 1,18% y el 1,92% de media, ese colectivo de empleados sube a 3,5 millones de personas.
En cualquier caso, la moderación de la subida salarial media (1,47%) y el aumento de las congelaciones retributivas juegan a favor del control de los precios, ante el temor de algunos expertos a que las mejoras de sueldos provoquen efectos de segunda ronda que podrían agravar el repunte inflacionista.
Es más, esa pérdida de poder adquisitivo –pero también el freno a los efectos de segunda ronda en la inflación– se refuerza por la ausencia de las cláusulas de garantía salarial que protegen a los trabajadores con convenio precisamente de un IPC desbocado, actualizando los salarios en función de dicha desviación de los precios. Dichas cláusulas, lejos de aumentar, el pasado año disminuyeron respecto a antes de la crisis: si en 2019 un 20% de los trabajadores con convenio tenía esta protección, en 2021 eran solo el 15,7%, bajando de dos a 1,2 millones de trabajadores.
Asimismo, el pasado año aumentó el uso de otra herramienta de flexibilidad interna de las empresas en la negociación colectiva para frenar, en la mayoría de los casos, aumentos salariales pactados. Se trata de las inaplicaciones de los convenios que subieron un 32% respecto a 2020 hasta afectar a 26.923 asalariados. Dos de cada tres de esas inaplicaciones tenían como objetivo incumplir lo pactado salarialmente. Y el 90% se pactaron en el periodo de consultas entre la empresa y sus trabajadores.
En este escenario, los líderes de CC OO y UGT han reiterado la necesidad de sentarse a negociar con los empresarios un V Acuerdo de Negociación Colectiva (ANC) en el que ambas partes pacten las directrices generales para los convenios de 2022 o más años. Los sindicatos confían, por conversaciones aún informales, en que las patronales se sentarán próximamente a negociar este ANC, aunque desde el lado patronal circunscriben las conversaciones al diálogo social, también con el Gobierno, con lo que podría interpretarse que enfrían las expectativas sindicales.
Cambios propiciados por la pandemia
Pero en los convenios firmados en 2021 se observan otros cambios en los contenidos respecto a los de 2019, más allá de las cuestiones salariales. Por ejemplo, la inseguridad generada por la crisis ha provocado que en los convenios firmados el pasado año se hayan duplicado los compromisos de mantenimiento del empleo (ahora los tienen el 19% de los trabajadores frente al 10% en 2019). Por el contrario, se desploman los compromisos para convertir temporales en fijos, que pasan a estar en los convenios del 8% de los trabajadores, lejos del 32% de 2019.
En materia de retiro es la nueva normativa en materia de Seguridad Social y sobre el nuevo fondo de pensiones de promoción pública son los que ha provocado los cambios en esta materia antes incluso de la aprobación de estas leyes que sí se negociaron en 2021. Así, la jubilación forzosa, que desaparece de la legislación para futuros convenios, incrementa su presencia en 2021 hasta el 34% desde el 24% en 2019, en un último intento de las empresas de mantener esta cláusula hasta que venza el convenio. Y los trabajadores con planes de pensiones de empresa llegan al 10% desde el 4,3%.
Algo inesperado es que en 2021 resurgieron los complementos por antigüedad que se llegaron a considerar a extinguir y, sin embatgo, ahora cuentan con ellos el 68%, 20 puntos más que en 2019 (48%). Es destacable que también la nueva ley de teletrabajo aprobada en verano de 2020 ha hecho que se dupliquen el pasado año del 15%, previo a la norma, al 30% los trabajadores que han visto regulado el trabajo a distancia en su nuevo convenio. Asimismo, el 18% de los empleados que firmaron su convenio incluyeron en él la implantación de nuevas tecnologías en comparación con el 8% que recogían esta cláusula hace tres años atrás, antes de la pandemia.
Baja el peso de la formación
Analizando el detalle de las cláusulas especiales en los convenios firmados en 2021 se observa que, a pesar de la necesidad de formación de los trabajadores que ha quedado patente por los procesos de digitalización en las empresas y en la economía en general derivados de la crisis sanitaria, la negociación colectiva no ha reforzado dichos procesos formativos en las plantillas. Así, la realización de cursos incluida en los nuevos convenios del año pasado afecta al 26,4% de los trabajadores protegidos por estos acuerdos, mientras que este porcentaje era diez puntos superior antes de la pandemia. Igualmente, los permisos retribuidos para formación caen del 37% al 24%. Y es aún más llamativa la caída de la formación vinculada a la promoción en las empresas que pasan de tenerla el 17% de los trabajadores en 2019 a solo el 2% en los convenios firmados en 2021.