2022: camino de la normalidad
Menos de lo mismo
Para entender lo que nos podemos esperar en 2022 hay que ver de dónde venimos. Pasamos un año 2020 confinados, con el consumo subyugado. Posteriormente se ha producido una normalización acelerada y “la revancha” del consumo, que ha provocado desequilibrios en la economía en 2021. Hay que tener en cuenta que se ha producido el mayor estímulo monetario y fiscal conocido de la historia, que en EE. UU. ha llegado a ser 10 % de su PIB. Además, en 2021 han destacado los resultados empresariales y el buen comportamiento de los activos de riesgo. De hecho, en dos años se ha producido la mejora de los múltiplos de valoración de las acciones que normalmente llevaría un ciclo completo.
Ahora, cara a 2022, con incertidumbres y desequilibrios arrastrados de 2021. Con todo, no es probable que la nueva variante dicte el curso del ciclo económico, aunque puede influirlo. La dirección global sigue siendo de reapertura, camino de la normalidad.
Menos de lo mismo
Efectivamente, prevemos crecimiento y recuperación, especialmente de los servicios en todo el mundo. El PIB global puede aumentar 4,8 % en 2022, por encima del potencial, prácticamente en todas las regiones, especialmente EE. UU., cuyo crecimiento puede superar a China por primer vez, Europa y Japón. Incluso en 2023 puede llegar al 4 %. Además, esperamos que en 2022 los beneficios empresariales aumenten globalmente un 16 %, básicamente en todas las regiones, más probable en la Euro Zona y Japón.
De hecho, durante 2022 los cuellos de botella en el suministro, presiones inflacionistas y tensiones de política monetaria deben de relajarse. Entre otras cosas, hay señales de que las restricciones de oferta comienzan a disminuir y las presiones inflacionarias pueden alcanzar máximo los próximos meses. Además, aunque la Reserva Federal incremente 0,25 % sus tipos de interés tres veces en 2022 estos seguirían entre 2 y 3% por debajo de la inflación. Ese estado de cosas es positivo para los activos de riesgo.
En conjunto es de esperar en 2022 “menos de lo mismo”: menos crecimiento, menos inflación que en 2021, menos ahorro y menores rentabilidades. Hay que tener en cuenta que las principales clases de activos siguen caras por estándares históricos y que en 2022 las subidas de los precios de las acciones van a tener que estar motivadas por el aumento de beneficios.
Los bajos tipos de reales negativos perjudican al pequeño ahorrador
El gran reto que tenemos en España es que el inversor español es muy conservador, acostumbrado a obtener una rentabilidad real positiva en renta fija del Gobierno. Hay que tener en cuenta que seguimos en un régimen de represión financiera, con rentabilidades reales negativas en deuda del Estado, lo que perjudica al pequeño ahorrador, a costa de financiar los Estados. Más aún, la persistencia de la inflación y esfuerzos de los bancos centrales por retirar estímulo monetario debe producir aumento de las rentabilidades a vencimiento de los bonos, generando volatilidad.
Por otra parte, aunque la deuda soberana de mercados emergentes muestre rentabilidad a vencimiento real positiva, hay que ser selectivo. Sin embargo, sobre ponderamos bonos del gobierno chino. Ofrece atractiva rentabilidad a vencimiento y ha demostrado beneficios de diversificación. Las presiones inflacionarias en China son relativamente moderadas y su moneda debe apreciarse a largo plazo.
Mercados desarrollados la primera parte del año y emergentes la segunda
En conjunto es previsible un mejor comportamiento de la renta variable de mercados desarrollados la primera parte del año, seguida de recuperación de los emergentes la segunda mitad. En mercados emergentes estaríamos más cautos de momento hasta que se esclarezcan las dudas respecto a regulación en China o el efecto de la subida de tipos de interés de la Reserva Federal. Su comportamiento está muy relacionado con el dólar y la financiación en dólares, así como el diferencial de crecimiento con EE. UU., el cual puede reducirse a lo largo de 2022. Además, es previsible una desaceleración significativa del ritmo de ajuste monetario en economías emergentes la segunda mitad del año. Por su parte el dólar puede o devaluarse la segunda mitad de 2022, dadas las posiciones excesivamente alcistas y moderación del crecimiento en EE. UU.
En cuanto al sector finanzas, a pesar del fuerte repunte este año, sigue atractivamente valorado y la rentabilidad de los bancos debe mejorar a medida que aumenta la de los bonos y se eliminan en gran medida obstáculos a la distribución de sus dividendos. Por su parte el sector de bienes inmuebles es de los más baratos en 20 años y puede servir como cobertura parcial contra la inflación.
Soluciones multi activos
Una de las ideas a que animó a mirar, pues hay alternativas interesantes, son soluciones multi activos flexibles conservadoras, donde el gestor profesional invierte todo tipo de activos con un presupuesto de baja volatilidad, entre 3 y 5% y varía el peso de la exposición de forma táctica, lo que puede ser interesante para producir un perfil de rentabilidad/riesgo muy parecido al de la renta fija.
En cualquier caso, para gestionar adecuadamente sus ahorros conviene que el ahorrador/inversor trate con un asesor las diferentes alternativas