Los planes siguen funcionando ante Hacienda
La ventaja fiscal mantiene el interés por ahorrar en estos vehículos La aportación tope este año es de 2.000 euros. En 2022 podría bajar
Los planes de pensiones son las soluciones de ahorro que mayor ventaja fiscal presentan, ya que las aportaciones reducen directamente la base imponible del IRPF, algo que no ocurre con otros vehículos.
Ese atractivo fiscal se mantiene, pero lo que ha cambiado sensiblemente es el importe en el que se aplica. Antes, las aportaciones, y, por tanto, la deducción, podía llegar a 8.000 euros al año y ahora solamente se permiten 2.000 euros. “En otras palabras, el incentivo para la inversión en planes de pensiones sigue siendo atractivo, pero ahora solo puedes deducirte fiscalmente una cantidad que es cuatro veces inferior”, resume Julián Pascual, presidente de Buy & Hold. Y esa proporción puede ser inferior, ya que se contempla dejar el tope en 1.500 euros.
Francis Lope, responsable de banca de familias de Ibercaja, recuerda que “la aportación que puede realizar el cónyuge que carece de rentas, o si estas no exceden los 8.000 euros al año, se desgravan en la renta del otro cónyuge”, en referencia a los 1.000 euros permitidos este ejercicio.
En Unicaja Banco recuerdan que la mayoría de partícipes aportan menos de 1.000 euros
No obstante, si se tiene en cuenta que “la mayoría de partícipes no llega ni siquiera a 1.000 euros de aportación anual, la conclusión es que se pueden seguir aprovechando del incentivo fiscal que los ha hecho tan famosos”, reflexionan en Unicaja Banco, donde creen que “quizá no sea la mejor opción para ahorrar, pero sí es un instrumento más para acumular un complemento a la jubilación”.
Otras de las razones para utilizar estos instrumentos son que “consiguen el diferimiento fiscal al momento en el que cobre el plan y, en segundo lugar, porque hoy nos desgravamos impuestos a un tipo superior al que se me aplicará, previsiblemente, cuando me jubile y tenga que pagar impuestos por rescatar el plan. Durante estos años tengo el dinero para colocarlo yo”, analiza Paula Satrústegui, socia de asesoramiento patrimonial de Abante.
Esta experta pone un ejemplo para sacarle el mayor rendimiento a los 2.000 euros, el actual tope de aportación. “Suponiendo que se me aplica el tipo marginal máximo del 47%, si invirtiera los 940 euros que me devolvería Hacienda en un fondo y lo hiciera así durante 17 años (por ejemplo, entre los 50 y los 66 años), con una misma rentabilidad del 4% (un 2% por encima de la inflación), ingresaría después de tributar por el rescate del plan y las ganancias en el fondo 10.028 euros más que si hubiera destinado esos 2.000 euros solo a fondos de inversión”.
Invertir en fondos la desgravación fiscal sale muy rentable, según Abante
Giorgio Semenzato, CEO y cofundador de Finizens, dice que “aunque el beneficio de la desgravación fiscal en los planes de pensiones individuales haya sido rebajado, sigue siendo un incentivo útil y ventajoso”. De hecho, sus clientes destinan a planes indexados esa cantidad y el excedente, a fondos también indexados.
Ignasi Viladesau, director de inversiones de MyInvestor, destaca que los fondos de inversión o las carteras indexadas pueden ser excelentes vehículos, “ya que se adaptan al horizonte temporal y al nivel de riesgo de cada cliente con la ventaja del diferimiento de impuestos”. Además, resalta que las comisiones bajas de la indexación permiten abaratar mucho los costes para el inversor final. “A lo largo de toda una vida laboral de 40 años con aportaciones periódicas máximas en un plan de riesgo alto, por ejemplo, la diferencia entre pagar las comisiones de gestión máximas o mínimas podría llegar a suponer casi 100.000 euros”, calcula el experto de MyInvestor.
¿Hay otros productos de ahorro fiscalmente interesantes? Los PIAS (planes individuales de ahorro sistemático) también son una muy buena opción, en opinión de Eva Valero, directora del Observatorio de Pensiones Caser, ya que cuentan con una ventaja fiscal en el momento del rescate del importe, “siempre que se realice en forma de renta, y una vez cumplidos los 65 años, las ganancias obtenidas están libres de tributación”.
Más incierta resulta la fiscalidad que tendrán los planes de empleo de promoción pública, un atractivo que los expertos consultados consideran esencial para que este tipo de soluciones cale entre las empresas y los autónomos.