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El impacto de internet ha creado una nueva raza de abogados

La técnica es un aliado que permite al letrado ocuparse de lo esencial Hace falta regular la red, la nube, las redes sociales y los criptoactivos

Derecho de las nuevas tecnologías
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La tecnología es, probablemente, la revolución más importante que ha experimentado el derecho en los últimos años. Su aparición e impacto ha supuesto para Alejandro Touriño, socio director de Ecija Abogados, dos destacadas novedades.

Por un lado, “la aparición de nuevas disciplinas como la privacidad y la protección de datos, el derecho de internet o de las nuevas tecnologías, etc., y la revolución de disciplinas más tradicionales, como el derecho laboral, el fiscal o el penal”. Y, por otro, “esta nueva realidad exige una nueva raza de abogados que puedan adaptarse al paradigma emergente, al tiempo que entienden la aplicación de la tecnología y su impacto en el ámbito jurídico”.

A este nuevo profesional le toca enfrentarse a casos que plantean tecnologías como el blockchain, la inteligencia artificial o el big data; y a los bufetes en los que trabajan, “procurar ofrecer un servicio 360° que cubra todas sus necesidades, siendo imprescindible poder proporcionar un asesoramiento multidisciplinar integral”, explica Touriño.

Ecija y Uría ponen el acento en la protección de datos y en la ciberseguridad

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Desde el grupo de derecho digital de Uría Menéndez lo hacen ofreciendo “a nuestros clientes soluciones transversales, creativas y pragmáticas a los retos que encuentran en sus procesos de innovación y digitalización”. No solo cubren temas como ciberseguridad, comercio electrónico, plataformas y redes sociales, sino que dan un “enfoque más amplio, involucrando a todas las áreas de práctica del despacho, como fiscal, laboral, penal, mercantil, sectores regulados o administrativo”. Esto les permite “asesorar en todos los aspectos de las transacciones de M&A con componente tecnológico, y en nuevos sectores como biotech, healthtech, fintech, insurtech o fiscalidad de transacciones digitales y de criptoactivos, entre otras”.

Problemas y retos

Para actuar de una manera eficaz ante esta nueva realidad y la rapidez con la que cambia en la actualidad la innovación tecnológica, el derecho debe sortear un problema, según Rafael García, socio de Osborne Clarke: “La actual escasez o disparidad normativa en muy diversas partes del mundo en materias tales como el comercio electrónico, los servicios audiovisuales, la protección de datos personales o la inteligencia artificial”.

En su opinión, el derecho se enfrenta al reto de “establecer unas reglas de juego ecuánimes en un mercado europeo o global y un nuevo marco normativo” en actividades concretas como “internet, las plataformas digitales, la ciberseguridad, el uso de criptoactivos y, en general, los servicios financieros digitales asociados a las transacciones mercantiles, la digitalización del sector industrial y el uso creciente de tecnologías cloud, el IoT (internet de las cosas) o el blockchain”.

Ventajas y obstáculos

Muchas de estas transformaciones tecnológicas se han acelerado con la pandemia, “haciéndonos más permeables a cualquier otro cambio digital que en el futuro pueda venir”, dicen desde Osborne Clarke.

También se han convertido en un aliado del abogado. Ahora puede dejar que la tecnología se ocupe de las tareas mecánicas y reiterativas, centrándose en “dedicar su tiempo donde realmente aporta valor, que es ofreciendo soluciones innovadoras y útiles al cliente”, describen en Ecija.

Osborne subraya la disparidad de normas. Audens señala que aún hay que tirar barreras

Aunque siguen existiendo carencias y barreras que hay que derribar. Marcos Judel, socio director de Audens Abogados, identifica en las primeras “a la transformación digital”, que afecta a “profesionales, juzgados y tribunales”. En cuanto a los obstáculos, Judel cita no tener “los medios apropiados, no contar con un conocimiento adecuado o continuar sin cambiar la cultura organizativa de juzgados, empresas y profesionales”.

Rubén Canales, de Abril Abogados, cree que no se trata de mejorar, “sino de adecuarse a las nuevas realidades con mayor celeridad y adelantarse, en la medida de lo posible, a los posibles problemas que se puedan ir generando con los nuevos desarrollos tecnológicos”.

En cuanto a los retos, menciona “el impulso definitivo a la transformación digital en la Administración de Justicia” y “continuar desarrollando y legislando en materia de protección de derechos y contenidos en el ámbito digital, inteligencia artificial o criptomonedas”.

Realidades transversales en las que Judel incluye “la protección de datos personales, el marketing digital o la gestión de contenidos”.

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Desde el ‘legaltech’ al metaverso

Soluciones. La tecnología aplicada al derecho ha creado el concepto de legaltech. En él entran las soluciones tecnológicas ideadas por startups y grandes corporaciones que, entre otras, crean herramientas para que las Administraciones públicas presten servicios jurídicos a los ciudadanos o los profesionales se comuniquen con los órganos judiciales.

Presente. El metaverso plantea nuevos y enormes desafíos para estos despachos de abogados. García, de Osborne Clarke, los enumera: “La propiedad de la información, los derechos de la propiedad intelectual, la protección de los datos personales y no personales y, en general, las nuevas formas de propiedad de los activos tangibles e intangibles en el entorno digital”.

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