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Caterina quiere llegar a operar 500 apartamentos de larga estancia en 2025

Está enfocada a turistas de negocios en busca de alternativas a los hoteles. Busca propietarios en Valencia, Bilbao o Málaga

De izquierda a derecha: Manuel Vidal-Quadras, fundador; Pablo Viladomiu, director financiero; Mafe Díaz, directora comercial y Raúl Parrales, director general.
De izquierda a derecha: Manuel Vidal-Quadras, fundador; Pablo Viladomiu, director financiero; Mafe Díaz, directora comercial y Raúl Parrales, director general.

La startup Caterina, nacida en 2013 en Barcelona, quiere aprovechar la última ronda de financiación, cerrada en junio y en la que logró captar 450.000 euros de inversores como exdirectivos de Airbnb y Atrapalo, para darle un impulso al negocio de los apartamentos turísticos de larga estancia en España, coincidiendo con el inicio de la salida de la crisis del turismo. “En el confinamiento nos ha ido razonablemente bien. Tuvimos una ligera caída de demanda, pero muy pequeña si se compara con los desplomes del resto de operadores, lo que ha reafirmado que la apuesta por este modelo de negocio es la correcta”, señala Manuel Vidal-Quadras, fundador y director de Desarrollo de Negocio de la compañía.

Vidal-Quadras explica que el nombre de la compañía es un homenaje a Caterina Llull y Sabastida, la primera mujer catalana comerciante que, tras quedar viuda y con cuatro hijos, realizó importantes operaciones comerciales entre España e Italia por lo que pasaba temporadas entre Barcelona, Siracusa y Nápoles a finales del siglo XV. “Es el perfil del cliente que ahora buscamos. Desde médicos especialistas, ingenieros o comerciales. Sigue habiendo mucho viajero corporativo y mucho proyecto pendiente de ejecución”, señala.

La firma cuenta en la actualidad con una cartera de 70 apartamentos turísticos de larga estancia, repartidos en cuatro edificios en Barcelona y uno en Madrid, y el objetivo es llegar a los 500 apartamentos en 2025. “No solo vamos a crecer en Madrid y Barcelona, si no que también estamos mirando otras ubicaciones secundarias como Málaga, Valencia o Bilbao. Nos interesan sitios donde haya concentración de empresas y haya oportunidades, ya que hay mucha inversión inmobiliaria interesada en rentabilizar producto”, recalca Vidal-Quadras. “Nos atraen apartamentos de una o dos habitaciones situados en fincas de calidad y a poca distancia de grandes centros de trabajo”, explica Vidal-Quadras.

Este año van a cerrarlo incorporando uno o dos edificios más, aprovechando que la crisis del coronavirus ha cambiado la cultura del cliente. “Hay mucha demanda por apartamentos corporativos con sensación de hogar, en los que los servicios básicos como la limpieza o los suministros estén incluidos. Las empresas cuidan cada vez más de sus equipos y los empleados de los equipos de expansión huyen de la frialdad de los hoteles”.

Otro de los elementos que, a su juicio, juegan a favor del nuevo modelo de negocio es la mayor seguridad que ofrece frente al alquiler turístico. “Con una duración mínima de 32 días, los contratos de alquiler con empresas tienen menos riesgo de impago y un menor desgaste del activo, además de ofrecer una mayor liquidez a la vivienda y una mayor flexibilidad ante cambios normativos” asegura.

De hoteles a apartamentos

El equipo directivo de la compañía, compuesto por Vidal Quadras y otras tres personas (Raúl Parrales como director general, Pablo Viladomiu como director financiero y Mafe Díaz como directora comercial), tuvo que improvisar desde la génesis de la firma. “El edificio era un hotel, que había sido explotado por mi familia como negocio y el objetivo era remodelarlo y continuar operándolo”. Ese cambio, sin embargo, coincidió con el Plan Especial Urbanístico de Alojamientos Turísticos de Barcelona (PEUAT), promovido por la alcaldesa Ada Colau para limitar al máximo el crecimiento incontrolado de la plaza hotelera en la ciudad condal. Así que de un hotel se pasó a un edificio de apartamentos, En los próximos meses viene el segundo gran cambio, ya que la empresa, que ahora tiene una parte grande de la cartera en Barcelona, crecerá en Madrid, donde aspira a tener el 80% de sus apartamentos.

La demanda de pisos turísticos se reactiva

Caída. Las regulaciones estrictas aprobadas por los grandes ayuntamientos más afectados por el fenómeno de los pisos turísticos (Barcelona, Palma de Mallorca, San Sebastián, Madrid o Bilbao) provocaron que en enero de 2020, por primera vez desde que surgieron en España en 2010, el número de viviendas en España retrocediera. Un informe de Exceltur mostró que el volumen de viviendas bajó en 17.317 hasta las 413.033 pisos. Esa tendencia se agravó con los 18 meses de pandemia y la supresión del turismo.

Reactivación. La búsqueda de espacios seguros y de menor interacción social por el Covid-19 han vuelto a disparar la demanda de este tipo de viviendas y anticipan un ciclo alcista, que contrasta con las medidas restrictivas aprobadas por municipios como Madrid, que solo las permite en bajos y primeras plantas.

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