Ángel de la Fuente: “Al sistema actual de pensiones hay que darle una pensada”
El director ejecutivo de Fedea alerta de la tensión que provocará en las cuentas la jubilación de los ‘boomers’ y aboga por establecer nuevas fórmulas de recaudación
Encontrar la forma de afianzar por tiempo indefinido la sostenibilidad del sistema público de pensiones es una de las tareas que más horas de estudio, análisis y debate ha generado durante décadas entre políticos y expertos. Las sucesivas reformas que se han ido aprobando desde los años ochenta hasta hoy han tratado de sostener el primer pilar durante las distintas coyunturas socioeconómicas que ha atravesado el país en este tiempo.
El próximo desafío, identificado por todos los agentes, es la jubilación de la generación del babyboom —los nacidos en España entre 1958 y 1975—, quienes vivirán su retiro profesional en las próximas décadas y recibirán pensiones más altas que las actuales. En su intervención durante la X jornada sobre planes de pensiones organizada por Cinco Días e Ibercaja, Ángel de la Fuente, director ejecutivo de Fedea, ha advertido de que se aproximan “tiempos complicados”, y ha planteado nuevos instrumentos recaudatorios para garantizar la fortaleza del sistema de pensiones ante este reto inmediato, como un recargo sobre el IRPF.
“No hay riesgo de que el sistema deje de funcionar”, ha advertido De la Fuente, en referencia al interés político por no soliviantar a un colectivo tan numeroso como el de los pensionistas. Aunque sí ha reflexionado sobre el coste de oportunidad que tiene dedicar gran parte de los recursos económicos a las pensiones en detrimento de otras partidas como la sanitaria o la educativa. “A este sistema hay que darle otra pensada e ir hacia otro más prudente en materia de gasto”, ha matizado. En su análisis, el mandatario del think tank, ha señalado que, puesto que “España tiene uno de los sistemas públicos de pensiones más generosos del mundo”, lo ideal para lograr cuadrar los ingresos que obtiene el Estado con los gastos, “sería ir hacia un sistema parecido al sueco; con cuentas nocionales con una rentabilidad ligada al crecimiento del PIB”.
Respecto a la verdadera dimensión del desembolso que realiza el Estado en pensiones, y a la peligrosa dinámica contable hacia la que se encamina, De la Fuente ha recordado que, según sus proyecciones, el gasto en pensiones públicas se va a ir por encima del 17% del PIB a mediados de siglo; mientras que el déficit podría llegar a los 6 puntos en este horizonte temporal. “Es un problema serio, no es un problema de mala contabilización”, ha alertado.
Visualización
En su intervención, De la Fuente se ha referido también a los dos factores fundamentales que tensionan tradicionalmente las cuentas públicas: la transformación demográfica y la evolución de la productividad. “Son factores difíciles de controlar, y no han ido nada bien en las últimas décadas” ha explicado.
Según los estudios de Fedea a los que ha aludido, la tasa de dependencia —esto es, cuántos trabajadores son necesarios para financiar una pensión—, es actualmente de tres. Sin embargo, “todas las proyecciones demográficas que tenemos nos dicen que en los próximos 30 años se va a multiplicar por dos. En 2050 tendremos que pagar una pensión entre un trabajador y medio, por lo que la presión sobre la gente que estará trabajando en los próximos años va a crecer”.
Respecto a qué fórmulas debería implementar el Estado para tratar de acaparar los recursos económicos necesarios para dar cobertura (y reducir el déficit) a una masa de jubilados que, gracias al aumento de la esperanza de vida va a representar cada vez una porción más grande de la pirámide poblacional, De la Fuente ha abogado por “financiar esta parte de suplemento de coste mediante un recargo sobre el IRPF, sobre la tarifa estatal del IRPF”. En su opinión, “sería el impuesto más justo”, puesto que recaería “sobre todas las personas” y serviría para que “el grueso de la población visualice el coste que tiene el sistema”.