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El Foco
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

‘Blue bonds’: innovación financiera y la economía azul

Es un tipo especial de bono verde dedicado a la protección de los ecosistemas marinos

El sistema financiero ejerce un papel esencial en la lucha contra los efectos del cambio climático. Los bonos azules, blue bonds, representan la última innovación del sistema financiero para contribuir al desarrollo sostenible de los recursos oceánicos, en línea con los objetivos fijados por Naciones Unidas (ODS 14, Life below Water), dando respuesta al interés creciente por las inversiones ESG, orientadas por criterios medioambientales, sociales y de gobierno corporativo. Este instrumento de renta fija es un tipo especial de bono verde, con rasgos sociales o sostenibles, emitido por instituciones públicas o privadas, con el propósito de la protección de los ecosistemas marinos y el desarrollo sostenible de la economía azul, integrada por una serie de actividades tales como la acuicultura, el transporte marítimo, la construcción naval, el turismo de costa, las energías renovables offshore, la biotecnología marina, los servicios portuarios y la gestión de aguas residuales, entre otras. El objetivo de este artículo es analizar las principales emisiones de bonos azules.

El mercado de bonos azules surgió en 2018 con la emisión realizada por la República de Seychelles por importe de 15 millones de dólares, con vencimiento a 10 años y devengo de un cupón anual del 6,5%. Se realizó a través de una colocación privada a partes iguales entre varios inversores institucionales norteamericanos (Nuveen, Prudential Financial y Calvert Impact Capital). La emisión contaba con la garantía del Banco Mundial por importe de un tercio del principal. Además, incluía un préstamo otorgado por United Nations Global Environment Facility para la cobertura parcial del pago de los intereses. Además, la organización The Nature Conservancy contribuyó a reestructurar la deuda pública a cambio del compromiso estatal de ampliar las áreas de protección marina de las islas (debt-for-nature swap).

Las instituciones financieras supranacionales son esenciales para impulsar el desarrollo de los blue bonds, tal como sucedió con los bonos verdes a partir de 2007 tras la primera emisión realizada por el Banco Europeo de Inversiones (Climate Awareness Bonds, CAB). En este sentido el Banco Asiático de Desarrollo constituyó la ADB Oceans Financing Initiative como catalizador de los proyectos orientados a la preservación de los ecosistemas marinos y el fomento de la economía azul sostenible en la zona Asia-Pacífico. Este programa tiene por objeto aportar fondos por importe de 5.000 millones de dólares durante el periodo 2019-24. Recientemente, en enero, el Banco Asiático de Desarrollo alcanzó un acuerdo estratégico con el Banco Europeo de Inversiones para promover proyectos de alto impacto en esta zona. En 2019 el Banco Europeo de Inversiones diseñó una nueva estrategia, denominada Blue Sustainable Ocean Strategy, con objeto de invertir 2.500 millones de euros en nueve años en proyectos relacionados con la preservación de los océanos y la promoción de actividades sostenibles (rehabilitación de costas degradadas, recuperación de arrecifes de coral, mejora de la calidad de las aguas, acuicultura y producción pesquera sostenible, mejoras de eficiencias en la construcción naval, desarrollo de la biotecnología, entre otras).

Nordic Investment Bank, con un rating AAA (Standard & Poor’s), realizó en 2019 su primera emisión de bonos azules a cinco años por importe de 2.000 millones de coronas suecas, con un cupón anual del 0,375%, destinada a inversores institucionales (Nordic-Baltic Blue Bond), para financiar proyectos de recuperación ambiental del mar Báltico, gravemente afectado por los procesos de eutrofización inducida por los elevados niveles de nitrógeno y fósforo en sus aguas. Este fenómeno provoca el deterioro de la calidad del agua, la pérdida de navegabilidad de tramos de ríos, la proliferación de bacterias productoras de toxinas, entre otros efectos negativos. En octubre de 2020 colocó una segunda emisión, al mismo plazo, por importe de 1.500 millones de coronas suecas (150 millones de euros), con un cupón anual del 0,10%.

En septiembre de 2020, Bank of China realizó la primera emisión internacional de bonos azules por parte de un banco comercial por importe total equivalente a 942,5 millones de dólares, ajustada a los Green Bonds Principles de ICMA, actuando Crédit Agricole como coordinador global. La emisión se estructuró en dos tramos (dual currency deal), 500 millones de dólares en bonos a 3 años y el resto en bonos a 2 años en yuanes. Esta emisión está respaldada por la política del Gobierno chino, orientada a la promoción de la economía azul como uno de los principales vectores de crecimiento en las próximas décadas.

El sector de la acuicultura en Noruega es el pionero en la utilización de este instrumento financiero, que contribuye a la protección de los ecosistemas marinos. Mowi ASA, el mayor productor mundial de salmón atlántico, fue la primera compañía pesquera en emitir blue bonds en enero de 2020, con vencimiento a 5 años, por importe de 200 millones de euros, con un cupón de euríbor a tres meses + 1,60%, con objeto de financiar actividades de acuicultura sostenible, según su plan estratégico (The Blue Revolution Plan). Este bono cotiza en la Bolsa de Oslo y en el segmento de bonos ESG de Euronext (Mowi, nota 11 del informe anual de 2020). Posteriormente, uno de sus principales competidores, Grieg Seafood, colocó en la Bolsa de Oslo una emisión de bonos azules en dos tramos (junio y diciembre 2020) por importe de 1.500 millones de coronas noruegas (150 millones de euros), con vencimiento de junio de 2025, con un margen del 3,40% sobre el tipo interbancario de Oslo (níbor).

Es de esperar que la aplicación de este instrumento financiero se extienda a otros sectores de actividad vinculados con el desarrollo sostenible y la economía azul, entre los que cabe destacar la energía eólica offshore, la construcción naval, la gestión portuaria, la acuicultura, el turismo o la explotación pesquera. Para ello es necesario promover una serie de reformas que estimulen su utilización.

Eduardo Menéndez Alonso es profesor titular de Economía Financiera de la Universidad de Oviedo

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