En clave madrileña, había muchas ganas de votar
Lo más grave de la crisis económica con la pandemia aún no se ha manifestado. Pero desde ayer ya hay sucesora en el PP, por si acaso
Histórica la participación en estas autonómicas madrileñas que Ayuso adelantó contra natura, pero con fino olfato demoscópico. Supo ver el momento y las encuestas le eran favorables. Año 2019, los peores resultados para el PP en Madrid en décadas. Dos años después, dobla con creces y se consolida como la lideresa. Gana con mayúsculas, Isabel Díaz Ayuso, y ahora ya lo hace con voz e imagen propia y no prestada o impuesta, como en las anteriores por Casado. Arrasa sin llegar a la mayoría absoluta, pero rondándola. Y vuelve –ella, no Casado– a reunificar la derecha madrileña. Enseña a este el camino sin dudas, sin ambages, sin medias palabras acomplejadas. Fagocita a Ciudadanos absolutamente, y aquel voto castigo y prestado de hace años frente a la gestión de Rajoy y de la Comunidad vuelve todo él al PP, como también corta en seco el vuelo de Vox. Lástima por el candidato, el jurista Edmundo Bal, probablemente el mejor de todos los candidatos, y que no se cansó de lanzar propuestas y soluciones. Pero estaba muerto el partido antes de las elecciones. Las coaliciones no funcionan en España. Definitivamente.
Varapalo estrepitoso para los socialistas. Derrota sin matices. Fin de etapa nuevamente en el socialismo madrileño. Podemos trata de sacar pecho aduciendo que con Iglesias han mejorado y doblado resultados, o incluso el riesgo enorme de no haber llegado al corte fatídico del 5%. Quién sabe. Fin de ciclo para Iglesias. Queda fuera de juego totalmente para la vida política activa.
Más Madrid ha hecho una campaña inteligente y valiente, y es recompensada. Pero la izquierda no suma, sigue fracturada. La derecha se une. La transferencia de votos es total hacia Ayuso. Vuelven. Incluso voto socialista también ha ido a la presidenta. Ha ganado desde el primer día, no tanto por su gestión, esta es otra cuestión que quizá habría que analizar con lupa y con luces y sombras, pero sí por su temple de confrontación absoluta con Pedro Sánchez y la Moncloa, sin complejos. Frentismo a tope. Y le ha dado un gran resultado, pese a las enormes sombras de la gestión de la pandemia. Esta no le ha pasado factura, al contrario.
Muchos ya bautizan el nuevo tiempo como el Ayusazo. Es pronto para saberlo. Pero los nuevos tiempos han llegado para el PP. Ya no es tiempo para los viejos barones. Madrid, con alcalde y presidenta se convierte en quintaesencia de las divinidades de la derecha. Juventud, arrogancia, desparpajo, y sobre todo, plantar cara a la izquierda. Y vaya que ha funcionado. El electorado vota sin mirar hacia atrás. Vota también en parte contra, contra otros, contra alguien, y en esto Ayuso ha sido la maestra bien asesorada mediáticamente por una persona bien entrenada en el aznarismo puro. Cuando Iglesias vertió aquello de la confrontación, Esta cogió el testigo y, a pie cambiado, revolvió todo el tablero. La ecuación comunismo o libertad ha devorado cualquier razón y toda lógica en estos días de campaña. Ya a nadie le ha interesado salir de ese guion, y menos a los dos implicados.
Esta ha sido una campaña convulsa y sumamente polarizada en la que los protagonistas han tratado de acaparar todo el proscenio. Y lo han logrado. Quizás, por desgracia, este es el camino próximo que nos espera en España. Más griterío, más polarización, más tensión. Y quién más dispuesto esté a ello, más va a arriesgar y quizá ganar. De poco o nada importan los problemas reales de los ciudadanos. Estos no los han querido escuchar muchos. No vendía. Nadie quería comprarlos. Así de simple, pero triste, hoy, cuando algunos intelectuales hablan incluso de que el algoritmo acabará con la democracia. Todo puede ser. Esperemos que el número al menos en esto, se equivoque.
Gran lección de civismo y participación democrática dieron ayer los madrileños. Colas interminables desde los primeros momentos presagiaban una participación espectacular. Así ha sido. Inapelable el compromiso de los ciudadanos con la democracia. La palabra lo puede todo, como el voto. A partir de ahí cada uno ha votado lo que ha considerado mejor.
Empieza un nuevo partido a mitad de legislatura. Y esto lo hará para todo el panorama nacional. No tardarán ni siquiera horas en extrapolar los resultados unos y otros, unos hacia el tablero nacional, otros para reconducirlo a una mala noche electoral y una gran candidata. La misma que ha entendido e interpretado Madrid como bastión defensivo frente a las políticas y cambios de rumbo que salían desde Moncloa, con o sin pandemia, cuestionando cada medida, cada decisión. Manteniendo abierto Madrid, las terrazas y los bares. Insuflando economía. Le ha bastado eso. No ha hecho falta más. Nadie ha querido ver otra cosa, y menos recordar la gestión compartida con Ciudadanos estos dos años, con o sin Filomena, con o sin botas nuevas para la nieve.
El instinto quizás no compartido seis plantas más arriba, en la sede que dicen querer abandonar, coloca a Ayuso en una extraordinaria posición, máxime si Casado no consigue a la tercera su empeño. Aquella lo ha tenido lo suficientemente apartado del foco durante esta campaña, compartiendo eso sí el palco silente de estos dos o tres últimos años de Génova.
La derecha vuelve con su partido natural. La ultraderecha de Vox ve cortado el vuelo de raíz. No entrarán en gobierno alguno, pero sí apoyarán. Saben que si entran en coalición quedarán absolutamente fagocitados como Ciudadanos. Y el socialismo o busca de una vez un candidato en condiciones o lo de hoy solo será el primer hito de una serie de tropiezos electorales irreversibles. Lo más grave de la crisis económica con la pandemia aún no se ha manifestado. Ya hay sucesora en el PP por si acaso.
Abel Veiga es Profesor y Decano de la Facultad de Derecho de Comillas ICADE
Archivado En
- Opinión
- Crisis económica coronavirus covid-19
- Coronavirus Covid-19
- Crisis económica
- Coronavirus
- Pandemia
- Recesión económica
- Virología
- Enfermedades infecciosas
- Epidemia
- Coyuntura económica
- Enfermedades
- Microbiología
- Unión Europea
- Medicina
- Administración Estado
- Organizaciones internacionales
- Economía
- Relaciones exteriores
- Biología
- Salud
- Administración pública
- Política
- Ciencias naturales
- Ciencia