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Inversión

La inversión en países emergentes tras la subida de tipos

Las Bolsas de estas economías resisten bien el envite de la subida de las rentabilidades, mientras los índices de renta fija entran en negativo en el año

GettyImages

De momento no se está cumpliendo el guion de las expectativas para las Bolsas emergentes que anunciaban los analistas al comienzo del año. China, apoyada por el fuerte componente tecnológico, decepciona tras partir como favorita en los pronósticos, mientras que otras economías asiáticas y latinoamericanas más ligadas a la recuperación económica y a la producción de materias primas –que registran una fuerte subida con el petróleo en cabeza– lo han hecho mejor en renta variable.

El inicio del año en los activos emergentes

En estos primeros meses del año, junto a la pandemia del Covid-19 y el proceso de vacunación de la población, los tipos de interés han vuelto a ser los protagonistas para los inversores, con Estados Unidos como guía y referencia. El temor a la inflación ha aparecido en el mercado en el comienzo del ejercicio y la euforia inicial de 2021 se frenaba desde que en febrero los bonos estadounidenses comenzasen a acelerar la subida de sus rentabilidades. Y, de forma habitual, las subidas de tipos en EE UU son motivo para la alarma en las economías emergentes, endeudadas en dólares y muy dependientes del flujo inversor extranjero.

Bank of America calcula una entrada de flujos en las economías emergentes de 467.000 millones de dólares en los últimos cuatro meses que han ido principalmente a la deuda empresarial y a acciones de tecnología.

El bono a 10 años de EE UU ofrece una rentabilidad del 1,7%, cifra no vista desde noviembre de 2019 y lejos del 0,96% con el que comenzaba el año. Y todo eso, pese al dopaje de los bancos centrales, y de que el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, aleja la subida de tipos de intervención y considera el alza de la inflación un episodio pasajero.

El dinero apuesta más por los emergentes ligados a la mejora del ciclo económico y el alza de las materias primas y muestra algunas dudas sobre el gigante chino

Pero la corriente alcista en los mercados de bonos corre por el mundo: en Brasil los bonos han pasado en lo que va de año del 6,9% al 8,58%; en México, del 5,25% al 6,76%; en India, del 5,89% al 6,18%, y en China registraban una tímida subida desde el 3,20% al 3,28%. Una mala noticia para todas las economías en general –en España el bono a una década empezaba el año en el 0,055% de rentabilidad y ahora está en el 0,35%– pero que tiene especial incidencia en los mercados emergentes.

Estas economías deben competir con los mercados desarrollados y un bono estadounidense aproximándose al 2% resta atractivo a asumir el riesgo de la moneda y los desequilibrios de los países emergentes, que no disfrutan del apoyo de potentes bancos centrales.

Aun así, en general los analistas se muestran optimistas para lo que resta de ejercicio en estos mercados. Pramol Dhawan, jefe global de gestión de Carteras EM Portfolio Management, se fija en las valoraciones. “Están baratos en relación con los activos comparables de los mercados desarrollados. Los flujos de cartera hacia los mercados emergentes suelen estar asociados a un dólar más débil, a precios más altos de las materias primas y a un mayor crecimiento mundial”, explica.

También desde Bank of America ven un contexto positivo para estos mercados pese a los estragos del alza de tipos. “Un Congreso estadounidense dividido, una vacuna Covid, una Fed acomodaticia y una guerra comercial menos ruidosa son condiciones globales favorables para los mercados emergentes. Esperamos los mejores rendimientos en los mercados locales, con rentabilidades reales particularmente altas”, explican en su informe de marzo.

Efecto en los bonos

El efecto más directo del temor a la inflación en EE UU, obviamente, se produce en los bonos. Desde la gestora Erste AM explican que los activos de mercados emergentes reaccionaron de varias formas: “Mientras que las divisas, los bonos en divisa local y los bonos gubernamentales en dólares sufrieron importantes caídas de precios, los bonos empresariales prácticamente no se inmutaron”. El índice JP Morgan Emerging Market Bond registra en lo que va de año una caída del 5,11% que contrasta con la subida del 4,3% del índice bursátil MSCI Emerging Markets, que cotiza en casi 1.350 puntos, aunque a mediados de febrero tocó su máximo anual en los 1.444 puntos. Goldman Sachs sí infrapondera la deuda soberana de estos países.

China gusta un poco menos

Crecimiento. Buena parte de las dudas que genera China en la actualidad a los inversores provienen de los anuncios recientes de sus mandatarios. El Gobierno chino rebajó su objetivo de crecimiento este año al 6%, muy por debajo de las previsiones del 8%, lo que podría sugerir retirada de estímulos.

Tecnología. Los conflictos con Tencent, la frustrada salida de la fintech Ant Group y un posible cambio en la legislación de las tecnológicas han provocado también el resquemor de muchos inversores a invertir en China.

Endeudamiento. Los analistas de la gestora Ostrum Asset Management están preocupados por los créditos que la economía china ha facilitado a países en dificultades financieras. El informe de Kiel Institute for the World Economy apunta que la cifra supera los 370.000 millones de dólares, aunque las autoridades chinas no facilitan este dato.

La clave de unos tipos más altos y, por tanto, de la caída en los precios de los existentes reside en la evolución de la subida de los precios. Los analistas de Goldman Sachs esperan que la inflación subyacente se mantenga débil en la mayoría de los emergentes a lo largo de este año. “Sin embargo, en los próximos meses, una combinación de precios más altos del petróleo y de las materias primas alimentarias y fuertes efectos de base de la caída del precio de la energía del año pasado impulsarán bruscamente la inflación”. En su opinión, los países más sensibles son Turquía, Rusia, Ucrania, Hungría, Brasil e India.

Alejandro Arévalo, responsable de renta fija de la gestora Jupiter AM, sí considera que será un buen año para la deuda emergente. “La reflación es buena para los mercados emergentes, en particular para los productores de materias primas. En general, muestran mucha más responsabilidad fiscal de la que solían tener: los saldos en cuenta corriente y las reservas de divisas son saludables. Han aprendido del pasado y han reducido su exposición al aumento de los rendimientos de los bonos de EE UU y al dólar”, concluye.

México se beneficiará del tirón presupuestario de Estados Unidos. Brasil preocupa por su situación política y financiera

Las divisas emergentes han tenido un comportamiento más calmado en este comienzo del año, incluso con alguna sorpresa como la revalorización del peso mexicano frente al euro (0,32%) y el mantenimiento del cruce entre la divisa europea y el dólar con el yuan chino. El real brasileño se ha depreciado en este periodo un 5,52% con el euro y un 7,14% respecto al dólar, mientras el peso mexicano ha perdido el 3,23% frente al billete verde.

La gestora Principal Global Investors es optimista sobre el devenir de las monedas emergentes: “Esperamos que se aprecien frente al dólar estadounidense, debido a la masiva expansión fiscal y a tipos reales muy negativos en EE UU”, indican.

El último informe de S&P Ratings advierte sobre dos países que tienen débiles posiciones fiscales y deben ser vigilados de cerca: Brasil y Sudáfrica. En el caso brasileño pesa, además, el fuerte vencimiento de deuda este 2021.

Bolsas al alza

El comportamiento de las Bolsas emergentes en el año se resume en un alza del 4,3% en el índice MSCI Emerging Markets, en línea con la subida del 4,94% con el indicador MSCI World. Brasil pierde el 3,4% y la Bolsa mexicana se ha revalorizado un 7,6%. China entró en este mes de marzo en pérdidas anuales con una caída del 3,9% en el CSI 300.

Sin duda, las alzas en las materias primas han sido clave para los emergentes latinoamericanos. El precio del crudo ha aumentado en el año un 25%; el de la gasolina, un 40%; el del cobre, un 17%; el del mineral de hierro, un 16,5%, y el del níquel, un 11%, mientras que los precios de las materias primas agrícolas han ganado entre un 5% y un 10% en lo que va de año.

Marta Díaz-Bajo, directora de análisis de fondos de Atl Capital, explica lo variopinto del mundo emergente cuando se trata de buscar acciones en las que invertir. Habría una división en dos bloques, entre una China más tecnológica y los emergentes ligados al ciclo económico y las materias primas. Esta experta se fija en la composición del índice MSCI Emerging donde el 70% está en las Bolsas asiáticas y, especialmente, China. “No tienen nada que ver invertir en las chinas Alibaba o Tencent o meterte en petróleo o bancos brasileños, aprovechando la recuperación cíclica de estos dos sectores”. Y añade, “dentro de estos pesos globales del índice nos movemos con una visión a largo plazo, aunque tácticamente podemos infravalorar unos sobre otros. Ahora damos más peso a las economías más dependientes de la recuperación cíclica”, concluye.

En Principal Global Investors han comenzado a exponerse a cíclicos como mercados emergentes, financieros y de pequeña capitalización y reducido exposición a China por las recientes decepciones del mercado y posibles cambios en el régimen regulatorio para grandes empresas tecnológicas.

Goldman apunta a México como uno de sus mercados favoritos al beneficiarse del crecimiento de EE UU y de sus políticas fiscales expansivas, además de estar muy expuesto a la recuperación de las materias primas. Desde Bank of America pronostican un crecimiento del PIB en Latinoamérica del 4,1% este año frente a la caída del 7% del pasado y prevén una mejora de sus déficits fiscales. Y vuelven al origen de la incertidumbre actual. “El aumento de los rendimientos en EE UU está presionando a las divisas y los tipos de cambio. Somos cautelosos a la hora de agregar exposición hasta que la posición técnica se limpie un poco y ceda el impulso negativo”, explican.

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