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Compañías

Francisco Benedito: “El cambio climático va a ser el mejor negocio de los próximos años”

La empresa que dirige se dedica a poner en contacto a compañías que buscan compensar sus emisiones contaminantes con proyectos que las reducen  No todas las firmas que buscan disminuir su huella de carbono están realmente concienciadas

ClimateTrade
Fernando Belinchón

El emprendedor Francisco Benedito, consejero delegado y cofundador de la plataforma de compraventa de créditos de carbono ClimateTrade, destaca la parte más positiva de su actividad: la compensación de emisiones contaminantes supone un cambio real hacia un mundo más sostenible. Pero además de cumplir esa labor, según cuenta, la lucha contra el cambio climático será el mayor negocio de las próximas décadas. Benedito no duda también en criticar a aquellas compañías que llegan a la sostenibilidad con el único fin de lavar su imagen sin hacer cambios de calado en su funcionamiento.

R. ¿En qué consiste ClimateTrade?
R. Cada vez más empresas en el mundo están intentando ser menos contaminantes. Nosotros ponemos en contacto a los que buscan compensar las emisiones con aquellos que tienen créditos de carbono. Cada crédito de carbono es una tonelada de CO2 evitada o mitigada en la atmósfera. Estos créditos son certificados que organismos como las Naciones Unidas y otros privados les dan a esas empresas o proyectos verdes que reducen o mitigan las emisiones. De un lado tienes a las compañías que emiten ese CO2 y del otro, proyectos que lo absorben. Entonces, en vez de pagar impuestos por esas toneladas de CO2 que ellos emiten, las compensan mediante la compra esos créditos de carbono a las empresas verdes y de esa forma ese dinero sirve para impulsar futuros proyectos renovables y mantener adecuadamente los ya existentes.
R. ¿Cuáles son los requisitos para poder hacer un proyecto que dé derecho a tener esos créditos?
R. Hay que tener en cuenta una cosa muy importante que mucha gente no sabe. Los proyectos para recibir créditos de carbono tienen que estar terminados y funcionando. Te lo dan cuando ya has empezado a mitigarlas. El proyecto debe tener la suficiente entidad; no puedes ponerte mañana cuatro paneles encima de tu casa y empezar a generar créditos de carbono porque los costes de generación de esos certificados también están aparejados, tiene que haber una envergadura mínima en el proyecto para que tenga sentido generar esos créditos. Estamos hablando de gente que tiene hectáreas; en cada país el coste es uno u otro. Es un proyecto verde, casi todas las metodologías que te puedas imaginar: reforestación, conservación de bosques, biomasa, cuidar las emisiones de basureros, instalar energía eólica solar, ese tipo de proyectos. Se da sobre todo en países emergentes. En España, por ejemplo, dentro de la categoría elegible para recibir créditos verdes solo se pueden hacer proyectos de reforestación.
R. Entonces depende del país para catalogar un proyecto como merecedor del crédito de carbono.
R. El mercado se creó para hacerse en economías emergentes, no en desarrolladas. Se supone que en los países desarrollados ya hay suficientes medios como para solucionar los problemas que tenemos. Los que tienen más problemas son los emergentes. India o China han estado recibiendo subsidios porque no son capaces con sus propios medios de transformar sus fuentes de combustibles fósiles en no fósiles. Este mercado está creado para que fueran los países emergentes los proveedores de esos créditos para los países desarrollados que son los que tienen más dinero.
R. ¿Cree que la compensación de emisiones es un buen nicho de negocio?
R. Es un mercado complicado. No lo veo solamente como un negocio, sino como una forma de tener un impacto en el planeta. Cuando asesoro a mis clientes sobre qué tipo de créditos de carbono comprar, lo que busco es que generen un mayor impacto. Por supuesto que es un negocio, pero sobre todo es una oportunidad para generar un proyecto que cambie las cosas en el planeta.
R. ¿Qué compañías u organismos han acudido a ustedes?
R. Hoy trabajamos con el Banco Santander a nivel mundial. Y con Sacyr, Telefónica, Norauto, Schweppes, Iberia, Correos y Telégrafos, Cabify, Meliá Hoteles... Esas son algunas de ellas. Son de distintos sectores. Con el Covid, si hubiéramos estado solamente con el turismo, hubiéramos sufrido muchísimo.
R. ¿Cómo de delgada es la línea entre compensación de emisiones y el 'greenwashing' (llevar a cabo medidas "verdes" solo por el hecho de quedar bien)?
R. Lo que no puede ser es que una empresa contamine, compre créditos de carbono y ya acredite que es neutral en carbono, porque en realidad sigue contaminando y no ha hecho ningún proceso para reducir y eficientar. Esa compañía que no ha cambiado nada en su forma de funcionar y solo compensa con créditos de carbono está haciendo greenwashing. No está intentando evitar contaminar, está pagando por contaminar.
R. ¿Hay diferencias dentro de los créditos de carbono?
R. Hay empresas que buscan comprar los créditos más baratos del mercado. Todavía hay créditos de hace muchísimos años, de cuando empezó el Protocolo de Kioto, en 1997. Y hay créditos en China o en India que se pueden comprar superbaratos. Eso no lo recomendamos a nuestros clientes. Hay que ver que el proyecto al que se pone dinero tenga un impacto de verdad. Comprar créditos de un proyecto de paneles solares en China del año 2000 no genera impacto porque ese proyecto está más que amortizado. Hay que buscar un precio ético, y para ello empleamos tecnología blockchain. De esa forma se puede ver que el dinero va realmente al proveedor del proyecto y no se queda en el bolsillo de un bróker. Antes pasaba que los intermediarios apretaban al proveedor, sacaban un precio barato, ellos doblaban el margen y ahí el que más ganaba era el bróker.
R. ¿Cabe esperar que en los próximos años la reducción del impacto llegue a más países?
R. Esto ya no lo para nadie. El cambio climático va a ser el mayor negocio de los próximos 30 o 40 años. Todo tipo de inversiones van a llegar al tema clima. Todos los países van a querer llegar a la neutralidad. Lo que hay que hacer es estimular las regulaciones adecuadas para que la gente quiera impulsar esos proyectos. Los políticos deben dar facilidades para que los proyectos se puedan implementar. No solo va de subvenciones, que también, va de incentivar con regulaciones. Ahora, con Biden hay una gran esperanza al respecto en Estados Unidos.

Sobre la firma

Fernando Belinchón
Madrid. 1994. Máster en periodismo económico por la Universidad Rey Juan Carlos. Redactor de la Mesa Web de CincoDías. En el periódico desde 2016.

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