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Mujeres y decisiones de inversión: ¿cómo planificar el futuro?

Con una mayor esperanza de vida y salarios más bajos, hacer un ejercicio de planificación financiera es fundamental

“Quiero ahorrar para comprarme una vivienda”. “Me preocupa no poder pagar la educación de mis hijos”. “Me gustaría invertir para poder vivir como ahora cuando me jubile”. “Quiero tener el dinero suficiente para poder ser independiente económicamente por si algo me impide seguir trabajando”.

Cuando preguntamos las razones que están detrás de cualquier decisión de ahorro e inversión, las respuestas pueden ser tan distintas como el número de personas a las que preguntemos, pero ¿encontramos más diferencias según hablemos de hombres o de mujeres? Aunque la respuesta no tiene tanto que ver con el género, sí que hay una serie de circunstancias que hoy por hoy conciernen a la mujer y que conviene tener en cuenta a la hora de trazar un plan financiero y pensar en el futuro.

La era de la longevidad

Desde Naciones Unidas señalan que el “envejecimiento de la población está a punto de convertirse en una de las transformaciones sociales más significativas del siglo XXI, con consecuencias para casi todos los sectores de la sociedad, entre ellos, el mercado laboral y financiero y la demanda de bienes y servicios (viviendas, transportes, protección social, etc.), así como para la estructura familiar y los lazos intergeneracionales”.

Que nos encontramos en la era de la longevidad es una realidad que en este blog hemos tratado en multitud de ocasiones, pero ¿nos afecta a todos por igual? ¿Cuáles son sus consecuencias? Sabemos que España es uno de los países más longevos del mundo -la esperanza de vida se ha duplicado en nuestro país en el último siglo- y, si desgranamos las cifras del Instituto Nacional de Estadística, lo que vemos es que las mujeres viven más que los hombres: la esperanza media de vida en 2019 era de 80,9 años para los hombres y de 86,2 para las mujeres. “Este escenario de vidas más largas nos obliga a incrementar nuestra capacidad de ahorro y de inversión porque una de las consecuencias de vivir 5 años más que los hombres es que nuestros gastos se van a incrementar entre un 20 y un 25%”, comenta Marta Rodríguez, socia y directora comercial de la oficina de Madrid de Abante.

Además, aquí hay que tener en cuenta que si bien se está ganando en calidad de vida, el incremento de la longevidad trae un consigo un aumento de las enfermedades, y es por ello por lo que el 60% de las personas que sufren una dependencia en España son mujeres. ¿Cómo se puede financiar ese posible aumento de los gastos?

Y es que las respuestas a estas preguntas se suceden en un entorno, que es común a todos los españoles, y que en este blog también hemos tratado en muchas ocasiones: la sostenibilidad del sistema público de pensiones. Sabemos de antemano que las ultimas reformas de las pensiones van a hacer que las pensiones se reduzcan entre un 30 y un 50%, y a esto hay que sumarle que, de media, las mujeres cobran pensiones más inferiores, como consecuencia de tener salarios más reducidos y de trabajar menos tiempo.

En concreto, la pensión contributiva (jubilación, incapacidad permanente, viudedad y orfandad) media de los hombres fue de 1.250,87 euros, mientras que la de las mujeres fue de 826,41 euros. Respecto al salario, el último informe “Brecha salarial y techo de cristal” de Gestha revela que la brecha salarial entre hombres y mujeres se ha ensanchado en 33 euros durante 2020, de forma que los hombres cobran 4.958 euros más que las mujeres. Así, según el informe, las mujeres deberían cobrar un 27,6% más para igualar el sueldo de los hombres.

El índice ClosinGap que elabora PWC mide la brecha en el empleo, además de en otros ámbitos como la educación y la conciliación, teniendo en cuenta hasta nueve variables que “son clave en el desarrollo económico y profesional de la mujer”, como la tasa de actividad, la tasa de empleo, las horas trabajadas, el liderazgo en la empresa privada, el liderazgo en la Administración General del Estado, la precariedad del empleo, la brecha salarial, la duración de la carrera laboral y la brecha en pensiones. Así, en empleo, el Índice ClosinGap se situó en el 65% en 2020, lo que significa que aún queda un 35% de brecha de género por cerrar. Además, tal y como señalan en el informe, “la brecha de género en el empleo se está reduciendo a un ritmo anual del 1,9% desde 2015. De continuar esta tendencia, se calcula que podría desaparecer en 2043, dentro de 23 años”.

Planificación financiera para invertir con éxito

“Con vidas más largas y salarios más bajos, realizar un ejercicio de planificación financiera es fundamental. Poner en perspectiva nuestros objetivos, tanto personales como profesionales y familiares, nos va a ayudar a conocer nuestro punto de partida y saber cuánto necesitamos y, en consecuencia, en qué productos nos conviene invertir”, señala Paula Satrústegui, socia de asesoramiento patrimonial de Abante.

En ese sentido, Rodríguez señala que “en la última década hemos notado un interés creciente por parte de las mujeres a la hora de tomar decisiones de inversión”. Y es que, con el escenario que hemos descrito, las mujeres deben involucrarse activamente en la gestión de sus ahorros y de sus finanzas para ganar independencia económica y asegurarse que pueden cubrir todas sus necesidades y cumplir sus objetivos sin preocupaciones.

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