La economía mundial, en manos de mujeres
Es una de las áreas en las que más economistas y profesionales de las finanzas mujeres destacan, a pesar de que se quejan de que el sector sigue masculinizado
La economía mundial está tomada por mujeres: Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo; Kristalina Georgieva, directora general del Fondo Monetario Internacional (FMI); Gita Gopinath, economista jefe del FMI; Janet Yellen, secretaria del Tesoro de Estados Unidos; Ngozi Okonjo-Iweala, directora general de la Organización Mundial del Comercio (OMC); Nadia Calviño, ministra de Economía; Ana Botín, presidenta de la Federación Bancaria Europea y de Banco Santander; Jane Fraser, presidenta de Citigroup...
Pero estos reconocidos cargos no son los únicos, tras ellas hay muchas otras mujeres que también ocupan posiciones de liderazgo en el ámbito de la economía y las finanzas. Así lo señala además un informe presentado esta semana por Atrevia e IESE, donde se destaca que el sector financiero es el que goza de una mayor presencia de mujeres en sus consejos de administración.
Para la economista jefe de Deutsche Bank España, Rosa Duce, esta representación tiene una explicación clara: “Es un sector en el que hay muchas más mujeres que hombres por el tipo de carreras que estudian, hay muchas cursando Economía o Derecho y muy pocas en la rama tecnológica”. Unas bases que, poco a poco, han contribuido a que el llamado techo de cristal se fuera rompiendo. “Es verdad que antes había muchas mujeres y tampoco llegaban tan arriba, pero es un reflejo de que la sociedad está cambiando mucho”, apoya Duce.
Desde el Banco de España, sin embargo, no creen que estos cimientos sean tan sólidos. Según el informe Diferencias de género en competencias financieras, elaborado por sus investigadoras Laura Hospido, Sara Izquierdo y Margarita Machelett, existe una brecha en conocimientos financieros a nivel global. En el caso concreto de España, el 67% de los hombres fue capaz de contestar correctamente, por lo menos, a cinco de las siete preguntas financieras comunes para todos los países, mientras que solo un 50% de las mujeres tuvo el mismo grado de respuesta.
El citado estudio baraja diversas causas que explican este desnivel, desde las característica sociodemográficas a las normas sociales, pasando por la especialización de las tareas del hogar, según la cual, si los hombres toman la mayoría de las decisiones financieras del hogar, con el tiempo desarrollarán mayores conocimientos financieros que las mujeres.
Los gastos del día a día
La directora general de GVC Gaesco Valores y directora ejecutiva de Ceres Global Advisory, Carme Hortalà, discrepa de esta hipótesis y asegura que su experiencia es precisamente la contraria: “Las mujeres están mucho más familiarizadas con las finanzas. El marido suele llevar el ahorro, pero el día a día, como los gastos del colegio, la comidas, las vacaciones... lo llevan ellas”.
Un conocimiento que, con frecuencia, pasa desapercibido por considerarse demasiado corriente. “Muchas mujeres, por llevar las finanzas familiares, no son conscientes de que saben de finanzas”, continúa. Esta falta de estima personal también la observa Hospido, quien reconoce que la brecha puede no ser tan grande como parece. “Es posible que esto se deba a que las mujeres no se atreven a responder, al tener menos seguridad en sus conocimientos y creer que sus respuestas, por tanto, van a ser incorrectas”, desarrolla. De hecho, estas marcan con mayor frecuencia la opción “no sabe” que los varones.
A pesar de que los primeros puestos de los principales organismos económicos mundiales están ocupados por mujeres y de que muchas profesionales ocupan puestos directivos, para la directora general para España y Portugal del banco móvil N26, Marta Echarri, se trata de un sector, al igual que el financiero, que sigue estando muy masculinizado.
Sin embargo, “en los últimos años se ha producido una ruptura gradual de estereotipos y de techos de cristal que han permitido que, cada vez más, haya mujeres ocupando puestos directivos”. Y asegura que el éxito nunca debería estar condicionado por el género, sino por la preparación y la competencia de cada persona.
Lo sabe por experiencia: desde muy joven, asegura, le interesó el sector, y aprovechó unas prácticas que le ofrecieron en tercero de carrera en Nueva York, el centro mundial de las finanzas, en el departamento de capital markets de Merrill Lynch, y desde aquel momento, con tan solo 20 años, decidió el camino a seguir. “El sector bancario es verdaderamente exigente en cuanto a formación, horas de trabajo y dedicación. La formación continua exigida en el sector siempre me ha parecido algo necesario, e incluso algo extrapolable a otros sectores”, afirma Echarri.
Según datos de Bank of America, serán necesarios todavía 257 años para cerrar la brecha de género actual, pero lograr el equilibrio tendría un inmenso impacto económico. La entidad asegura que las mujeres acumulan activos financieros 1,5 veces más rápido que los hombres y que, de alcanzarse la igualdad efectiva, el PIB global podría aumentar unos 28 billones de dólares (23,4 billones de euros) en 2025.
La directora de desarrollo corporativo de Triodos Bank, Sandra Castañeda, recuerda que el liderazgo no es suficiente para conseguir una sociedad más igualitaria, sino que este debe tener reflejo en todos los ámbitos de las organizaciones financieras. “Por ejemplo, en la financiación a iniciativas promovidas por mujeres, en la desaparición de la brecha salarial, o en que termine la discriminación tanto vertical como horizontal”, comenta.
El ejemplo de mujeres como el de la presidenta del BCE, Christine Lagarde, sirve como referente para que otras profesionales se sientan interesadas por la economía. Así lo cree Almudena Benedit, responsable de gestión de carteras de Julius Baer en Iberia, quien asegura que “en el mundo de la gestión de activos o de la banca privada, contar con más mujeres tomando decisiones de inversión facilita también una mayor conexión con los clientes mujeres que, en muchos casos, en el pasado no se han interesado por los temas financieros”. Además cree que es importante, dentro de una organización, tener un referente femenino ocupando puestos de responsabilidad, ya que puede ayudar a inspirar a mujeres más jóvenes a la hora de desarrollar su carrera profesional. “Basta ver cómo se ha incrementado el número de niños que les apasiona el tenis tras los logros conseguidos por Rafael Nadal”, señala Benedit, que considera que todavía las mujeres están poco representadas en los puestos de alta dirección.
Los referentes dan fuerzas, sobre todo para comprender, afirma Tali Salomon, directora regional para Iberia y Latam de la red de inversión eToro, “que si esa persona pudo, por qué no voy a poder yo, por eso durante estos años he leído libros sobre biografías de mujeres que se han destacado en diferentes disciplinas”. Además, prosigue, la economía forma parte de la vida cotidiana, “es importante educarnos para tomar nuestras propias decisiones financieras de forma eficiente, ya sea desde llevar una casa como de manejar nuestras propias inversiones”.
Dentro de finanzas, si hay un área complicada para las mujeres es la de gestión activos, como reconoce Tatjana Greil-Castro, portfolio manager en Muzinich & Co, “todavía muy lejos de convertirse en un lugar de trabajo diverso e inclusivo, lo que contrasta fuertemente con el deseo de los inversores de una mayor diversidad”. En este sentido, afirma que estamos a 200 años de la igualdad en la gestión de carteras, según el informe Alpha Female Report 2020 de Citywire. “A pesar de este lento progreso, hay señales de que las cosas están cambiando. Se ha producido un aumento constante del número de equipos de gestión de carteras mixtos y un descenso de la cultura de los gestores estrella, desproporcionadamente masculinos”.
Y si algo no se pueden permitir las empresas en este momento es desperdiciar el talento femenino: más del 50% de los licenciados en España son mujeres y la mayoría obtiene mejores calificaciones que los hombres, por lo que no contar con ellas, afirma Benedit, sería renunciar a profesionales brillantes.
Con ese objetivo han implantado, por ejemplo, en BBVA el programa Speed Networking, que consiste en que personas en puestos de responsabilidad y con experiencia de todas las áreas comparten sus experiencias profesionales con mujeres con talento, que están comenzando su carrera y que a su vez reciben consejos y tienen la posibilidad de generar contactos. La iniciativa ha calado y la entidad financiera tiene lista de espera de gente que quiere participar. Todo suma.
Valores. Las portavoces de las entidades financieras defienden que la promoción de la igualdad está estrechamente relacionada con los valores que buscan promover desde el sector.
Responsabilidad. La directora de general de negocio de Tressis, Sonsoles Santamaría, considera que la mayor representación del liderazgo femenino en este sector se debe a la responsabilidad y la coherencia que se le demanda a sí mismo a la hora de trabajar: “Tenemos que explicarles a los clientes cómo integramos los criterios ambientales, sociales y de buen gobierno en la selección de las inversiones que les proponemos. Tenemos que explicarles en qué medida los productos y servicios recomendados son sostenibles y qué aspectos promueven”. Una serie de criterios entre los que, considera, la igualdad de género es un pilar fundamental.
Coherencia. “Toda esta responsabilidad que asumimos hacia los clientes tendría poca coherencia si no la exigimos en nuestras propias compañías”, concluye Santamaría, quien cree que esta es la razón detrás de que se haya promovido con tanta vehemencia la igualdad de género en las entidades financieras.
Un ejemplo. Unas exigencias que van un paso más allá en el caso de la llamada banca ética. Así lo ve la directora de desarrollo corporativo de Triodos Bank, Sandra Castañeda: “No podemos contribuir a una sociedad y una economía que fomente la calidad de vida y la dignidad de las personas sin practicar la igualdad en la contratación, en las políticas de remuneración y en la promoción. Lo interno y lo externo están conectados y, a su vez, se alimentan de la propia misión del banco”.