La movilidad y el turismo pesan más en el golpe económico a cada región que la incidencia del virus
El supervisor financiero estima que las restricciones de movimiento y la dependencia de visitantes explican más de la mitad de la diferencia de impacto de la crisis entre las distintas provincias españolas
España sufrió en 2020 un inédito retroceso económico en tiempos de paz del 11% como consecuencia de la pandemia del Covid-19 que tuvo un impacto muy desigual por regiones. Contrariamente a lo que se pudiera pensar, sin embargo, la propagación del virus en cada territorio tuvo un impacto menor en el golpe económico sufrido que factores como el peso del turismo o las restricciones impuestas sobre la movilidad.
Así lo concluye, al menos, el Banco de España en el informe “La evolución de la actividad en las provincias españolas a lo largo de 2020 y sus determinantes”.
“El impacto de la pandemia sobre la actividad ha sido muy heterogéneo por provincias, siendo las insulares y las del arco mediterráneo las más afectadas, expone el supervisor financiero, que subraya que “un mayor peso del turismo, sobre todo extranjero, en la actividad provincial, una mayor proporción de empleo temporal, así como un menor peso del sector público y niveles más bajos de movilidad ciudadana, estuvieron asociados con mayores caídas de la actividad”.
“Sin embargo, una vez controlados estos efectos de la movilidad y la estructura económica, el exceso de mortalidad derivado de la pandemia no parece ser una variable significativa a la hora de explicar diferencias en la evolución del PIB provincial en 2020”, matiza.
El informe recuerda que el PIB español registró un retroceso del 11% en el año, uno de los más importantes de entre los países desarrollados (frente a la caída del 3,5% del PIB mundial, según el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El impacto comenzó con la caída intertrimestral del PIB del 5,3% en el arranque del año (-4,2% interanual) tras solo dos semanas de estado del estado de alarma decretado el 14 de marzo de 2020 para tratar de contener la pandemia.
El pero impacto llegó en primavera, coincidiendo con el Gran Confinamiento, el cese de toda actividad no esencial y las restricciones nacionales más severas, que se tradujeron en una caída intertrimestral del PIB del 17,9% (-21,6% interanual).
A partir de ahí, la desescalada de las medidas tomadas dio paso a una recuperación sin precedentes (del 16,4% intertrimestral, el 9% interanual) en verano de corte bastante generalizado.
“Sin embargo, las medidas de contención introducidas para frenar la segunda ola a lo largo del cuarto trimestre impidieron que se produjera una significativa recuperación adicional de la actividad, dado que el crecimiento del PIB fue marginalmente positivo, del 0,4% (–9,1% interanual)”, culmina el Banco de España, que detalla que el mayor peso decisorio delegado en las comunidades autónomas durante el segundo semestre ha marcado con fuerza el sino de cada región.
“La heterogeneidad entre trimestres fue notablemente mayor en el tercer y cuarto trimestre que en los dos primeros”, lo que, aduce, “podría estar vinculado al hecho de que las restricciones a la actividad introducidas en la fase inicial de la pandemia afectaron a un número mucho más elevado de ramas”, mientras que luego las medidas fueron más quirúrgicas, por zonas y sectores.
“Solo diez provincias habrían registrado caídas de la actividad mayores que la media nacional (11%), pero su peso en el PIB total de España es aproximadamente de un 33%”, señala. Destaca el caso de Baleares (–27%) y las provincias canarias de Las Palmas y Santa Cruz de Tenerife (–21% y –19%). Les siguen los de Málaga, Gerona y Alicante. “Estas seis provincias se caracterizan por que el peso del sector turístico —sobre todo el ligado a la demanda extranjera— en la actividad provincial es especialmente alto”.
En paralelo, las provincias con caídas más moderadas han sido sido Extremadura (con caídas del –5,3% tanto en Cáceres como en Badajoz) y Castilla-La Mancha, además de Zamora y Teruel. “El denominador común que presentan todas estas provincias es una menor exposición al turismo y un mayor peso de los sectores menos afectados por el Covid-19, como la agricultura y el sector público”, señala el Banco de España.
La radiografía provincial, dice el supervisor, da información que pasa desapercibida en un análisis autonómico. Así, ilustra, la provincia de Lérida sufre una caída del PIB del 8%, “debido al menor peso de los sectores más expuestos a la crisis sanitaria”, frente a los retrocesos de las tres provincias catalanas costeras, superiores al 11%.
“Los resultados señalan la importancia tanto de la movilidad como de la estructura sectorial a la hora de explicar las diferencias provinciales en el crecimiento estimado del PIB en 2020”, resume el informe.
“Las provincias que experimentaron una mayor caída de la actividad en 2020 fueron las que también registraron un descenso más pronunciado de la movilidad, que tienen un mayor peso del turismo (sobre todo extranjero) y del empleo temporal, y una menor proporción de empleados del sector público”, destaca.
Sin embargo, “el peso de las pymes y de la población rural y el exceso de mortalidad no son estadísticamente significativos”, por lo que entiende que “el diferente impacto de la pandemia en 2020 ha respondido más a diferencias en la especialización sectorial y a cambios en las decisiones de movilidad de las personas (ya sea voluntarios o impuestos por las restricciones) que a la diferente incidencia de la enfermedad”.
Así, detalla, la libertad de movimientos explica un 35% de las diferencias provinciales en la evolución del PIB, mientras que el turismo explica algo más del 20%. Otros factores, como el peso del empleo público y la temporalidad solo pesan un 3% y un 1%, respectivamente.