Lagarde considera "inconcebible" que el BCE condone la deuda ligada a la pandemia
Pide a los defensores de esta idea que dediquen sus esfuerzos a aprovechar bien los fondos europeos
La profunda crisis económica causada por la pandemia va a dejar una pesada herencia de deuda pública en las economías de la zona euro. El endeudamiento masivo ha sido el recurso generalizado de los Gobiernos para hacer frente al ingente gasto público que supone el pago de los sistemas de protección del empleo o la propia lucha sanitaria contra el coronavirus. Y los Gobiernos se están endeudando con el apoyo permanente del BCE, que con sus compras extraordinarias de deuda se encarga de garantizar un coste de financiación en mínimos.
Pero el debate sobre cómo afrontar el gran endeudamiento que quedará para el futuro y sobre cómo reconducir unas cuentas públicas en las que los déficit se han disparado ya está servido y promete una agria polémica. La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, considera "inconcebible" la condonación de la deuda de los países de la UE vinculada a la Covid-19 y pide a los defensores de esta idea que dediquen sus esfuerzos a aprovechar bien los fondos europeos.
"Si la energía gastada en exigir la cancelación de la deuda por parte del BCE se dedicara a un debate sobre el uso de esta deuda, sería mucho más útil", asegura Lagarde en una entrevista publicada este domingo por el semanario francés 'Journal du Dimanche'.
Lagarde responde de esta forma a la propuesta formulada por un centenar de economistas en un manifiesto encabezado por el francés Thomas Piketty y al que se han adherido la presidenta del PSOE, Cristina Narbona, y el secretario de Estado de Derechos Sociales y responsable económico de Podemos, Nacho Álvarez. La polémica estalló el viernes con la publicación del manifiesto, al que ya respondió ese día el vicepresidente del BCE Luis de Guindo. Calificó de "ilegal", contraria a los tratados de la UE, la propuesta de cancelar la deuda soberana en el balance del BCE y añadió que la iniciativa "no tiene sentido".
Lagarde insiste en esa idea y añade que en su opinión, esa condonación sería "una violación del tratado europeo". Además, pronostica que "todos los países de la zona euro saldrán de la crisis con altos niveles de endeudamiento" pero "no hay duda de que lograrán reembolsarlo".
"Esta regla es uno de los pilares fundamentales del euro", explica Christine Lagarde en el semanario francés. "Si la energía gastada en exigir la cancelación de la deuda por parte del BCE se dedicara a un debate sobre el uso de esta deuda, sería mucho más útil. ¿A qué se destinará el gasto público? ¿En qué sectores del futuro invertir? Este es el tema esencial hoy", subraya.
La presidenta del BCE explica que las deudas se gestionan a largo plazo y augura que las inversiones que se realicen en sectores decisivos para el futuro generarán un mayor crecimiento. "La recuperación va a generar empleo. Avanzamos hacia otra economía, más digital, más verde, más comprometida con el cambio climático y con el mantenimiento de la biodiversidad", resaltó.
La presidenta del BCE argumenta su tajante oposición a la condonación de la deuda en el artículo 123 del tratado de la UE, que establece que “queda prohibida la autorización de descubiertos o cualquier otro tipo de crédito del BCE o en los bancos centrales de los Estados miembros en favor de las instituciones, órganos y organismos de la Unión, gobiernos centrales, autoridades regionales, locales u otras autoridades públicas". A causa de este artículo, en 2012 el BCE no participó en la reestructuración de la deuda griega, puesto que la quita propuesta se entendía como financiación al gobierno (el BCE canjeó los bonos que tenía por otros nuevos no afectados por el canje).
Este mismo artículo fue esgrimido por un grupo de académicos y políticos alemanes para denunciar ante el Tribunal Constitucional alemán las compras de deuda por parte del banco, en una sentencia ambigua que amagó con provocar un choque de jurisdicciones entre Alemania y la UE.
En cuanto a la situación económica, Lagarde cree que 2021 será un año de recuperación. "La recuperación económica se ha retrasado, pero no se ha visto socavada. Es evidente que se espera con impaciencia". Sin embargo, advirtió de que "no somos inmunes a riesgos aún desconocidos", y "no recuperaremos los niveles de actividad económica antes de la pandemia antes de mediados de 2022".