El virus activa los preparativos para la divisa digital
Los principales bancos centrales ya trabajan con la hipótesis de lanzar sus propias “criptomonedas” después de que la pandemia haya provocado un menor uso del efectivo y ante la presión de iniciativas como la de Facebook. Aun así, el dinero en metálico no está en entredicho
La propuesta está sobre la mesa, pero la decisión definitiva está lejos de adoptarse aún. El Banco Central Europeo (BCE) tendrá tiempo en 2021 para decidir si el euro digital finalmente se convierte en una realidad o se queda en un mero proyecto. Independientemente del resultado, el boceto de euro digital que la institución dibujó el pasado mes de octubre hace especial hincapié en dos puntos: no se trata de una criptomoneda emitida por el banco central ni pretende sustituir al efectivo, sino más bien, complementarlo.
A solo unos pocos días de terminar 2020, según una encuesta realizada por el Banco Internacional de Pagos (BIS por sus siglas en inglés) el 80% de los bancos centrales está trabajando en proyectos parecidos al del euro digital. En Suiza, su máxima autoridad monetaria ha concluido este mes con éxito las pruebas de Helvetia, la versión digital del franco. Pero que los bancos centrales estudien y hagan pruebas no significa que necesariamente vayan a impulsar este tipo de monedas, sino que simplemente se preparan por si fuera necesario hacerlo.
En el caso europeo, la institución presidida por Christine Lagarde esgrime diversos motivos que podrían convertir a esta moneda en una realidad. La iniciativa cobraría sentido si los pagos en efectivo disminuyen sustancialmente o si aparece una moneda de similares características emitida por otro banco central extranjero o por una compañía privada. Entre los usos que tendría, se encuentran el de palanca para fomentar la digitalización, el de herramienta de política monetaria, ser una solución de respaldo y también una forma de aumentar la importancia internacional del euro, a la par que se reduce la huella ecológica que deja tras de sí el efectivo. Entre los casos que se contemplan no está el de eliminar intermediarios en el sistema financiero, una posibilidad que según fuentes conocedoras de la iniciativa queda descartada.
Parte positiva
En cuanto a las ventajas que tendría para el ciudadano de a pie, Eric Demuth, consejero delegado de Bitpanda, recomienda observar las que ya ofrecen algunas de las monedas digitales de tipo de cambio estable impulsadas por iniciativas privadas. “Funcionan muy bien, permiten transferir dinero de forma instantánea, lo que es una gran ventaja. ¿Crees que el euro es digital ahora mismo? Solo es el principio. Que no se puedan hacer transferencias en cualquier momento es algo muy anticuado y además necesitas a los bancos locales y otros intermediarios. Con este tipo de dinero puedes hacer transferencias sin coste, sin la necesidad de ser del mismo banco y sin tener que esperar a que pase el fin de semana. Es como dinero de internet y tiene todo el sentido del mundo”, explica el experto.
Todo está por decidir y el BCE se encuentra en pleno periodo de consulta con el mercado y los ciudadanos. Según la institución, con el euro digital se podrían hacer transacciones hasta cierto importe sin necesidad de estar conectado a ninguna red en ese momento, pero quedarían registradas más tarde. A ojos de los expertos es imposible que sea idéntico al efectivo.
“Casi todos los bancos centrales que han estudiado a fondo la cuestión han llegado a la conclusión de que no pueden emitir un medio de pago anónimo que pueda ser usado para transacciones ilícitas. La idea es complementar al efectivo con un modo de pago más digital pero a la vez sin proporcionar un vehículo para actividades ilegales. Algún tipo de identificación debe haber, siempre existiría la posibilidad de investigar ciertas transacciones sospechosas”, comenta Santiago Fernández, responsable de regulación de BBVA.
El experto puntualiza que la ausencia de anonimato que traería el euro digital no significa de por sí una ausencia de privacidad. “Hay una ley que prohíbe pagos en efectivo por encima de ciertos importes aunque es probable que se incumplan en círculos de actividad ilegal. Más control habrá en el sentido de que el euro digital estará diseñado de tal manera que eso ya no sea posible. Pero desde el punto de vista de la privacidad de los ciudadanos, no me parece que deba ser una preocupación. Lo único que habrá aquí es un registro y una trazabilidad de las transacciones si es que hay que investigar algo, pero creo que la privacidad estará preservada”, prevé Fernández.
Por su parte, Demuth tampoco cree que la llegada del euro digital vaya a significar grandes cambios respecto al control que las autoridades ejercen sobre los ciudadanos a través del dinero. “Hoy en día si las autoridades consideran que alguien está haciendo algo ilegal o el banco detecta algo sospechoso son capaces de congelar de forma instantánea cualquier cuenta bancaria”, recuerda.
El consejero delegado de Bitpanda opta por quedarse con el lado bueno consciente de que quizás no sea la opinión más popular. “Con el euro digital tendrías mucha menos economía informal y mucha menos evasión de impuestos. Este tipo de actividades supone un enorme daño de miles de millones de euros a la economía europea año tras año. Toda la compraventa ilegal de drogas se hace en efectivo. Las actividades más ilegales son posibles gracias al efectivo”, afirma.
Demuth ve imposible que en el corto plazo se elimine el dinero efectivo. “La gente saldría a quemar las calles, no porque sea algo negativo necesariamente, sino porque sería un cambio demasiado drástico. Veremos algo que coexistirá con el efectivo durante años con los dos sistemas funcionando a la vez. Habrá pioneros que lo adopten antes. La gente se irá dando cuenta de los beneficios que tiene el dinero digital y lo adoptará poco a poco, pero el efectivo no desaparecerá de la noche a la mañana”, concluye.
Un euro para la nueva iniciativa europea de pagos
El experto en materia regulatoria de BBVA asegura que el proyecto de euro digital puede encajar con la iniciativa de pagos que están impulsando distintas entidades financieras entre las que se encuentra la propia entidad española. “Hay una iniciativa que se está desarrollando en Europa que es la creación de un sistema de pagos europeos que pretende extender algo parecido a Bizum al marco comunitario añadiendo funcionalidades de pago en tiendas y comercio electrónico. El euro digital podría ser la locomotora y las iniciativas privadas son los raíles por los que discurre”.