Europa se prepara para regular las criptomonedas
La Unión Europea elabora un borrador con una propuesta de Ley que de aprobarse, tardaría 18 meses en empezar a aplicarse
En cuestión de un mes el entorno de las criptomonedas ha vivido una intensa actividad. Tras los informes del Banco Central Europeo (BCE) sobre la posible creación de un euro digital, los Gobiernos han tomado esta vez la iniciativa. A diferencia de la institución monetaria, no se proponen crear algo nuevo, sino más bien, poner algo de orden legal en un entorno que hasta ahora ha estado en una especie de tierra de nadie. Los movimientos por una mayor regulación llegan desde el seno de la Unión Europea, desde Reino Unido y desde España.
La iniciativa más destacada y trascendente para el mundo de las criptomonedas es sin duda la del club de países. A finales de septiembre, el Parlamento comunitario y el Consejo Europeo esbozó un borrador con visos de convertirse en Ley. Con este documento, la Unión Europea pretende establecer las bases de una legislación conjunta respecto a este tipo de activos. De aprobarse definitivamente, el club dejará un plazo de 18 meses para empezar a aplicarlo, dando así tiempo para adaptarse.
“Un marco legal específico es necesario a nivel europeo para hacer normas hechas a medida de los criptoactivos que todavía no están dentro de ninguna otra legislación ya vigente. Este marco deberá impulsar la innovación y la justa competencia además de proveer altos estándares de protección para los consumidores y garantizar la integridad del mercado. Con él, los servicios relacionados con criptoactivos deberían tener más fácil crecer y operar de forma transfronteriza dentro de la Unión”, explica el documento.
Los objetivos son ambiciosos. La Unión quiere fomentar el crecimiento de este mercado. A la vez, pretende proteger más a los usuarios de las plataformas que permiten operar con criptomonedas y también a los inversores que acudan a emisiones de criptoactivos. Por otro lado, las autoridades buscan blindarse ante iniciativas de criptomonedas de precio estable como la de libra de Facebook que podrían llegar a suponer un riesgo para la estabilidad financiera global por sus características.
Protección ante emisiones
Hasta el momento, uno de los variados focos de problemas en el mundo de los criptoactivos han sido las conocidas en la jerga como Initial Coin Offering (ICO). Esto no es otra cosa que una empresa o institución emitiendo su propia moneda digital. En ocasiones, los proyectos no estaban respaldados realmente por una actividad de negocio y, en otras, directamente eran una estafa.
Para atajar el peligro, salvo que la empresa sea pequeña y la emisión no supere el equivalente a un millón de euros en doce meses o se dirija a menos de 150 inversores o a profesionales, la Unión obligará a que aquellos que emitan criptoactivos ofrecidos al público elaboren un documento que explique riesgos y características del producto (conocido en la jerga como white paper) y a tener una oficina o filial en un país de la Unión. Por criptoactivos, la Unión entiende prácticamente toda clase, incluido los conocidos como Tokens, una parte del mercado que hasta ahora ha contado con menor vigilancia. El objetivo de obligar a tener presencia en la Unión si se pretende que sus ciudadanos inviertan, es que los emisores presenten ese documento obligatorio ante las autoridades del mercado del país correspondiente y que ellas decidan si lo aprueban o no. En caso de no ser aprobado, podrán advertir sobre la empresa.
Protección en plataformas
Los catalogados como proveedores de servicio cripto, los exchanges en los que se adquieren las criptomonedas, los depositarios y los que aconsejen sobre inversión en estos activos, deberán tener oficina en un país de la Unión y contar con autorización del supervisor de los mercados pertinente. En caso de que un ciudadano europeo acuda por voluntad propia a un proveedor de servicio cripto de fuera de la Unión, no habría problema. El problema llegaría si es el proveedor de servicios cripto de fuera de la Unión el que acude buscando clientes sin tener oficina ni autorización en ella. En tal caso, sería ilegal.
Blindaje ‘stablecoin’
Las criptomonedas de tipo de cambio estable, como libra de Facebook, han preocupado tanto a la Unión Europea que tienen apartados dedicados exclusivamente a ellas. El principal problema es que de adoptarse masivamente, podrían ser un riesgo para el sistema financiero. ¿Cómo? Para mantener su valor estable, estas monedas se crean y se emiten en función de la demanda. Si el “consumidor A” adquiere una stablecoin por un euro, su euro lo guarda la entidad que crea la stablecoin y lo mete en depósitos bancarios o lo invierte en deuda de países u otros productos de bajo riesgo. Si hay una retirada masiva de fondos y todo el mundo quiere recuperar sus euros, se pueden generar distorsiones en el mercado e, incluso, provocar la caída del emisor de la stablecoin. “Los emisores de stablecoins deberían estar sujetos a requisitos más severos que los de otros emisores de criptoactivos”, asegura el borrador no dejando lugar para la duda de lo en serio que se toman esta posibilidad.
Como resultado, los emisores de estas criptomonedas deberán tener oficina en la Unión Europea y pedir permisos a las autoridades nacionales. La diferencia radica en que cada autoridad tiene orden expresa de rechazar los proyectos si representan un “potencial riesgo para la estabilidad financiera”. Antes de aprobarlo, el supervisor de los mercados del país en el que se pretenda impulsar, deberá preguntar al supervisor europeo del mercado (ESMA), a la Autoridad Bancaria Europea (EBA) y al Banco Central Europeo (BCE) si está referenciada en euros.
Los expertos aplauden
El sector ha acogido de forma positiva este proyecto de regulación. “Esto era un poco como el lejano oeste porque teníamos ICOs, teníamos emisiones y muchas veces al final se cometían abusos. Lo interesante es que se va a hacer una única normativa europea, lo cual hace que cuando lo cumplas en un país lo harás en el resto de la Unión”, comenta al respecto Javier Molina, portavoz de eToro en España.
Por su parte, Ángel del Pino, abogado experto en criptomonedas del despacho In Diem, valora positivamente la medida a la que cataloga de ambiciosa, pero, a la vez, lanza una advertencia. “Los mayores problemas vienen en relación con las plataformas que prestan los servicios. Ahí es donde se producen las estafas. Hay varias puertas de atrás, este tipo de ordenamiento jurídico al final es limitado si no se aplican medidas complementarias que lo lleven a cabo e impidan que se hagan transacciones que sabemos que son peligrosas”, concluye el experto.
Reino Unido y España también toman medidas
Reino Unido
A partir del próximo seis de enero, la venta de derivados sobre criptoactivos quedará prohibida si se dirige a los pequeños inversores en Reino Unido. Javier Molina explica la norma. “Lo que está diciendo es que no es normal que haya apalancamientos de 50 o de 100 veces. Si tenemos un activo como bitcóin que cada día sube o baja de media un 6% y se ofrecen productos a pequeños inversores que se apalancan tanto, pues se tendría un 600% de potencial movimiento hacia arriba o la pérdida absoluta del dinero”.
España
El país ya limitó el apalancamiento sobre este tipo de activos a dos veces en 2019. Ahora, se ha puesto el foco en la fiscalidad. “Se pretende que el ciudadano o inversor porporcione toda la información sobre los saldos que se mantienen en criptomonedas, tanto dentro como fuera de España, porque hasta ahora, eso era un poco el limbo”, afirma Molina.