Airbnb triplicó su facturación en España en cuatro años
Cerró 2019 con 7,37 millones, la mayor cifra de negocio de su historia.
España se convirtió en 2019 en un mercado clave para el gigante de los pisos para turistas Airbnb. Las últimas cuentas depositadas en el Registro Mercantil reflejan que obtuvo una cifra de negocio de 7,37 millones de euros, lo que supuso un 31,6% más que doce meses antes y la cifra más grande desde que empezó a operar en España. El salto exponencial del negocio de la plataforma se produjo a partir de 2015, coincidiendo con el boom del turismo extranjero, en el que España pasó de recibir 68,1 a 82,1 millones de viajeros en solo dos ejercicios. En solo cuatro años, la facturación de Airbnb se disparó de 2,62 a 7,37 millones de euros.
Unas cifras que no reflejan en realidad la verdadera dimensión del negocio de Airbnb en España, muy por encima de esas cifras. El grueso de los ingresos que obtiene la plataforma estadounidense en España, procedentes de las comisiones que cobran al dueño de la casa y al inquilino del apartamento turístico, tributan a la matriz en Irlanda, mientras que en España solo se facturan servicios de marketing. Eso es lo que explica la brecha entre la facturación de Airbnb y sus otros dos competidores en España (Booking y Vrbo), que en 2018, último dato disponible, lograron unas ventas de 33 millones de euros frente a los 5,6 millones de Airbnb.
¿Cómo es posible esa diferencia? En el caso de Home Away, tributa los alquileres de Home Away y Top Rural en España y los servicios de soporte a Reino Unido y a la matriz en EE UU, mientras que la filial española de Booking opera bajo un contrato de servicios otorgado por la matriz a Booking.com B.V, con sede en Países Bajos, a la que se le facturan todos los gastos operativos incurridos, una comisión sobre esos gastos (fue del 5% en 2018) y otra comisión que se corresponde con el 2% de los ingresos obtenidos por la matriz en España.
Pagó 115.000 euros a Hacienda por el impuesto sobre Sociedades, frente a los 4,3 millones de Booking o los 811.000 euros de Vrbo
La relevancia del mercado español en el negocio de Airbnb, que llegó a tener siete millones de anuncios en todo el mundo el pasado ejercicio, lo refleja un estudio interno de la propia compañía en el que España aparecía como el tercer mercado del mundo en el que más actividad se generaba, con 5.844 millones de euros, tan solo por detrás de Francia (9.148 millones) y EE UU (28.629 millones). Esas cifras resultaban de sumar los ingresos obtenidos por los anfitriones más los gastos de los huéspedes durante sus estancias.
Ese ardid tributario de Airbnb le permite también pagar muchos menos impuestos por la actividad que genera. En 2019 pagó 115.355 euros por el impuesto de sociedades, el doble de lo que abonó tres ejercicios antes. Esa factura, sin embargo, es mucho más baja que la de Booking (4,3 millones en 2018) o la de Vrbo (811.000 euros en 2018).
Seis semanas en las que se perdió lo construido en 12 años
El coronavirus ha hundido el negocio de Airbnb en 2020. El bloqueo del espacio aéreo, las restricciones a la movilidad y el cierre continuo de bares, restaurantes y ocios han obligado a la plataforma a llevar a cabo unos ajustes sin precedentes. "Tardamos 12 años en construir el negocio de Airbnb y perdimos casi todo en cuestión de seis semanas", aseguró cofundador de la empresa, Brian Chesky, el pasado mes de junio. Este año, la plataforma ha despedido al 1.900 trabajadores, el 25% de su plantilla, ha suspendido todas sus acciones de marketing para ahorrar 690 millones de euros y ha cancelado su salida a bolsa ante el derrumbe de su negocio.
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