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Los jóvenes reivindican su talento ante la crisis económica

Sondersland reúne durante tres días a más de 30 emprendedores para reflexionar sobre el futuro

El vicepresidente de la Comunidad de Madrid interviene en Sodersland.
El vicepresidente de la Comunidad de Madrid interviene en Sodersland.

A escasos seis meses de estallar la crisis económica y sanitaria del coronavirus en Europa, las cifras reflejan ya que salir adelante es difícil para mucha gente, pero lo es especialmente para los jóvenes. Con 300 millones de empleos perdidos a causa de la pandemia, según la Organización Internacional de Trabajadores, la tasa de paro juvenil (menores de 25 años) se sitúa en la Unión Europea en el 15,7%, una cifra más que respetable si se considera que en países como España, según la última Encuesta de Población Activa, esta se ha disparado hasta cerca del 40%, lo que multiplica por 2,5 la media europea y pone al país a la cabeza del viejo continente en esta aciaga estadística.

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Lejos de caer en la desesperanza, Pablo González Ruiz de la Torre, organizador de Sondersland, la mayor feria de talento joven del mundo con más de 30 ponentes distribuidos en apenas tres días, es partidario de moverse, de responder ante una realidad que exige superar retos difíciles: “No podemos creer en los relatos de la generación nini y pensar que por ser jóvenes somos menos. Hay que pensar más en qué podemos hacer para cambiar la realidad”, explica González Ruiz de la Torre, mentalmente exhausto tras meses preparando un Sondersland distinto al de otros años a causa de la crisis sanitaria.

El evento, que concluye este sábado, ha sido este año mucho menos presencial, lo que les ha hecho perder la fuerza que tienen como espacio físico de encuentro de talento, pero a cambio ha sido más virtual, lo que les ha permitido derribar fronteras y llegar a más personas que nunca fuera de España. “La gente siempre tiene ganas de hablar y de contar sus experiencias, no cuesta mucho encontrar ponentes. Pero en este tiempo sí he aprendido lo importante que es tener un buen equipo y planificar todo muy bien para cuidar los detalles”, resume el organizador, que apenas contaba 25 años cuando lideró el primer Sondersland.

Hoy, el evento presume de recibir el apoyo, entre otros muchos patrocinadores, del Gobierno de España y de la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid. Es por ello que hasta allí quiso acercarse representación institucional como Ignacio Aguado, vicepresidente de la región, que explicó: “El contexto actual presenta nuevos retos y realidades que cambian constantemente, pero también se han acelerado algunas soluciones, como son la digitalización de la sociedad y la informatización de la administración”. No obstante, fue Manuel Giménez, consejero de Economía y Empleo, quien sintetizó lo que significa el evento en la ciudad: “Para atraer el talento hay que ir donde este está, por eso tenemos que apoyar este festival, que une a empresas y jóvenes, algo especialmente importante en un año en el que muchas ideas han colapsado y necesitan un impulso”. Tampoco se quisieron perder el encuentro personalidades del mundo de la política como Soraya Sáenz de Santamaría, ahora en el despacho de abogados Cuatrecasas, y Juan Luis Cebrián, presidente honorífico del diario El País, entre otras muchos nombres destacados del mundo de la empresa.

Fernando Carruesco, durante su intervención online en Sodersland.
Fernando Carruesco, durante su intervención online en Sodersland.

La presión de los jóvenes

El acento del encuentro estuvo, sin embargo, en los jóvenes. Lo hizo en un contexto en el que, a ojos de muchos, faltan en España referentes sociales que enganchen a la población recién llegada a la mayoría de edad a lo que sucede en el país. “Alguna vez me he preguntado si podría darse en España un fenómeno como el de Greta Thunberg. No lo tengo muy claro. No hay una figura que genere consenso en torno a una visión de la sociedad”, comenzó explicando al respecto Fernando Carruesco, director de la plataforma Talento para el futuro, que ya aglutina a su alrededor más de 30 organizaciones que, directa o indirectamente, implican a cerca de un millón de jóvenes.

“Los estudios dicen que cada vez más personas menores de 25 años están dispuestos a tolerar una forma de Gobierno totalitario si este les garantiza que vivirán mejor”, analizó Carruesco. El desamparo, la incertidumbre, las altas tasas de depresión y ansiedad que esto genera, explicó el experto, sacan a los trabajadores de menor edad de la sociedad.

Nuevos referentes

Así, con la idea influir en los órganos de decisión, nació recientemente Talento para el Futuro, una organización que recoge buena parte del sentir expresado por los precoces emprendedores en Sondersland y que tiene muy claro su proceder: “Hay que perder miedo al lobby, que es una forma de participación totalmente legítima. No solamente lo hacen grandes empresas con oscuros intereses. Presión hacen también empresas y entidades de todo tipo, de izquierdas y de derechas, y las ONG, que defienden sus intereses”, expuso Carruesco, quien opinó que, por ejemplo, medidas como la reforma del sistema de pensiones no se pueden plantear sin contar con la opinión de las generaciones que deben mantener ese mismo sistema y que lo hace ya, además, convencida de que ellos no se beneficiarán de él.

Para ello, Talento para el Futuro ha ideado todo un programa que busca activar a jóvenes comprometidos con su sociedad como agentes de cambio. Buscan con ello que salgan a la palestra más referentes como Maria Badia, una participante en Sondersland que con apenas 23 años montó Grow.ly, una empresa que se dedica a buscar los primeros inversores de nuevos proyectos: “Hay que desmitificar el discurso del genio que se encierra en un garaje y se hace millonario. Emprender es muy duro, y si lo haces solo por dinero, mejor no lo hagas”, relata Badia.

Coincide con ella María Braco, que trabaja desde Sidney en trUUth, una startup que busca ofrecer soluciones seguras en cuestiones de identidad digital para evitar suplantaciones de identidad: “El único secreto es el trabajo duro, ver dónde vas y de dónde vienes”. A pesar de las dificultades, Alba Serrano, cofundadora y de Experienceships, un proyecto para empoderar a las personas, y de Zadig Experiencie, donde acompañan a estudiantes de bachillerato en su transición hacia la universidad, abre una puerta al optimismo: “Si uno tiene pasión, no sé cómo, pero todo termina llegando. Cuando eso pasa, hay que celebrar los pequeños éxitos”.

Algo más que unas charlas

Mundo digital. La edición de este año de Sondersland ha buscado ir más allá de lo que suelen ser los encuentros de talento de estas características. Para ello, se ha valido de una plataforma digital a la que los asistentes accedieron a través de la web.

 

Retos y premios. Entre las experiencias que ofreció Sondersland destacó la posibilidad de acumular puntos resolviendo retos como un scape room virtual para emprendedores. Con ello, los asistentes optaron a premios como sesiones de mentoring o entradas al Museo del Prado.

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