Continúa la avalancha de carteras que suben su indicador de riesgo por el Covid-19
Más de 20 fondos informan a la CNMV en la última semana de que han elevado su termómetro de peligro por la pandemia
La factura que ha pasado el Covid a los fondos de inversión españoles es relativamente pequeña. Su caída de patrimonio desde enero es moderada y sumaban cerca de 264.000 millones a cierre de julio, según Inverco. Pero la elevada volatilidad que ha provocado el virus en los mercados sí ha impactado en ellos. Unas 70 carteras se han visto obligadas a comunicar a la CNMV que su indicador de riesgo-rentabilidad ha subido debido a los altibajos del mercado. Solo en la segunda quincena de este mes lo han comunicado alrededor de 20 fondos al supervisor del mercado.
El termómetro del riesgo en los fondos mide en una escala del 1 al 7. El 1 revela menos peligro y menos potencial de rentabilidad. Y, como es lógico, el 7 supone mayor exposición a eventuales perturbaciones y también más potencial de obtener rendimientos.
En la última oleada de comunicaciones se han retratado varios fondos de Caja Ingenieros Gestión, de Ibercaja Gestión, de Bankia Fondos, de Augustus Capital –que pilota la sicav Lierde, vinculada a la familia de César Alierta, expresidente de Telefónica–, de Cartesio Inversiones y de otra cartera más de Santander AM.
El mantra sigue siendo el mismo. En todos los hechos relevantes enviados al supervisor explican que la subida de la escala de riesgo “no se debe a una modificación de la política de inversión del fondo ni a un cambio del criterio de selección de los activos ni a una estrategia de inversión distinta, sino que se debe exclusivamente a movimientos de volatilidad del mercado”.
La explicación de estos cambios, pese a que los fondos no hayan corregido su hoja de ruta, está en una norma europea. El indicador de riesgo-rentabilidad, de obligada inclusión en los documentos que se entregan a los inversores desde 2011, debe modificarse cuando sea diferente durante cuatro meses al registrado en el folleto, según las directrices de ESMA, el coordinador europeo de las comisiones de valores.
La CNMV, como publicó CincoDías el pasado 13 de agosto, tomó cartas en el asunto y exigió a las gestoras que comunicaran los cambios en un hecho relevante y que actualizaran el documento de datos fundamentales.
Las subidas son habitualmente de un peldaño aunque también algunas de dos, como las de Cartesio Y, que ha pasado de 4 a 6 de una tacada. Las comunicaciones seguirán, incluso en productos relativamente conservadores, como el Bankia Fondtesoro Largo Plazo, que ha elevado su indicador del 2 al 3, pese a que invierte un 70% en deuda soberana española.
Medidas
El Covid-19 no solo ha desatado una avalancha de modificaciones en los indicadores de riesgo de los fondos. Pese a que no ha habido sustos en el sector, la CNMV ha recomendado encarecidamente a las gestoras que empleen herramientas para paliar el efecto de la volatilidad en sus carteras. Como el swing pricing (precios oscilantes), para evitar que “la valoración con cotizaciones de compra o de venta no recojan adecuadamente los precios reales a los que podrían ejecutarse las operaciones”. CaixaBank AM lo ha comenzado a utilizar en 23 fondos con un patrimonio de 21.500 millones de euros, que representa cerca del 50% del total gestionado por la firma. La CNMV también recomienda valorar por el precio al que se puede vender (bid price, en la jerga).
El supervisor europeo revisa los test de las carteras blindadas
Los fondos de inversión más seguros, los que invierten en el mercado monetario –deuda a cortísimo plazo–, han de someterse dos veces al año a un test de estrés desde 2018. Estas carteras, consideradas a prueba de bomba, han sufrido perturbaciones con el estallido del Covid. Y el coordinador de las comisiones europeas de valores, ESMA, actuará en consecuencia. A partir de octubre, revisará cómo deben elaborarse esas pruebas de resistencia y obligará a los fondos a enviar los resultados a los supervisores nacionales; en España, a la CNMV. El patrimonio de este tipo de fondos sumaba en el país tan solo 4.026 millones de euros, el 1,5% del total. Aunque en la UE el dinero en estos productos supone en torno al 15%.
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